Respuesta a una pregunta de Amador Fernández Savater sobre si vamos a volver a 2007, con el éxito del black friday como pretexto.
Espejismos; en España, país diverso, hay público para todo; para el black friday y para el black every day. No hemos vuelto a 2007, y no vamos a volver. Porque de eso se trataba: de una "devaluación competitiva" o dicho de otra manera, de un rebajón de salarios y de establecer unas condiciones de vida muy leoninas para la población asalariada; disciplinar a los trabajadores con la reforma laboral y a los ciudadanos en general con la ley mordaza, mientras se privatizaba de forma legal e ilegal el patrimonio social colectivo formado por los bienes y servicios públicos y las instituciones del Estado del bienestar y se trasvasaba dinero desde las rentas bajas hacia las altas. Los tres millones de personas que han sido expulsados de la clase media hacia abajo y las situaciones de pobreza y exclusión: el 13% de hogares que llegan con dificultad a fin de mes; los 3,5 millones de personas con pobreza severa; los 4,5 millones de pensionistas (la mitad de los que hay) están bajo el umbral de la pobreza, el 15% de los trabajadores son pobres (y trabajan), 3 de cada 10 niños son pobres, las 40.000 personas sin techo, etc, etc, son los resultados (óptimos para el Gobierno) de unas decisiones políticas que, aplicadas con severidad, perseguían eso precisamente. Siendo optimistas, no vamos a volver a los niveles de empleo y bienestar, por lo menos en los próximos 10 años.
lunes, 28 de noviembre de 2016
domingo, 20 de noviembre de 2016
Víctimas
Respuesta a comentarios de Joaquim Pisa y a Agus Salva a mi texto: "1976. Un año decisivo"
Cierto. Según Mariano Sánchez Soler: "Como revelo en mi libro La transición sangrienta (Península, 2010), y en mi tesis doctoral, desde el 20 de noviembre de 1975 hasta el 31 de diciembre de 1983, la transición española se cobró, en apenas ocho años, más de 2.663 víctimas por violencia política entre muertos y heridos hospitalizados. De estas 2.663 víctimas durante la transición, un total de 591 personas perdieron la vida. De ellas, 188 murieron en actos de violencia política institucional".
Aparte del libro de Mariano Sánchez, "La transición sangrienta", Jean Chalvidant ("ETA. La investigación", Jaguar, 2004), ofrece una lista, por años, de 229 etarras muertos desde 1968 hasta 2003. Y una lista de 856 víctimas de ETA, desde 1960 hasta 2003, aunque existen dudas sobre la primera víctima, en 1960, la niña Begoña Urroz, muerta en una explosión en la estación de Amara en San Sebastián. La lista se detiene en Joseba Pagazaurtundua, pero no contempla el atentado de la T-4 en Barajas, que dejó dos muertos, ni los posteriores hasta 2010. Entre la tregua de 2006 y 2010, ETA mató a 12 personas, la última fue un policía francés.
Cierto. Según Mariano Sánchez Soler: "Como revelo en mi libro La transición sangrienta (Península, 2010), y en mi tesis doctoral, desde el 20 de noviembre de 1975 hasta el 31 de diciembre de 1983, la transición española se cobró, en apenas ocho años, más de 2.663 víctimas por violencia política entre muertos y heridos hospitalizados. De estas 2.663 víctimas durante la transición, un total de 591 personas perdieron la vida. De ellas, 188 murieron en actos de violencia política institucional".
Aparte del libro de Mariano Sánchez, "La transición sangrienta", Jean Chalvidant ("ETA. La investigación", Jaguar, 2004), ofrece una lista, por años, de 229 etarras muertos desde 1968 hasta 2003. Y una lista de 856 víctimas de ETA, desde 1960 hasta 2003, aunque existen dudas sobre la primera víctima, en 1960, la niña Begoña Urroz, muerta en una explosión en la estación de Amara en San Sebastián. La lista se detiene en Joseba Pagazaurtundua, pero no contempla el atentado de la T-4 en Barajas, que dejó dos muertos, ni los posteriores hasta 2010. Entre la tregua de 2006 y 2010, ETA mató a 12 personas, la última fue un policía francés.
sábado, 19 de noviembre de 2016
1976. Un año decisivo
Good morning, Spain, que es different
Hace ahora cuarenta años
estábamos inmersos en un proceso de cambios que no sabíamos cómo iba a
terminar.
El otoño de 1976 se puede
calificar de etapa decisiva en un año cargado de movimientos políticos y de
luchas sociales, no exentas de sucesos dramáticos, que expresaban la tensión
entre los que pretendían mantener un franquismo sin Franco y quienes deseaban acabar
con la dictadura mediante una ruptura democrática o incluso
revolucionaria.
