sábado, 25 de agosto de 2018

La dictadura franquista (3)


Tercera etapa. 1970-1975. El estrambótico final
La agonía del Régimen está marcada por la precaria salud del dictador y por su presentido final, por la división entre sus partidarios -continuistas (franquismo sin Franco) y reformistas (democracia limitada)-, por la emergencia de la oposición política (la moderada y la radical), la ofensiva terrorista de ETA y la crisis que pone fin a la etapa de auge económico en Occidente (1970: Nixon: flotación del dólar; 1972: OPEP-> precio del petróleo). Con cierto retraso la crisis llega a España en 1974 y deja, como uno de sus efectos, 500.000 parados en 1975.
Como en tiempos de la II República, coincide un cambio de régimen con una crisis económica y una inestable situación internacional: crisis del modelo capitalista de postguerra; coletazos del "68“: movilización obrera en Europa, terrorismo de izquierda -Gran Bretaña (IRA), Alemania (RAF), Francia (AD), Italia (BR)[1]- y de extrema derecha.
Dos sucesos inciden de modo contrario sobre la coyuntura en España: el golpe militar de Pinochet (Chile, 11/9/1973), que acaba con la vía pacífica al socialismo en América, y la revolución de los claveles (Portugal, 25/4/1974).  
El quinquenio transcurre entre el proceso de Burgos, diciembre de 1970, contra miembros de ETA (se piden 9 sentencias de muerte, luego conmutadas), el atentado a Carrero Blanco (diciembre, 1973) y, en 1975, el juicio sumarísimo a 2 miembros de ETA y 3 del FRAP (5 penas de muerte); huelgas, atentados de ETA y FRAP, estados de excepción, inestabilidad del Gobierno (Pío Cabanillas, Barrera), enfermedad de Franco (1974), intento reformista de Arias -“espíritu del 12 de febrero”. 
Aumentan la movilización obrera, estudiantil, vecinal, nacionalista -artistas, intelectuales y escritores se suman- y la represión policial: Granada, huelga de la construcción: 3 muertos; Carmona: marcha pidiendo agua: 2 muertos; Erandio: protestas por la  contaminación: 1 muerto. Proceso 1001 a líderes de CC.OO. (1973). Ejecución de Puig Antich y Heinz Chez (marzo, 1974); septiembre 1974, bomba en la cafetería “Rolando” (ETA): 13 muertos. Diciembre: escisión de ETA en ETA m y ETA pm.
Conflictos con la Iglesia: caso Añoveros. Cárcel para curas (Zamora). Tensión en la Curia: Tarancón <-> Guerra Campos. Extrema derecha política y clerical (Guerrilleros de Cristo Rey).
Reaparece el PSOE (Suresnes, 1974), la oposición emerge: Junta Democrática (1974), Plataforma de Convergencia (1975), Asamblea de Cataluña, del País Vasco, Taboa de Forzas Políticas de Galicia y otras similares en Valencia, Andalucía, Canarias…
El Régimen acaba sus días con las 5 ejecuciones del 27/9/1975, sordo a las peticiones de clemencia y en medio del repudio internacional, y con el último homenaje al dictador el 1 de octubre, en la plaza de Oriente de Madrid, donde Franco, achacoso, pilla una gripe que precipita su final. Ese día nace el Grapo[2], que asesina a 4 policías en Madrid.
Entre rumores sobre su salud, Franco desaparece de escena y tras varias operaciones quirúrgicas fallece el 20 de noviembre; es enterrado en el Valle de los Caídos (en la guerra civil), aunque él muere en la cama. Dos días después, España tiene un rey que es una incógnita y acaba una de las etapas más sórdidas de su historia. El país está expectante.


[1] Ejército Republicano Irlandés, Rote Arme Fraktion, Acción Directa, Brigadas Rojas.
[2] Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre.

