miércoles, 30 de noviembre de 2022

Cosas de la prensa (2)

Ya sé que es de mal gusto, incluso demagógico, hablar de los beneficios de las grandes empresas en tiempos de escasez para mucha gente, pero, como señalaba Ignacio Fernández de Castro, la demagogia no está sólo en las palabras, sino en la realidad, en los hechos. Y lo explicaba en un libro que podemos situar en la prehistoria de la llamada, entonces, “nueva izquierda” antifranquista: “La demagogia de los hechos”, editado en 1962, en París, claro, por Ruedo Ibérico.

En este año postpandémico, de conmoción económica por la desmesura en el precio de la energía, provocado, en parte, por la guerra en Ucrania, a algunos les ha ido muy bien.  

En los 9 primeros meses de año, ENDESA, empresa española privatizada y ahora propiedad de la italiana ENEL (mañana se lo cuento, porque es largo), obtuvo un beneficio neto de 1.651 millones de euros, un 13% más que en el mismo período del año pasado.

Naturgy, antes Gas Natural-FENOSA, ganó, en este período, 1.061 millones de euros, un 37% más, que en esos meses del año precedente. Hasta septiembre, REPSOL ganó 3.200 millones de euros, un 66% más que en esa etapa de 2021. ACS ha aumentado sus ventas un 20% y obtenido hasta septiembre un beneficio neto de 480 millones de euros.

Iberdrola, dirigida por el listísimo Sánchez Galán, obtuvo un beneficio neto de 3.104 millones de euros, el 29% más que en los o primeros meses de 2021.

Veamos como “sufren” los bancos. En el período citado, los beneficios de Unicaja Banco fueron de 260 millones de euros; un aumento del 67%. Hasta septiembre, el banco Santander se apuntó un beneficio de 7.316 millones de euros, un 25% más. Y CaixaBank lo hizo con 2.457 millones de euros de beneficio hasta ese mes; un 18% más. El Sabadell obtuvo 709 millones de euros, un 92% más que en los primeros nueve meses del año pasado.

Veamos cómo han ido los salarios.    

En el año 2021, los sueldos de los consejeros de las compañías cotizadas (en Bolsa, se entiende) crecieron, en promedio, un 13%. Los más altos corresponden a los presidentes ejecutivos, con una media de 2,4 millones de euros al año; los consejeros delegados percibieron una media de 2,1 millones de euros por año; los consejeros ejecutivos, un promedio de 1,1 millones al año y los presidentes no ejecutivos recibieron 575.000 euros/año.

El sueldo de los directivos fue 17 veces el sueldo de los empleados, pero en las empresas del Ibex 35, el sueldo de los altos ejecutivos fue 60 veces mayor que el de los empleados.

En el año 2021, los salarios de los trabajadores subieron de media un 5%, la subida más alta desde 2008. El salario bruto medio en España fue de 21.519 euros al año, casi 1.000 euros más que el año anterior -20.503 euros/año- y 2.400 más que hace diez años (19.102 euros). Los empleados de Madrid y Cataluña fueron los que tuvieron ingresos más altos: Madrid, 27.981 euros brutos al año, Cataluña 24.168 euros.

Entre los que menos ganaron están los de Canarias (17.925 euros de media al año), Andalucía (17.468 euros/año) y Extremadura (16.427 euros de media al año).   

viernes, 25 de noviembre de 2022

Sentido común

 Respuesta a una entrada de Luis Roca Jusmet

  • Entiendo que el sentido "común" depende de cada época, de la mentalidad de cada época, de los límites de lo pensable y de la ideología de la clase dominante; depende de la hegemonía. Viene a ser una mezcla de experiencia, superstición y pragmatismo, para ir tirando sin mucha teoría. El sentido común de los ladrones aconseja sustraer con disimulo, y el de los ricos no hacer ostentación de la riqueza y tenerla a buen recaudo. El sentido común aconsejaba no adentrarse en el mar tenebroso, por el peligro de perecer, siempre que se creyera que la Tierra era plana y que el mundo se acababa un poco más allá del cabo Finisterre, es decir en la llamada costa de la muerte.
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De la sedición (2)

Siguen los puntapiés en Catar y en el Congreso, donde ayer, tras una sesión tormentosa, salió adelante la propuesta del Gobierno de reformar el delito de sedición. Por lo cual, en un plazo no largo habrá, esperemos, un debate que debería ser ilustrativo y ponderado, sobre este espinoso tema. Ahí van otras definiciones del término “sedición”.

Sedición. Rebelión y sedición coinciden como términos que hacen referencia a un levantamiento público. Pero difieren, primeramente, por las causas que los provocan, así como por sus objetos. Normalmente la rebelión es engendrada por motivos políticos, mientras que la sedición puede originarse por cosas de poca importancia y trascendencia o meros intereses particulares o localistas. Frente a la extensión generalizada que puede alcanzar la rebelión, la sedición adquiere un carácter local y a veces particular.