En la Transición no sucedió lo
que en 1810, 1869 y 1931, en que tres períodos constituyentes de signo
democrático ocuparon el vacío institucional dejado al caer la monarquía, ya que
el régimen franquista sólo se hundió parcialmente, lo que le permitió conservar
buena parte de su legitimidad y mantener en uso los aparatos fundamentales del
Estado.
Cuando Franco murió se planteó
con toda crudeza la continuidad o la extinción de su régimen, pero se dio una
situación de precario equilibrio entre las fuerzas de éste y las de la plural y
dividida oposición. En el año 1976, el forcejeo entre los partidarios de ambas
opciones por romper a su favor ese equilibrio alcanzó la máxima tensión.
El
gobierno de Arias y Fraga, fiel al “espíritu del 12 de febrero”, pretendió mantener
el franquismo bajo la forma de una democracia a la española. “No se inicia un nuevo Régimen, sino una
nueva etapa”, dijo el procurador Pedrosa Latas, expresando la opinión de
los más furibundos defensores de la dictadura. Pero la movilización ciudadana y
la aparición de un sector de la clase política franquista partidario de iniciar
la reforma del Régimen antes de que las dispersas fuerzas de la oposición
pudieran unirse e imponer una ruptura, aconsejó a las mentes más preclaras sustituir
a Arias Navarro por Adolfo Suárez, cuyo gobierno acometió la tarea de reformar
el Régimen desde dentro.
Dicho
cambio tuvo lugar en un contexto de movilización ciudadana, luchas obreras,
estudiantiles y vecinales, huelgas generales, violencia terrorista y represión
policial, con un elevado saldo de muertos, heridos y detenidos. Franco murió en
la cama, sí, pero fue la ciudadanía más activa la que en la calle acabó con la
dictadura, pagando un alto precio por ello, pues el Gobierno consideraba la
calle no como un espacio público, sino como un escenario político sometido a su
control. “La calle es mía”, dijo Manuel Fraga en aquellos días, siendo Ministro
de Gobernación.
El
año 1976 fue pródigo en acontecimientos que fueron marcando un cambio de
tendencia. Empezó con una huelga general de varios días en Madrid, a los que
siguieron otras huelgas en el resto del país; en marzo, en el marco de una
huelga general tuvieron lugar los sucesos de Vitoria (5 muertos por la
represión policial, 90 heridos y más de cien detenidos), también en marzo, las
dos asociaciones unitarias de la oposición, la Junta Democrática y la
Plataforma de Convergencia se unieron en Coordinación Democrática (la
Platajunta); en abril, como efecto de la luchas obreras, la Ley de Relaciones
Laborales reconocía la readmisión obligatoria de despedidos, también en abril
pudo la UGT celebrar legalmente su XXX Congreso (el primero en suelo español
desde la guerra civil), pero el día 1 de mayo no se pudo celebrar legalmente la
Fiesta del Trabajo debido a la prohibición gubernativa.
En
mayo, tuvo lugar la tragedia de Montejurra (2 muertos y varios heridos por la
acción de pistoleros fascistas italianos y españoles), en junio se aprobó el
proyecto de ley de asociación política (pero el ejercicio siguió siendo
ilegal), en julio se abrió el registro de partidos políticos, CCOO, UGT y USO
formaron la Coordinadora de Organizaciones Sindicales (COS) y CCOO celebró de
manera ilegal su primera Asamblea.
En
julio, Adolfo Suárez reemplazó Arias Navarro en la Jefatura del Gobierno, el
día 19 se legalizaron los derechos de reunión, asociación y manifestación, y el
día 30 el Gobierno decretó una amnistía para delitos políticos que no hubieran
puesto vidas en peligro. En agosto se decretó una amnistía sindical y el
ministro de Relaciones Sindicales recibió a representantes de CC.OO y UGT, la
CNT rechazó la entrevista. El día 11 de septiembre se celebró legalmente la
Diada en Cataluña.
Otoño
comenzó con nuevas huelgas y movilizaciones ciudadanas. En octubre, se publicó
el Decreto de Medidas Económicas del Gobierno y la Plataforma de Organizaciones
Democráticas defendió la “ruptura democrática” en la llamada “Cumbre del
Eurobuilding”.
Noviembre
se inició con una nueva jornada de lucha en Cataluña y el País Vasco y mediado
el mes la COS convocó una huelga general en toda España. El día 18 las Cortes
aprobaron la Ley de Reforma Política (el llamado suicidio de las Cortes
franquistas), pero siguió habiendo evidente continuidad con la dictadura, pues
el día 20, primer aniversario de la muerte de Franco, se celebró en la basílica
del Valle de los Caídos un solemne funeral por el dictador presidido por los
Reyes.