La dictadura franquista (2)


Segunda etapa. 1960-1969. El “milagro” económico español. Ligera y breve apertura política y cultural.
La Falange pierde peso, influencia del Opus Dei en el Gobierno con ministros tecnócratas, menos “políticos” y más “técnicos” (fin de las ideologías: Lipset, Bell y Fernández de la Mora). Modernización económica pero dependencia técnica, y tímida “apertura” política.
Planes de Desarrollo (López Rodó). Industrialización acelerada y urbanización desordenada (especulación del suelo, barrios dormitorio, chabolismo). Tasas de crecimiento rápido y sostenido. Polos de desarrollo; planes agrícolas (IRYDA): colonización, Plan Jaén, Plan Badajoz. Obras públicas, pantanos y regadíos; racionalización agrícola (concentración parcelaria). Emigración del campo a las ciudades, a las zonas industriales y al extranjero (“Vente a Alemania, Pepe”, “Españolas en París”). 
Cine: costumbrismo, comedias, a la española, de la clase media; a finales de la década, tercera vía; arte y ensayo.
Apertura al exterior (escaparate: alegría, folclore y dictadura): fomento del turismo extranjero: paella, flamenco, toros, sol y playa (España tópica: “Spain is different”).
1962. Evento europeo (Mercado Común): personalidades de la oposición y del sector más evolucionado del Régimen se encuentran en Munich. Represalias posteriores.
1963: ejecución de Julián Grimau (comunista), Francisco Granados y Joaquín Delgado (anarquistas). 1964: Campaña de propaganda: bodas de plata del Régimen (“XXV años de paz”). Moderada liberalización del Gobierno en materia de edición de libros, de prensa y de espectáculos.
1966: Ley de Prensa (Ley Fraga). Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, que se respalda en referéndum en diciembre (“Franco, Sí”).
Recrudecimiento de las huelgas en minería y metal; desarrollo clandestino de las organizaciones obreras. En 1965 y en los años siguientes: protestas estudiantiles contra el SEU; expulsión de profesores (Aranguren, García Calvo, Tierno Galván) y sanción a otros dos (Montero Díaz y Aguilar Navarro), acusados de “incitar a la subversión”; fundación del SDEUB en 1967 y del SDEUM[1] en 1968; recital de Raimón en la facultad de Económicas de Madrid; Massiel a Eurovisión (polémica sobre la canción: “La, la, la”).
Verano 1968: ETA asesina al comisario Manzanas y al guardia civil Pardines y tiene su primer muerto -J. Echevarrieta-; comienza la etapa de terrorismo, que acabará en 2011.
Efectos políticos y culturales en España de los agitados los años sesenta en el extranjero (política, música, literatura, prensa, moda, cine). Se funda la primera organización política de las generaciones posteriores a la guerra civil: el “Felipe” (Frente de Liberación Popular), en Cataluña FOC y en el País Vasco ESBA, de corta vida. Efectos del Concilio Vaticano II: escisión en la Curia y en la feligresía; comunidades de base, curas obreros, cristianos por el socialismo. Diálogo entre cristianos y marxistas.
La tímida apertura muestra sus límites con el secuestro de publicaciones y sanciones a los periódicos (cierre del diario “Madrid”). “Cuadernos para el diálogo”, “Índice”, “Triunfo”, “Destino” y otras revistas divulgan, con dificultades (“entre líneas” y "entre multas"), una cultura moderna, cosmopolita, crítica y democrática.
Como efecto de la industrialización y la extensión del sector terciario (comercio y servicios), al final de la década se han formado una clase obrera concentrada y numerosa y una modesta clase media urbana (“la sufrida clase media”); España tiene una sociedad de consumo “a la española” (piso, coche utilitario, nevera, lavadora, aspirador, tv, teléfono; ocio, cultura, vacaciones); de peatones a seatones (SEAT “600”). Extensión del crédito familiar (vivir con deudas) y auge de la banca de barrio (captar ahorro).
El movimiento obrero asoma la cabeza: grandes manifestaciones en 1967; el Tribunal Supremo declara ilegales las “comisiones obreras”.
1969. Tras ser detenido, muere el estudiante Enrique Ruano. Nuevas protestas estudiantiles; el Gobierno cierra varias universidades y declara el “estado de excepción”. El príncipe Juan Carlos es nombrado sucesor de Franco con el título de rey.


[1] SEU (Sindicato Español Universitario), falangista; Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona (SDEUB), Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Madrid (SDEUM).