Se ha definido el término como “la invocación de medios no legales tendentes al cambio de la forma de gobierno, tales como su derrocamiento por la fuerza y la violencia o la incitación a la violación de la ley con el propósito de promover la deslealtad o la animadversión frente al gobierno” (H.P. Fairchild, Dictionary of Sociology, 1967).

La sedición puede trascender fácilmente el marco localista y particularista e inspirarse en motivaciones políticas más inclusivas. Sin embargo, es de señalar que la sedición aparece como un acto promovido intencionalmente para conseguir, entre otras cosas, incitar a la rebelión. Esta aparecería, pues, como una de las consecuencias queridas por la sedición.

Como término fundamentalmente político está rotulado en el código Penal Español estableciéndose los actos considerados como sediciosos.

González Temprano, A.: Diccionario UNESCO de Ciencias Sociales (tomo IV), Barcelona, Planeta/Agostini, 1988, pp. 2009-2010.

Si recurrimos al tomo IX de la Micropaedia, de la Encyclopaedia Britannica (edic. 1981), leemos: Sedition (law): see treason and sedition.

Treason and sedition. Crimes against the state. Treason is the crime of betraying a nation or a sovereign by acts considered dangerous to security. Sedition, though it may have the same ultimate effect, refers generally to the offense of organizing or encouraging opposition to government in a manner (as in speech or writing) that falls short of treason.

In English law, treason includes the levying of war against the government and the giving of aid and comfort to the enemies of the sovereign.

In the United States, treason was defined restrictively by the framers of the Constitution. History had taught them that those in power might falsely or loosely charge treason against their opponents; therefore, they denied Congress the authority to enlarge or reshape the offense. “Treason against the United States shall consist only in levying War against them, or in adhering to their Enemies, giving them Aid and Comfort”. Although the phrase “aid and comfort” has been interpreted in various ways, the intentions of the framers of the Constitution have not been abused.

(Traición y sedición. Delitos contra el Estado. La traición es el delito de traición a una nación o a un soberano mediante actos considerados peligrosos para la seguridad. La sedición, aunque puede tener el mismo efecto final, se refiere en general al delito de organizar o alentar la oposición al gobierno de una manera (ya sea verbal o escrita) que no llega a ser traición. En la ley inglesa, la traición incluye declarar la guerra al gobierno y brindar ayuda y bienestar a los enemigos del soberano. En Estados Unidos, la traición fue definida restrictivamente por los redactores de la Constitución. La historia les había enseñado que quienes estaban en el poder podían acusar falsa o vagamente de traición a sus oponentes; por lo cual negaron al Congreso la autoridad para ampliar o reformar el delito. “La traición contra los Estados Unidos consistirá únicamente en hacer la Guerra contra ellos, o en adherirse a sus Enemigos, brindándoles Ayuda y Bienestar”. Aunque la frase “ayuda y consuelo” se ha interpretado de diversas maneras, no se ha abusado de las intenciones de los redactores de la Constitución)

Encyclopaedia Britannica. Micropaedia (tomo X), edic. 1981, p. 103. 25/11/2022

De la sedición (1)

Perdonen que distraiga su atención de ese importante asunto mundial que se dirime con los pies, pero es que, aquí, en España, además de fútbol, se habla de reformar el delito de sedición e incluso de suprimirlo.

Atufados de goles, no sabemos -un servidor, por lo menos, no sabe- lo que se está cociendo en la trastienda del Congreso, pero hasta ahora lo que se conoce del tema es poco ilustrativo. Como se trata de una reforma importante, en un asunto también importante, sobre el que sus señorías deberían ofrecer a la ciudadanía abundancia de argumentos en un debate que puede ser teóricamente apasionante, he buscado, como lego en la materia, algunas definiciones, tanto en el aspecto jurídico como en la perspectiva gramatical y política, que ahí dejo por si fueren de utilidad. 

Veamos, primero, lo que dice el Código Penal español.

Son reos de sedición los que, sin estar comprometidos en el delito de rebelión, se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judicialesArtículo 544 del Código Penal

1. Los que hubieren inducido, sostenido o dirigido la sedición o aparecieren en ella como principales autores, serán castigados con la pena de prisión de ocho a diez años, y con la de diez a quince años, si fueran personas constituidas en autoridad. En ambos casos se impondrá, además, la inhabilitación absoluta por el mismo tiempo.

2. Fuera de estos casos, se impondrá la pena de cuatro a ocho años de prisión y la de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de cuatro a ocho añosArtículo 545 del Código Penal

La provocación, la conspiración y la proposición para la sedición serán castigadas con las penas inferiores en uno o dos grados a las respectivamente previstas, salvo que llegue a tener efecto la sedición, en cuyo caso se castigará con la pena señalada en el primer apartado del artículo 545, y a sus autores se les considerará promotores.Artículo 548 del Código Penal

Son reos del delito de rebelión los que se alzaren violenta y públicamente para cualquiera de los fines siguientes:

1º. Derogar, suspender o modificar total o parcialmente la Constitución.