El
día 1 de diciembre, las fuerzas de la oposición designaron a los miembros de la
Comisión Negociadora que debía verse con el Gobierno. Estaba formada por Felipe
González (PSOE), Santiago Carrillo (PCE), Enrique Tierno Galván (PSP),
Francisco Fernández Ordóñez (socialdemócratas), Joaquín Satrústegui
(liberales), Antón Cañellas (democristianos), Jordi Pujol (catalanes), Julio
Jáuregui (vascos) y Paz Andrade (gallegos).
Entre el 6 y el 8 de diciembre se celebró legalmente el XXVII Congreso del PSOE (renovado), el primero en suelo española tras la guerra civil.
Entre el 6 y el 8 de diciembre se celebró legalmente el XXVII Congreso del PSOE (renovado), el primero en suelo española tras la guerra civil.
El
15 de diciembre tuvo lugar el referéndum sobre la Ley de Reforma Política, con
una campaña electoral (“Habla pueblo, habla”) del Gobierno realizada sin
oposición, con los partidos políticos en la ilegalidad y sin haber accedido
Suárez a recibir de forma oficial a la Comisión Negociadora, aunque había
mantenido entrevistas secretas con varios de sus miembros.
Las
fuerzas de la oposición defendieron la abstención, pero el resultado del
refrendo fue favorable al Gobierno. Habría reforma del régimen, pero no ruptura
democrática… aunque la pelota aún estaba en el alero.
El
día 16, los Grapo secuestraron a José Mª Oriol, presidente del Consejo de
Estado, y el día 23 Suárez recibió a la Comisión Negociadora.
El
día 30 de diciembre fue suprimido el Tribunal de Orden Público (TOP), que en
ese año había abierto 4.795 sumarios. Entre los últimos detenidos puestos a
disposición del TOP, estuvo Francisco García Salve, el cura Paco, detenido tres
días antes en una manifestación que pedía la liberación de Santiago Carrillo,
que fue puesto en libertad el mismo día 30. Aunque el Gobierno no le permitió
convocar una rueda de prensa. Seguía el pulso.
El
año 1977 habría de ser igual de intenso.
viernes, 18 de noviembre de 2016
Pobreza energética
A propósito de un comentario de Carmen Vidal sobre "pobreza energética"
A mí no me parece mal utilizar "pobreza energética", porque precisa en cierta medida una forma de pobreza de país rico. Es una expresión muy gráfica. Como la pobreza es relativa, no es lo mismo ser pobre en la India que en Alemania o en España, pues en los países desarrollados se puede ser pobre con casi los mínimos vitales cubiertos. La pobreza energética acerca al tercer mundo, pues señala que están sin cubrir algunos mínimos que hasta ahora se consideraban asegurados, como eran la luz y el calor. Entiendo que quien se alumbra con velas se priva también de comer y de otras cosas., haciendo mil equilibrios cada día, privándose de una cosa o de otra para poder sobrevivir. Me sucede lo mismo con la dieta de los niños: decir que hay miles de niños que no hacen tres comidas al día, es señalar que nos acercamos al tercer mundo.
Carmen: "El problema es que al parcializar el concepto se parcializa la solución. Y no se que es más de tercer mundo no tener calefacción o no comer. Esto lo explican muy bien en las escuelas de negocios que enseñan gestión pública, la base más importante para diseñar una política pública determinada es el nombre que se le da al problema o objetivo que quieras atajar en esa política. Gana el concepto y ganaras la política" Por eso el lenguaje es el principal campo de batalla ideológico. Sería mucho más efectivo para concienciar hablar de pobreza real o de privación de condiciones mínimas de vida. Entre otras cosas porque esa ley que gas natural se ha saltado solo dice que tiene que avisar para que el ayuntamiento ponga medidas sociales y no se interrumpa el suministro, no hace desaparecer la deuda. La deuda eléctrica sigue creciendo para el usuario que tendrá que hacer frente al total de la deuda en cuanto tenga ingresos. Porque no trata el motivo de la pobreza solo una única de sus consecuencias."