La dictadura franquista (1)


Por factores que ahora sería largo enumerar, como la corrupción política, la desafección ciudadana hacia los gestores públicos, los efectos de la recesión económica, el auge del independentismo, la difícil aplicación de la Ley de la memoria histórica o la cercana exhumación de los restos de Franco, entre otros, se ha acentuado el discurso crítico sobre la Transición, sostenido con frecuencia por tópicas visiones del adanismo más simple, de modo que, aprovechando las vacaciones, he impartido una especie de breve seminario familiar, dicho de forma solemne, sobre el franquismo y espero continuarlo con la transición.
En realidad han sido una serie de charlas matinales con mis hijas para explicar, de manera rápida y ordenada, primero, y estimular su conocimiento después, unas etapas de la historia de España que en los apretados planes de estudio suelen ser tratadas de forma apresurada o superficial, cuando no son claramente orilladas con el pretexto de la falta tiempo, confiando en que los alumnos rellenen por su cuenta tales vacíos.
Una vez realizado el esfuerzo para la familia, ofrezco el guion, con algunos datos y fechas, porque estimo más importante la perspectiva general que los detalles, debiendo advertir, claro está, que la selección de hechos que configuran el relato está realizada desde mi punto de vista político y geográfico y que, sin bibliografía a mano y con difícil conexión a internet, ha dependido en gran medida de una memoria ya flaca, completada con algunos datos al regreso de las vacaciones.
El guion no marca un canon ni mucho menos, sino una apretada síntesis de hechos conocidos, que cada uno puede aumentar o matizar según su parecer y recuerdos, su punto de vista y su ubicación geográfica, para insertar su particular peripecia en los sucesos de aquellos años, en el supuesto de que los viviera y de que le interese realizar a día de hoy ese -útil o inútil- ejercicio de introspección.
Sugiero, igual que lo he facilitado a mis hijas, el título de algunas películas que pueden ayudar a los más jóvenes a hacerse una idea de cómo era la España de entonces, que, modestamente, estimo que es una gran laguna en el repertorio de conocimientos académicos de las nuevas generaciones. Y quizá de las viejas.

EL RÉGIMEN FRANQUISTA (1939-1975)
Primera etapa. 1939-1959. Autarquía y dictadura, pura y dura
El 1 de abril de 1939, acaba la guerra civil -la “cruzada”- con la victoria de las derechas del bando alzado el 18 de julio de 1936. Derrota de la República y exilio de republicanos. Septiembre: comienza la IIª Guerra Mundial. España aliada de la Alemania de Hitler y de la Italia de Mussolini. “División azul” a Rusia (1943).
Castigo a los vencidos; expolio de sus partidos y sindicatos. Dictadura de clase de tipo fascista. Falange en el Gobierno. Represión masiva; causa general contra “los rebeldes” (que fueron los leales al régimen legal); ley de responsabilidades políticas, 150.000 personas ejecutadas y desaparecidas (enterradas en lugares ignotos). Primeras leyes del Régimen: Fuero del Trabajo, Ley de Cortes, Fuero de los Españoles, Ley de Sucesión, Principios del Movimiento Nacional.
La (simbólica) España imperial: “Una, grande y libre”. Estado corporativo, vertical y autoritario. Vías de representación política: familia, municipio y sindicato.
Poderes extraordinarios de Franco: Jefe del Estado, del Gobierno[1], del Ejército y del partido único (Movimiento Nacional); preside el Consejo Nacional y la Junta de Defensa Nacional, designa a los presidentes de las Cortes, del Tribunal Supremo y el de Cuentas, del Consejo del Reino, del Consejo de Economía Nacional y al Jefe de la Organización Sindical, nombra a los ministros del gobierno, a 40 consejeros nacionales, a 25 procuradores en Cortes, interviene en el nombramiento de obispos y designa a su sucesor (futuro rey).
Partido único: el Movimiento Nacional -la Falange, las JONS y la Comunión Tradicionalista (carlistas)-. Sindicato único -Central Nacional Sindicalista-, que agrupa a empresarios y trabajadores. Religión única: poderes y privilegios de la Iglesia católica: asignatura obligatoria en la enseñanza -las 3 “marías” (religión, FEN[2], gimnasia)-, censura, calendario oficial, representación en las Cortes.
Propaganda: planes de estudio, censura previa de prensa y edición. Agencias oficiales de noticias: EFE y Pyresa. Cadena de Prensa del Movimiento (40 diarios, 95 revistas); Radio Nacional (monopolio de la información: “el parte”); red de emisoras de radio del Movimiento (un centenar). NO-DO, noticiario obligatorio en los cines; años 40 y 50, cine “imperial” y católico: “Alba de América”, “Raza”, “A mí, la legión”, “Juana la Loca”, “Jeromín”, “Balarrasa”. Luego, neorrealismo español y novela y teatro social.
1945: acaba la IIª Guerra Mundial con la derrota del eje Berlín-Roma-Tokio. El mundo se divide en dos bloques dirigidos por EE.UU. y la URSS. Guerra fría. El régimen de Franco, superviviente pero aislado, queda fuera de la ONU (retirada de embajadores).
Autarquía: producción para el consumo interior (atraso tecnológico, carencia de materias primas). Escasez, cartillas de racionamiento; mercado negro. Ayuda de Perón (carne y trigo). Precariedad: falta de viviendas (realquilados) (“El pisito”, “El verdugo”); trabajo: sueldos bajos, largas jornadas, pluriempleo.
1950: EE.UU. abre embajada en España. Primeras respuestas populares a la dictadura: 1951: boicot a los tranvías en Barcelona; 1952: huelgas mineras en Asturias. 1952: España admitida en la UNESCO.
1953. Fin del aislamiento: Concordato con el Vaticano y acuerdos con EE.UU. (créditos, bases militares, radio Liberty). 1955: España en la ONU. (“Bienvenido, míster Marshall”).
1956: TVE empieza a emitir. Protestas estudiantiles en varias universidades; tres meses de estado de excepción. XXº Congreso del PCUS, informe crítico sobre Stalin. Jruschov propone la “coexistencia pacífica” con el bloque occidental; el PCE: la “reconciliación nacional”, democrático abrazo de las dos Españas.
1958. Huelgas mineras en Asturias (pozo “La Camocha”: embrión de CC.OO.). Ley de convenios colectivos. Tratado de Roma (Benelux, RFA, Francia, Italia): Mercado Común Europeo.
1959. Fin de la autarquía. Plan de Estabilización. Depreciación de la peseta; bajón salarial, emigración, entrada de capital extranjero; parcial liberalización económica, comercio exterior. De forma subordinada, modesta, parcial y tardía España se une al bloque occidental y al neocapitalismo europeo (capitalismo controlado, régimen democrático y Estado del bienestar).