2º. Destituir o despojar en todo o en parte de sus prerrogativas y facultades al Rey o la Reina, al Regente o miembros de la Regencia, u obligarles a ejecutar un acto contrario a su voluntad.

3º. Impedir la libre celebración de elecciones para cargos públicos.

4º. Disolver las Cortes Generales, el Congreso de Diputados, el Senado o cualquier Asamblea Legislativa de una Comunidad Autónoma, impedir que se reúnan, deliberen o resuelvan, arrancarles alguna resolución o sustraerles alguna de sus atribuciones o competencias.

5º. Declarar la independencia de una parte del territorio nacional.

6º. Sustituir por otro el Gobierno de la Nación o el Consejo de Gobierno de una Comunidad Autónoma, o usar o ejercer por sí o despojar al Gobierno o Consejo de Gobierno de una Comunidad Autónoma, o a cualquiera de sus miembros de sus facultades, o impedirles o coartarles su libre ejercicio, u obligar a cualquiera de ellos a ejecutar actos contrarios a su voluntad.

7º. Sustraer cualquier clase de fuerza armada a la obediencia del Gobierno. Artículo 472 del Código Penal

Veamos, ahora, definiciones en la lengua corriente.

Sedición. Acción de declararse en contra de la autoridad establecida y de empezar la lucha contra ella. Sublevación. Particularmente, sublevación militar.

Sedicioso, a. Se aplica al que promueve una sedición o toma parte en ella, y a sus actos, palabras, etc.  

Rebelión. Acción de rebelarse. Estado de los que se han rebelado contra el gobierno o las autoridades, particularmente, cuando son militares. Se emplea como designación del delito que ello constituye.

Rebelarse. Negarse una persona a obedecer a quien tiene autoridad sobre ella; por ejemplo, a su gobierno, a su superior jerárquico o a su padre. Oponer resistencia a algo o a alguien. No someterse a ciertas costumbres o imposiciones de la sociedad o el ambiente en que uno vive.

Rebelde. Se aplica al que se rebela o está en rebeldía. 4. Se aplica a quien no acude a un llamamiento judicial de orden civil, prosiguiéndose el juicio en su ausencia.

María Moliner: Diccionario de uso del español, Madrid, Gredos, 2008.

Sedición. Alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar sin llegar a la gravedad de la rebelión. Fig. Sublevación de las pasiones.

Sedicioso, sa. Dícese de la persona que promueve una sedición o toma parte en ella. Dícese de los actos o palabras de esta persona.

Rebelión. Acción y efecto de rebelarse. Delito contra el orden público, penado por la ley ordinaria y por la militar, consistente en el levantamiento público y en cierta hostilidad contra los poderes del Estado con el fin de derrocarlos.

Rebelde. Que se rebela o subleva, faltando a la obediencia debida.

Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, XXI edición, 1992.

Examinemos otras perspectivas:

sábado, 12 de noviembre de 2022

Cartografía política madrileña (1)

En la Comunidad de Madrid, lo que tenía que pasar en el ámbito de la sanidad, finalmente ha ocurrido. Ha sido necesaria la concurrencia de dos factores. El primero venía gestándose hace tiempo y es el persistente malestar del personal sanitario ante el continuo deterioro de sus condiciones de trabajo, que se acentuó con la pandemia, al exigir un esfuerzo sobrehumano cercano a la extenuación. Deterioro percibido por enfermos y usuarios en la pérdida de calidad de los servicios, lo que ha provocado protestas, a veces airadas, que unidas a las de los sanitarios, han formado una de las “coloreadas mareas” más duraderas del movimiento ciudadano.

El otro factor es la peculiar gestión de Ayuso, no sólo sanitariamente nefasta y cuajada de dimisiones, sino defendida arteramente con mentiras y malos modos en la táctica de tener como objetivo principal criticar al gobierno de Sánchez y a la vez presentarse como víctima de los ataques de aquél para desviar el análisis de los pésimos resultados de su mal hacer. La gota que ha colmado el vaso es la caótica reapertura de los centros de urgencias de barrio (Servicios de Urgencia de Atención Primaria) sin disponer del personal necesario. Decisión motivada por las protestas de pacientes y empleados para corregir la decisión de cerrarlos, contra la lógica sanitaria, cuando llegó la pandemia. La respuesta de los sindicatos de trabajadores del gremio ha sido convocar una huelga y una gran manifestación para el próximo domingo.

