Good morning, Spain (que es different)
"Galicia es Baltar", dijo Rajoy, en una de esas frase con las que apoya a los caciques de su partido sin darse por enterado de la corrupción que inunda las taifas populares. También había apoyado a Camps: "Estoy junto a tí, Paco", había calificado a Carlos Fabra de "ciudadano ejemplar" y asegurado que quería para España un gobierno como el de Matas en Baleares, naturalmente antes de que lo procesasen.
Rajoy, a veces exagera, porque Baltar no "era Galicia", porque Galicia es "Pokemon" (114 imputados), pero sí "era Orense", como Cacharro "era Lugo". Virreyes.
El conocido como "el cacique bueno", daba empleo a más de cién amigos y familiares, pero no en sus negocios particulares, sino en la administración pública, con cargo a la caja común. Así hace favores cualquiera. Cuando Baltar abandonó la presidencia de la diputación de Orense dejó el cargo a su hijo, como si fuera la corte maoísta de Kim Il Sung. Y luego en Génova echan pestes de Chávez porque dejó como sucesor a Maduro (que gano unas eleccioens).
Lo triste es que seguimos chapoteando en el barro: en sólo cinco comunidades autónomas (Baleares, Andalucía, Cataluña, Valencia y Galicia) hay más de 200 cargos públicos imputados en delitos de corrupción, y de los 1600 casos que actualmente se instruyen en los tribunales, 300 de ellos destacan por su complejidad.
"Galicia es Baltar", dijo Rajoy, en una de esas frase con las que apoya a los caciques de su partido sin darse por enterado de la corrupción que inunda las taifas populares. También había apoyado a Camps: "Estoy junto a tí, Paco", había calificado a Carlos Fabra de "ciudadano ejemplar" y asegurado que quería para España un gobierno como el de Matas en Baleares, naturalmente antes de que lo procesasen.
Rajoy, a veces exagera, porque Baltar no "era Galicia", porque Galicia es "Pokemon" (114 imputados), pero sí "era Orense", como Cacharro "era Lugo". Virreyes.
El conocido como "el cacique bueno", daba empleo a más de cién amigos y familiares, pero no en sus negocios particulares, sino en la administración pública, con cargo a la caja común. Así hace favores cualquiera. Cuando Baltar abandonó la presidencia de la diputación de Orense dejó el cargo a su hijo, como si fuera la corte maoísta de Kim Il Sung. Y luego en Génova echan pestes de Chávez porque dejó como sucesor a Maduro (que gano unas eleccioens).
Lo triste es que seguimos chapoteando en el barro: en sólo cinco comunidades autónomas (Baleares, Andalucía, Cataluña, Valencia y Galicia) hay más de 200 cargos públicos imputados en delitos de corrupción, y de los 1600 casos que actualmente se instruyen en los tribunales, 300 de ellos destacan por su complejidad.