No lo veo así, la pobreza es una, pero las causas son múltiples. Si no se olvida lo principal, que la pobreza es un efecto del desigual reparto de la riqueza producida socialmente, no veo mal que se vaya identificando por sectores a los autores y coautores de este desastre. La pobreza es una, la explotación también, la opresión y la marginación, también, pero me parece bien que se vayan señalando los factores y los autores que las componen: la pobreza energética señala al oligopolio de las compañías eléctricas; como los créditos engañosos, las preferentes, las hipotecas con cláusula suelo, etc, etc señalan directamente a las entidades bancarias y no sólo al capitalismo en general. Del mismo modo que los bajos salarios, los contratos precarios, las largas jornadas laborales, los accidentes, etc, apuntan a patronales como la CEOE o Fomento. Y los abusos de las compañías de telefonía, apuntan a otro oligopolio concreto y no sólo al capitalismo en general. El capitalismo es complejo, y una de sus defensas es presentarse como resultado fatal de un proceso que se quiere hacer pasar por natural e inevitable, por lo cual, para las grandes masas de población que padecen sus efectos es difícil identificarlo como un sistema que funciona con una lógica propia, que les perjudica de muchas maneras. Por esta razón, me parece políticamente conveniente desmontar tales defensas al ir desvelando los diversos intereses sectoriales, e incluso los rostros que hay detrás.
A mí no me parece mal utilizar "pobreza energética", porque precisa en cierta medida una forma de pobreza de país rico. Es una expresión muy gráfica. Como la pobreza es relativa, no es lo mismo ser pobre en la India que en Alemania o en España, pues en los países desarrollados se puede ser pobre con casi los mínimos vitales cubiertos. La pobreza energética acerca al tercer mundo, pues señala que están sin cubrir algunos mínimos que hasta ahora se consideraban asegurados, como eran la luz y el calor. Entiendo que quien se alumbra con velas se priva también de comer y de otras cosas., haciendo mil equilibrios cada día, privándose de una cosa o de otra para poder sobrevivir. Me sucede lo mismo con la dieta de los niños: decir que hay miles de niños que no hacen tres comidas al día, es señalar que nos acercamos al tercer mundo.
Carmen: "El problema es que al parcializar el concepto se parcializa la solución. Y no se que es más de tercer mundo no tener calefacción o no comer. Esto lo explican muy bien en las escuelas de negocios que enseñan gestión pública, la base más importante para diseñar una política pública determinada es el nombre que se le da al problema o objetivo que quieras atajar en esa política. Gana el concepto y ganaras la política" Por eso el lenguaje es el principal campo de batalla ideológico. Sería mucho más efectivo para concienciar hablar de pobreza real o de privación de condiciones mínimas de vida. Entre otras cosas porque esa ley que gas natural se ha saltado solo dice que tiene que avisar para que el ayuntamiento ponga medidas sociales y no se interrumpa el suministro, no hace desaparecer la deuda. La deuda eléctrica sigue creciendo para el usuario que tendrá que hacer frente al total de la deuda en cuanto tenga ingresos. Porque no trata el motivo de la pobreza solo una única de sus consecuencias."
No lo veo así, la pobreza es una, pero las causas son múltiples. Si no se olvida lo principal, que la pobreza es un efecto del desigual reparto de la riqueza producida socialmente, no veo mal que se vaya identificando por sectores a los autores y coautores de este desastre. La pobreza es una, la explotación también, la opresión y la marginación, también, pero me parece bien que se vayan señalando los factores y los autores que las componen: la pobreza energética señala al oligopolio de las compañías eléctricas; como los créditos engañosos, las preferentes, las hipotecas con cláusula suelo, etc, etc señalan directamente a las entidades bancarias y no sólo al capitalismo en general. Del mismo modo que los bajos salarios, los contratos precarios, las largas jornadas laborales, los accidentes, etc, apuntan a patronales como la CEOE o Fomento. Y los abusos de las compañías de telefonía, apuntan a otro oligopolio concreto y no sólo al capitalismo en general. El capitalismo es complejo, y una de sus defensas es presentarse como resultado fatal de un proceso que se quiere hacer pasar por natural e inevitable, por lo cual, para las grandes masas de población que padecen sus efectos es difícil identificarlo como un sistema que funciona con una lógica propia, que les perjudica de muchas maneras. Por esta razón, me parece políticamente conveniente desmontar tales defensas al ir desvelando los diversos intereses sectoriales, e incluso los rostros que hay detrás.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
Rosa y cinco millones más
Good morning, Spain, que es different
Rosa,
la anciana de 81 años, que ha muerto en Reus al incendiarse su casa por haber caído
la vela con que se alumbraba, es una muestra del deterioro social que han provocado
los recortes en gasto social, un ejemplo de la “recuperación” selectiva y de la
política que, según Rajoy, ha dado tan buenos resultados, que no hay que tocarla.