Ayuso ha respondido como siempre hace, echando balones fuera y culpando a los sanitarios que padecen sus desmanes, a la oposición de querer reventar la sanidad madrileña y a un ataque de la izquierda comunista, ante la proximidad de las elecciones, como si todos los demás pensaran en las elecciones, menos ella, que está en campaña electoral permanente.

Antes de ahondar en el campo estrictamente sanitario es preciso conocer el contexto y situar este problema en una cartografía más amplia, recordar la reciente historia política de la región, los acontecimientos precedentes y dotarnos de una brújula para determinar el rumbo de la derecha española en Madrid, porque la tensión política existente no se refiere únicamente a la elección del sistema sanitario regional -público, privado o (falsamente) mixto-, sino al modelo de sociedad al cual debe servir, ya que la Comunidad de Madrid no es una excepción y, aunque tiene mucho de laboratorio neoliberal, como antes lo fue Valencia, no escapa a la orientación política general de la derecha desde 1996 y, sobre todo, desde el año 2000.

El primer presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid fue el socialista Joaquín Leguina, que gobernó tres mandatos (14/6/1983-29/6/1995), le siguió Alberto Ruíz Gallardón, del Partido Popular, que fue presidente dos legislaturas (29/6/1995-20/11/2003) y unos meses más a causa del “tamayazo”.

Esperanza Aguirre llegó a la CAM aupada por el “tamayazo”, es decir por el soborno de dos diputados socialistas -Tamayo y Sáez- que impidieron la investidura de Rafael Simancas. Al repetirse las elecciones, los votantes de la izquierda castigaron al partido de los corrompidos y los del Partido Popular premiaron al beneficiario de la corrupción, y del “tamayazo” nunca más se supo.

Así llegó Aguirre a la presidencia de la CAM, en noviembre de 2003 (20/11/2003-26/9/2011), aupada por la presión de un capital clandestino que desembarcó en la región para hacer pingües negocios, con lo cual comenzó una etapa turbulenta ya que no concluyó su tercer mandato, ni tampoco los siguientes presidentes, todos del Partido Popular, como efecto de las tensiones entre las familias de la derechona por los casos de corrupción, que, en ristra, llegan hasta hoy.

Ignacio González (27/9/2012-25/6/2015) reemplazó a Aguirre y fue sucedido por Cristina Cifuentes (25/6/2015-25/4/2018), obligada a dimitir. Su sucesor, Ángel Garrido, también dimisionario, no llegó al año (21/5/2018-11/4/2019), y menos aún quien le sucedió en funciones, Pedro Rollán, que ostentó la presidencia cuatro meses (11/4/2019-17/8/2019), hasta su reemplazo por Isabel Díaz Ayuso, que aún la ostenta.

En esta breve síntesis hay que señalar dos elementos que son importantes. Uno es la corrupción como factor de inestabilidad política en la CAM y en la sucesión de mandatos interrumpidos por su causa (“Gurtel”, “Púnica”, “Bankia”, “Lezo”, “Kitchen” o “Ciudad de la Justicia”, entre medio centenar de casos más), que han afectado no sólo a la gestión en Madrid, sino a la política a escala nacional, pues el Gobierno de Rajoy fue depuesto por una moción de censura tras conocerse la sentencia judicial de una de las piezas del caso “Gurtel”. 

El segundo elemento tiene que ver con la hegemonía política de la derecha en la región, que ha ido pareja con la hegemonía conservadora en el poder judicial. Si, como es de eperar, Ayuso concluye su mandato en mayo de 2023, en esa fecha habrán transcurrido 40 años de gobierno autonómico, de los cuales la izquierda habrá gobernado 12 años y la derecha 28. Veintiocho años con irregularidades en los relevos, pero 28 años seguidos, lo cual ha permitido al PP poner en marcha un proyecto a largo plazo para erigir en la región el modelo de sociedad que desea implantar a escala nacional, no sólo en el ámbito sanitario, sino como modelo general de sociedad, que es hacer de Madrid una reserva para ricos a expensas de la sociedad realmente existente; un plan doloroso para las clases subalternas, aplicado con rigor y firmeza durante casi tres décadas.  

El reverso de esa hegemonía es la prolongada crisis de la izquierda en la región.

(Continuará).

 

J.M. Roca, para El Obrero.11 de noviembre de 2022.



  

martes, 8 de noviembre de 2022

Cosas de la prensa

GILIPOLLAS. Siguen las gilipolleces. Esta vez le ha tocado el turno al museo del Prado y los objetivos de la estupidez han sido dos cuadros de Goya, las dos “majas”, la vestida y la desvestida. Dos miembros de un grupo ambientalista llamado Futuro Vegetal (vegetal como su cerebro) han hecho una pintada en la sala y se han “pegado” al marco de los lienzos para llamar la atención sobre el cambio climático. Una “proeza” de dudosa eficacia a la hora de ganar adeptos para su causa. Probablemente, estos y otros mentecatos no se percatan de que los cuadros del museo son un valioso patrimonio nacional, un bien colectivo, que no debe ser utilizado para sus fines por muy nobles que sean. Seguramente ignoran los esfuerzos que se hicieron durante la guerra civil para poner ese tesoro a salvo de los bombardeos, como para andar jugando con él por unos instantes de notoriedad.     