[1] Hasta junio de 1973, en que Carrero Blanco ocupa el cargo.
[2] Formación del Espíritu Nacional.

viernes, 24 de agosto de 2018

New York, New York (7)


Follow the river…
Follow the river,
the river knows the way.
Come to me, I pray,
I miss you more each day.

Sigue al río, el río conoce el camino. Eso le cuenta y le canta Grant McLaine (James Stewart), acompañándose con un acordeón, al niño Joey (Brandon de Wilde), mientras viajan, a la intemperie, en el vagón de carga de un tren, cuya vía sinuosa sigue el curso de un río que discurre por el fondo de un barranco (“La última bala”).   
Nueva York tiene dos ríos pequeños, el Harlem y el Bronx, y otros dos grandes -el Hudson y el East-, que, para nosotros, acostumbrados al tamaño y al caudal de los ríos españoles, son dos mares; en realidad el East River es un brazo del mar.
La vida y la configuración de la ciudad están marcadas por los ríos y por el modo de salvarlos con los túneles y, sobre todo, con los puentes, todos distintos y peculiares, que han proporcionado a la City un perfil propio, unas señas de identidad y unas fotografías imborrables, y al cine, unas secuencias fáciles de reconocer y difíciles de olvidar. Por eso es importante darse un paseo por el río en alguno de los muchos barquitos que parten de los muelles del Hudson, a la altura de las calles cuarenta y tantos, bordean el sur de Manhattan y suben por el East River.
El recorrido es muy bonito y permite, a ras de agua, contemplar la ciudad desde una perspectiva distinta, a vista de pez, opuesta a la ofrecida a vista de pájaro, desde las alturas de los edificios de Midtown; los viajes suelen figurar en las ofertas de las guías de visitas y espectáculos y en las tarjetas City Pass o New York Pass.
Nueva York te encantará; es una ciudad muy norteamericana, expresión viva de un país nuevo y vigoroso, del capitalismo desatado y de las más audaces y dinámicas expresiones de modernidad, pero a la vez, es muy cosmopolita, racial y culturalmente mestiza. Es una isla de Europa en la costa americana, dicen los votantes demócratas, para afirmar lo lejos que se sienten de la América rural y profunda del interior, que suele ser el semillero de votos de los republicanos.
Nueva York es una ciudad excesiva, tanto como, por ejemplo, la milenaria Roma. Esta, horizontal, desordenada, chata, ocre y latina, lo es por todo el pasado que atesora, y la City, racional, productiva, vertical y anglosajona, porque, como ciudad moderna, ha señalado el camino del futuro a las demás ciudades, que la han imitado en su pretensión de estirarse hacia el cielo abierto para demostrar su dinamismo.
Pero no te olvides de que hay que volver a España. So long, dearie.


