El gran timonel

Decía hace tiempo Garton Ash, en una entrevista, que las naciones son como las barcas de remos, porque los remeros las impulsan hacia delante mientras ellos miran hacia atrás.
Y es cierto; el pasado se convierte fácilmente en un espejo y en un modelo en el que las naciones quieren mirarse, y esto es más que evidente en los partidos nacionalistas, que buscan en el pasado signos de identidad y motivos de agravio para definir su futuro. Pero para componer entera la escena de la metáfora hay que introducir la figura del timonel, porque, ese, sentado a popa, mira hacia delante y dirige la nave, que avanza gracias al esfuerzo de los que bogan sin ver hacia donde navegan. Para llevar la nave a buen puerto  es importante encontrar buenos remeros pero también contar con un buen timonel.
En el proceso independentista impulsado por los nacionalistas catalanes, Artur Mas, sentado en la popa, aferra la caña y señala el rumbo, cuenta con un contramaestre y un cómitre, que marcan el ritmo de los remos, y con unos remeros, que trabajando sin desmayo, llevan la trainera (o la galera) hacia delante sin poner en duda ni el destino ni su esforzado papel en la travesía.
Ya veremos qué sucede cuando arriben a un puerto ignoto, después de estar bogando hacia estribor.