EL OGRO. El señor Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, el mismo que acusa de tontos a los que pagan las facturas del gas y de la luz al desorbitado precio que fija el oligopolio, anuncia que va a llevar a los tribunales el impuesto del Gobierno a las compañías energéticas. Iberdrola han tenido un beneficio neto de 3.104 millones de euros en los primeros nueve meses de este año, por lo cual no parece que vayan a faltar fondos para pagar un tributo que no será alto. El señor Sánchez Galán tampoco se puede quejar. El “listo” tuvo un “salario”, digamos, de 13,2 millones de euros en 2021, el 8% más que en 2020, más alto que la tasa de inflación de ese año (¿lo sabrá Garamendi?). Qué prodigio de cabeza, qué inteligencia, qué esfuerzo físico y mental debe realizar este hombre en agotadoras jornadas de trabajo para merecer ese dineral, que, por cierto, ha gustado poco a los accionistas por lo disparatado. En el cuento infantil sobre los males que van a sobrevenir si a los bancos y las compañías energéticas les suben los impuestos un poco, ya tenemos perfilado a uno de los personajes imprescindibles: el ogro.    

TRANS. Sobre la controvertida ley, leo un artículo de Soledad Gallego Díaz -“Las etiquetas de la ley trans” (El País, Ideas, 6/11/2022)-, que, a ojos de un lego, me parece claro y ponderado, pues pone en cuestión el sentimiento como base de la configuración del género -“es mujer quien se siente mujer”-, con lo cual, la idea de género está pasando de ser un elemento cultural, colectivo, sobre, el que se erige el patriarcado como estructura social (y política) opresiva para las mujeres, que es lo que el feminismo ha mantenido hasta ahora, a ser un tema de identidad personal. “Si ser mujer -dice la autora- es un deseo íntimo, en lugar de una construcción social, habrá que cambiar el significado que venía dando el feminismo a esa palabra y desvincularla de la lucha social por la igualdad”. De nuevo aparece la identidad como un eje fundamental del programa Podemos.

QUEIPO. En aplicación de la nueva Ley de Memoria Democrática, los restos del general Queipo de Llano, de su mujer y de otro jerarca franquista -Francisco Bohórquez-, han sido retirados de la basílica sevillana de la Macarena por sus familiares para ser trasladados a un cementerio. No me parece mal la intención de privar de cualquier honor o privilegio a un militar golpista tristemente célebre por sus incendiarios discursos contra quienes defendieron la legalidad de la II República y contra sus familias, con particular encono contra las mujeres, y al que se considera responsable de la muerte de 45.000 personas, pero, desde un punto de vista laico, no sé si con esta y otras exhumaciones se hace un favor a la Iglesia católica, al obligarla a aceptar, por la presión de la ley, unas medidas que no han sido solicitadas por la Conferencia Episcopal. Es decir, son actos que tienden a desvincular la Iglesia católica respecto al golpe militar y la dictadura, pero lo hacen contra su voluntad, cuando hubiera sido políticamente oportuno y necesariamente cristiano, aunque tardío, revisar la inicua alianza sellada en la carta de 1937 en cuanto falleció el dictador. Pero se ve que la Santa Madre se encuentra cómoda en compañía del franquismo y de sus herederos.    

 

  

Gilipollas

Según el Diccionario de uso del español, de María Moliner, “gilipollas” equivale a “tonto”, “estúpido”. Se aplica como insulto a la persona que enfada o molesta con lo que hace o dice. El Diccionario de la Real Academia Española equipara el vocablo con “tonto” o “lelo” y “gilipollez” a lo dicho o hecho por un gilipollas.  

Los franceses tienen una palabra equivalente, “con” o “connard”, los ingleses, varias, "botom", "booty", una de ellas “asshole”, más semejante al término español “tonto del culo”; los italianos usan “cretino” y “coglione”, como equivalentes a imbécil, necio o capullo y al “boludo” o "pelotudo" argentino; los alemanes aportan “arschloch” (agujero del culo), también muy expresivo, aunque menos genital y más intestinal.

Por la cantidad de acepciones que se encuentran en los diccionarios, se puede inferir que existen gilipollas en todos los idiomas y que la especie humana de los gilipollas está muy extendida, porque no faltan, y, lo peor, es que no descansan. Se les encuentra activos en todos los ámbitos de la vida, sin distinción de sexo, género, profesión, ocupación, nación o religión; la especie es mundial y militante.