New York, New York (6)


6. Cualquier día, en cualquier esquina
Este es el título en España de una película sobre el “romance” de una profesora de danza -recuérdese “Fama”, la película y la serie de televisión- y un abogado de Omaha.
Hasta aquí, nada hay de particular en una pareja, en el cine y en Nueva York, pero ¡ay!, ella es Shirley McLaine, propietaria de una extraordinaria sonrisa, unos ojos pícaros y de las mejores piernas de Hollywood (después de las de Cyd Charisse, claro está), y él es Robert Mitchum, propietario de un rostro difícil de olvidar; un tipo apuesto y duro de verdad. Éxito de taquilla asegurado.
Nueva York está llena de esquinas famosas, Times Square, la del hotel Plaza, la de Radio City Hall, la de Tiffany, la del Guggenheim, la del Empire State o la de la Gran Estación, entre otras muchas.
En el cruce de la Avenida Lexington con la calle 51 está la esquina donde el aire que sale del Metro levanta las faldas a Marylin Monroe, ante la complacida mirada de Tom Ewell, en “La tentación vive arriba”, película donde se muestra la importancia del aire acondicionado en el sofocante verano neoyorquino y en las calenturientas cabezas de maridos que se quedan solos en la city, ante ingenuas y voluptuosas vecinas, mientras sus familias han buscado el frescor del campo o de la playa. 
Hay una esquina que compite con Times Square, incluso enfrentada a esta, pero está lejos y también en un cruce con Broadway. A la altura de la calle 23, en el cruce de Broadway con la Quinta Avenida, junto a Madison Square Park, se alza el Flatiron -“la plancha”-, un original edificio triangular, de 22 plantas y 87 ms de altura, que parece la proa de un barco. Construido en 1902, fue, en su día, el rascacielos más alto de Nueva York.

New York, New York (5)


5. Greenwich Village (grinich en la jerga local)
Puestos a callejear, hay otro paseo interesante saliendo de Washington Square Park, que es donde empieza la Quinta Avenida, que merece la fama que tiene hasta llegar al edificio Flatiron, donde empieza su tramo más modesto y popular antes de convertirse, en la parte norte de Midtown, en la calle de las grandes firmas y primeras marcas para gente rica de casta y famosos y famosas de gama alta.
En esa plaza cuadrada, en realidad un parque construido sobre un antiguo cementerio, destaca un arco de triunfo, erigido en el primer centenario de la presidencia de Jorge Washington, y en uno de sus rincones, entre árboles, hay una estatua de José Garibaldi. Ahí, donde los juegos de los niños coexisten con las actividades de músicos y paseantes, acaba Robert Redford en “Descalzos por el parque”, expulsado, por Jane Fonda, del minúsculo piso familiar en el “Village”, que es hacia donde te encaminas si, en vez de subir hacia el norte, por la Quinta Avenida, te diriges hacia el Oeste por Washington Place.
El barrio, muy pintoresco, y residencia de celebridades, puede ser calificado de alternativo, por la profesión y la orientación política de muchos de sus vecinos -intelectuales, músicos, cantantes, artistas, escritores, pintores, poetas y gente bohemia-, y tiene fama de vanguardista, izquierdista y protestón. No en vano allí iniciaron su carrera no pocos ídolos de la música popular en los clubes nocturnos del barrio, también hizo su aparición la llamada generación “beat” y comenzó lo que hoy se llama día del orgullo gay, cuando una noche de junio de 1969, los clientes del Stonewall Inn, se enfrentaron a la policía, que tenía intención de efectuar una redada.
En el “Village”, el maestro Hitchkock sitúa la acción de “La ventana indiscreta”, y allí está ubicada la carnicería de “Una bruja en Nueva York”, en la que Demi Moore, una bruja que a veces acierta, vuelve tarumba a su vecino Jeff Daniels, un siquiatra que toca la batería.