Se debe reconocer que, al menos en español, el (o la) gilipollas no es que sea malo y quiera hacer daño, al menos en la intención, aunque el resultado de sus actos o dichos no sea el esperado, pero no es cruel o perverso por voluntad propia; no es un canalla, es sólo… gilipollas.  

Este desahogo viene a cuento de la noticia de dos activistas alemanes contra el cambio climático, que, para llamar la atención sobre la importancia del tema, han lanzado puré de patatas sobre un cuadro de Monet en un museo berlinés. El cuadro estaba protegido por un cristal. No es la primera vez que ocurre, porque hace unos días dos chicas inglesas del grupo “Just Stop Oil” habían arrojado sopa de tomate sobre un cuadro de Van Gogh en Londres, para exigir al gobierno el abandono del petróleo y el gas.

El objetivo perseguido, llamar la atención del mundo, que parece insensible ante el cambio climático, no parece coherente con el medio elegido, que es atentar contra las obras de dos pintores de reconocido prestigio. No hay concordancia entre el propósito y el medio utilizado para darlo a conocer y suscitar adhesiones. Esos actos se pueden entender como una protesta medioambiental sin sentido o como la “performance” artística de una neovanguardia que protesta contra la decadencia de la pintura figurativa o la mercantilización del arte, o incluso como una promoción del puré de patatas o de la sopa de tomate, sugerida por una marca que más tarde saldrá a la luz a rentabilizar su estrategia publicitaria. Lo cual lleva a otra incongruencia, que es el desperdicio de comida en un acto testimonial, cuando hay tanta hambre en el mundo.

En este caso, el fin, noble, no justifica los medios, insensatos, por audaces que parezcan y muy periodísticos que sean; la noticia se ha extendido en las redes digitales, que era el fin buscado. Pero siendo más consecuentes, los activistas podían haber tirado la sopa o el puré delante de una fábrica con la chimenea humeante, de una industria contaminante en sus vertidos, ante las oficinas de una empresa petrolífera, de una central nuclear o una compañía hullera. Esas acciones hubieran sido coherentes con el fin al estar dirigidas contra factores directos de la contaminación, y, en consecuencia, del cambio climático. Pero atentar contra la obra de Van Gogh y Monet es señalar a los pintores como si fueran los causantes de la degradación ambiental. A lo peor es que han asociado la pintura al óleo con el petróleo, ignorando que es pintura con aceite vegetal, no mineral. En ese caso, el juez debería sentenciarlos a la “pena de instituto”, hasta que acabaran el bachillerato con matrícula de honor.      

Quizá pensaron que la denuncia climática dirigida “contra el arte” les daría, al mismo tiempo, la oportunidad de disfrutar ellos de unos minutos de fama. No cabe duda de que han conseguido este segundo objetivo, pero han quedado como gilipollas, y de ambos sexos, para que la gilipollez sea verdaderamente equilibrada, no un privilegio machista, y representativa de la extensión de la especie mundial de los necios.

J.M. Roca, El obrero, 28/10/2022

Feijoo sigue en Galicia

Feijoo permanece en Galicia. Puede viajar a Bruselas para templar gaitas con sus colegas europeos, pero no a Europa, pues no ve Europa. Sigue en Galicia, perdido en las fragas por la bruma y desorientado por el vuelo de las meigas galegas y amenazado por la de Madrid. Feijoo es como Macbeth, pero en paleto.

Se ha hecho una fotografía con frau Von der Leyen, para fardar de cosmopolita, pero es inútil, porque sigue instalado en la vida de un cacique provinciano, de tranquilidad, amigos y parientes agradecidos, tertulia en el casino y partida de dominó con el cura, el boticario y el cabo de la guardia civil, fuerzas vivas de un país descrito por Joaquín Costa hace cien años, que ya representó Rajoy y antes Franco; dos paletos.

Con esa mentalidad Feijoo no puede gobernar España ni entender lo que ocurre en Europa y el resto del mundo, que no figuran siquiera como obligada referencia -darse por enterado- en sus diatribas contra Sánchez, culpable de todo lo que ocurre en un país, al parecer, aislado del mundo. Que era un recurso de Franco, quien decía que las protestas provocadas por los nocivos efectos de su dictadura se debían a la envidia de las decadentes democracias occidentales y a las insidias de la Unión Soviética.

Feijoo ha ido a la Unión Europea como “Pepe” fue a Alemania, ignorándolo todo, pero, a juzgar por lo que afirma, no la ha visto ni intuido; se le escapa en su complejidad y sigue impertérrito recitando su apocalíptico mantra sobre los males que afectan España por el mandato del perverso Sánchez, que, con una “mentira”, una moción de censura -legal-, basada en una sentencia judicial -legal, suponemos para Feijoo- sobre corrupción y financiación ilegal del PP, apoyado por enemigos de la unidad de España, tuvo la osadía de sacar de la Moncloa a Rajoy, que es lo que deberían haber hecho en el PP si hubieran tenido los reflejos de los conservadores británicos. Se debe añadir que era un Rajoy cansado -¿recuerdan que reusó formar gobierno cuando el rey se lo pidió y que no asistió a la última sesión de la moción de censura?-, deseoso de volver a su tierra gallega, a la modorra caciquil y a leer el “Marca” con tranquilidad.

Feijoo va a piñón fijo, como Casado; sin gritos ni aspavientos pero con la misma receta de míster Máster, decir que no a todo y como propuesta en positivo bajar los impuestos a los ricos en todas las situaciones: que hay un reventón de la burbuja inmobiliaria, pues se bajan los impuestos a los ricos y se les regala una amnistía fiscal, se sube el IVA del 18 al 21% y el reducido del 8 al 10%, se bajan los salarios y el subsidio de paro, se quita una paga extra los funcionarios y se salvan los bancos, hundidos por la avaricia y la mala gestión; que hay bonanza económica, pues también se bajan los impuestos a los ricos, esperando (vanamente) que de su mesa repleta caigan migajas hacia los poco afortunados; que hay una pandemia, pues se bajan los impuestos a los ricos (lo primero que dijo Casado; luego añadió la jornada de luto nacional; un hermano listo y los amigos de un primo, aprovecharon para hacer negocios -¿y cuántos más?-); que aumenta la desigualdad entre rentas (el 10% más rico tiene una renta casi doce veces superior al 10% más pobre), se bajan igualmente los impuestos a los ricos; que hay una guerra en Europa y suben los precios de casi todo, se bajan los impuestos a los ricos, y si hay menos recaudación y se reduce el gasto social, pues que se jodan los pobres, según la jubilosa recomendación de la niña de Fabra, inventor de los aeropuertos para peatones. Pase lo que pase, hay que bajar los impuestos a los ricos y no tocar los precios del oligopolio energético -de los otros, tampoco-, que ya lo agradecerán en A, en B o en C. Pero esa obsesión ideológica, que resume el programa eterno del PP, acaba de costar la dimisión de la primera ministra británica. Y no porque la hayan empujado los comunistas bolivarianos, sino el FMI y la bolsa londinense, y una parte de su propio partido, que, siendo conservador, es más espabilado que el PP a la hora de quitarse estorbos de encima. Por cierto, Ayuso, que se lanzó a la piscina de la brutal bajada de impuestos de Liz Truss, ahí sigue, cuando debiera imitarla.

Feijoo ha viajado a Bruselas a dejarse ver en un terreno en el que Sánchez juega muy bien, pero cualquier comparación es inútil. En Europa, Sánchez está en su elemento, tanto como en España, mientras que, para el PP, Europa es más bien una molestia. Aznar, renegó de la Unión, se indispuso con Alemania y con Francia, se jactó del fracaso de la Constitución europea (la española tampoco le importa mucho), para colocarse de monaguillo de Bush en la invasión de Iraq. Y Rajoy, perdido en Bruselas, arrastraba los pies detrás de la Cancillera, mientras De Guindos se ufanaba ante sus colegas de preparar una reforma laboral que provocaría una huelga general de protesta de lo dura que iba a ser, pues se trataba de complacer a la “troika”, y preparaba un rescate a la banca, que no “iba a costar ni un euro a los españoles”, ¿recuerdan?    

Aparte de la foto, hecha en Bruselas pensando en Madrid, el viaje de Feijoo tiene poca utilidad ante lo que ofrece la “competencia”, que tiene en Europa dos galgos difíciles de alcanzar.

Tras la gran recesión económica y la subsiguiente etapa de austeridad, la pandemia de covid y sacudida por la guerra en Ucrania, la Unión Europea está en un momento trascedente ante retos de proporciones mundiales, y trata de revisar sus políticas e incluso su estructura, y en ese juego sometido a múltiples tensiones están jugando fuerte dos políticos españoles -Sánchez y Borrell-, que con sus iniciativas están influyendo en la futura recomposición de la Unión, mientras el PP está lejos de sus homólogos europeos y, arrastrado por Vox, más próximo a los “filotrumpistas” antieuropeos que a las derechas tradicionales.

La labor de Sánchez y Borrell se puede definir con una palabra que gusta mucho en el PP, pero que no tiene quien la represente: esa palabra es liderazgo. ¡Oh, no! ¡Oh, sí! Li-de-raz-go.

A Feijoo no le gusta lo que hace Sánchez, está claro; le molesta que “pinte” tanto en Europa. Dice, por ejemplo, que la excepción ibérica en el precio del gas nos sale cara. ¡Hombre! Sale cara, pero tiene un precio más bajo y en la UE está sobre el tablero extender esa excepción a otros países. La idea es audaz y provocó risas, primero, y ahora provoca alarma. Como está sobre la mesa la intención de reducir la dependencia del gas ruso, cambiar de proveedores y centralizar al menos el 15% de las compras, a lo que se oponía Alemania, que parece que ahora se aviene a escuchar otras razones. También se estudia poner algún límite al precio del gas (lo de “topar” parece propio del léxico taurino).

Entiendo que a Feijoo y al PP les pueda molestar el acuerdo alcanzado por Sánchez, Costa y Macron para construir un corredor energético subacuático que enlace la península Ibérica con Francia, desde Barcelona hasta Marsella, pero no han ofrecido algo mejor. La UE también tiene en cartera revisar el opaco mercado eléctrico, que es intocable para el PP.

La muletilla, que repiten como loros, de que la excepción ibérica sale cara es sólo una maldad. Algo como lo que decía Saénz de Santamaría cuando subía la prima de riesgo, “la prima de riesgo se llama Zapatero”, que era una gracieta que no repitió cuando la prima de riesgo subió aún más con el gobierno de Rajoy. Son mezquindades que revelan impotencia.

Feijoo también olvida que la subida del precio de la electricidad es anterior a la guerra y a la pandemia, y que se debe a la opacidad del mercado eléctrico liberalizado -en realidad un reducido oligopolio- y al canon que impuso Aznar a los consumidores como coste de transición al mercado libre, cuando privatizó empresas públicas. Por otra parte, el precio de la electricidad marcado por el oligopolio español ha sido sagrado para el PP, de tal modo que Rajoy se cuidó de protegerlo de la producción doméstica con el llamado “impuesto al sol”.

La “decepcionante gestión de los fondos europeos”, que sostiene Feijoo, ha sido respondida por Bruselas avalando al Gobierno.

Respecto a la inflación, que se moderó en septiembre, Feijoo no parece enterado de que España con el 9% interanual, está a la par que Italia y Portugal, aunque hay países con tasas más bajas (Francia 6%, Luxemburgo 7%, Noruega 7% o Estados Unidos 8%), y desde luego más altas (Alemania, Dinamarca y Reino Unido 10%, Austria 10,5%, Bélgica y Suecia 11%, Grecia 12%, Holanda 14,5%, Rumania 16%, Polonia 17%, Bulgaria y Chequia 18%, Hungría 20% y Letonia 22%).    

¿Qué hay detrás de las críticas de Feijoo a la gestión del Gobierno? Pues, poco acierto, desinformación, indigencia intelectual, deslealtad y mucha mala baba. Y una sorprendente falta de propuestas en positivo en un partido que no sólo aspira a gobernar el país (sin estar preparado), sino que ha basado toda su estrategia de oposición en tratar de derribar el único gobierno posible durante la fase aguda de una pandemia sin tener alternativa, pues los escaños no daban para otro, y lo sigue intentando en medio de una guerra que incide negativamente en la economía de toda Europa y, desde luego, de España, lo que, en buena lógica económica y verdadera intención patriótica, exige arrimar el hombro en vez de poner palos en las ruedas.

Su táctica filibustera para llegar a la Moncloa es la pertinaz negativa a suscribir acuerdos, criticar los Presupuestos Generales del Estado, sin proponer otros, e impedir la renovación del Consejo General del Poder Judicial, cuyos magistrados tienen el mandato caducado desde hace casi cuatro años.

Feijoo aún está muy crudo; le faltan varios hervores. Lo curioso y alarmante es que en los sondeos de opinión se premien sus carencias.  

J.M. Roca,

Madrid, 22 octubre 2022.

Sobre Marx, Freud y Nietzsche

 Escribe en FB, Jordi Roca Jusmet

“Se habla de Marx, de Nietzsche y de Freud como de los maestros de la sospecha. Efectivamente, los tres mostraron lados oscuros del optimismo ilustrado de Hegel y Comte y su idealización del presente europeo. Pero las tres perspectivas eran incompatibles. Marx era un ilustrado radical que consideraba que sus ideales eran incompatibles con el capitalismo y era necesaria una revolución. Nietzsche era un antiilustrado, que combatía los ideales igualitarios y liberales. Freud era un ilustrado escéptico que sabía el malestar que acompaña siempre a la civilización. Prefiero la amarga lucidez de Freud que los sueños visionarios de Marx o de Nietzsche".

Cierto, los tres son disímiles o, mejor, incompatibles, pero me quedo con Marx, el viejo león de Tréveris; pequeño burgués rebelde; a la par científico y revolucionario; utópico e ideólogo; activista, primero, investigador después; erudito, analítico y sintético, que perfiló con trazo certero los rasgos fundamentales del capitalismo incipiente; mal profeta, temible adversario, polemista incansable y curioso hasta la muerte. A su lado Nietzsche no deja de ser un individualista inconformista y Freud el médico que diagnostica las dolencias espirituales del mal de nuestra civilización, que los dos anteriores, con desigual acierto, señalan.