La
muerte de Rosa, una víctima de los recortes, del paro (de su yerno) y de las
bajas pensiones, es un caso extremo y directo de precariedad, pero entre los
cinco millones de personas afectadas por la pobreza energética hay otros casos
similares sin que sea tan evidente la relación entre la causa y el efecto. Personas
que mueren de frío, de un catarro mal curado o de neumonía por las mismas circunstancias
que Rosa, pero que no figuran en las estadísticas como víctimas de la pobreza inducida,
o mejor dicho, de la rapiña del oligopolio eléctrico alentada por el Gobierno
de Rajoy, que tanto ha hecho para que se den estas situaciones propias de los
años cuarenta y cincuenta, cuando Franco regía los destinos de la España
imperial pero con hambre.
Al
lado de la muerte de esta anciana hay que colocar los beneficios de miles de
millones de euros de las compañías eléctricas, que aumentan cada año, casi
doblan el beneficio de las compañías eléctricas europeas y apenas se redujeron
en los peores años de la recesión. La luz ha subido el doble que la media en la
UE y España es el cuarto país con la luz más cara.
Las
tres grandes compañías Endesa, Iberdrola y Gas Natural-Fenosa han ganado 56.600
millones de euros desde que comenzó la crisis hasta el año 2105; el peor año
fue 2013, en que sólo ganaron 5.900 millones de euros, pero en 2914 ganaron un
20% más. El año 2016 tampoco pinta mal. Su beneficio asciende a 20 millones
diarios. Endesa es la que más gana (empresa
pública privatizada por Aznar y ahora propiedad semipública de la italiana
ENEL), pues se sitúa entre las cinco más rentables del sector en Europa.
Formar
parte del consejo de administración de una gran compañía, en particular de alguna
de las eléctricas, es la puerta para pasar de la casta política a la casta económica
y se ha convertido en el destino final de muchos políticos, para contemplar cómodamente la vejez.
Lo
contrario que Rosa, y otros cientos de miles de personas, que, a edad avanzada,
casi sin fuerzas y con las limitaciones propias de la edad, se han de enfrentar
a sobrevivir con el mismo ánimo con que sobreviven los refugiados sirios o
iraquíes. Son los refugiados españoles dentro de su propia patria, que dependen
de la caridad pública o privada, de la menguante asistencia social y de los
bancos de alimentos. Ancianos, que junto con mujeres, enfermos y niños que no
hacen tres comidas al día (conseguirlo fue el empeño de Lula para Brasil), indican
que vamos camino del tercer mundo, y que estamos entre los campeones de Europa
en aumento de la desigualdad.
Desde
la dictadura, no se había visto un gobierno con un sentido de clase tan claro:
que gobierna para los ricos y desprecia a los asalariados y a los humildes. Un
gobierno antipopular a pesar de lo engañoso de su nombre, escogido para
confundir a millones de personas que no son ricas, pero son incautas y están mal
informadas.
Junto
con lograr que cinco millones de personas padezcan pobreza energética,
hay que recordar el "mérito" del Gobierno de haber empujado a más de 3
millones de personas desde la clase media hacia abajo, despeñadas a golpe de
decreto hacia la precariedad.
El Gobierno de Rajoy está
construyendo, con prisa pero sin pausa, una España disociada, empobrecida y crecientemente
desigual, que para una buena parte de sus habitantes ha retrocedido a los años
cincuenta, y que, en ciertos aspectos, cuando cinco millones de personas han de
renunciar a la energía eléctrica y recurren a las velas y al brasero para tener
luz y calentarse, en sólo ocho años ha retrocedido dos siglos.
viernes, 11 de noviembre de 2016
Trump
En España, país mediterráneo y católico, la familia es importante, y también las relaciones de la familia con el entorno de amigos y conocidos, que forman extensas redes de asistencia, protección, intercambio de favores, etc, etc. Pero eso no quiere decir que en otro tipo de sociedades, como USA, no existan tales redes, que tienen como base el núcleo familiar y las amistades para configurar las tramas de poder con que las élites se separan y distinguen del resto. Lo que cambia es el grado y la forma. En los años 50, Wright Mills, en "La élite del poder", estudió las relaciones entre las 400 grandes y poderosas familias de Nueva York y afirmaba, que a la hora de explicar la posición de los individuos en la cúspide de la escala social, tenían más importancia las relaciones familiares, los círculos selectos, la universidad de élite, los clubes privados, los deportes caros y la herencia, que los méritos obtenidos personalmente, en una sociedad en la que es un mito compartido que los individuos ascienden en la escala social gracias a sus méritos sin que existan obstáculos políticos o económicos estructurales que lo impidan. Y Trump es un millonario, hijo de un millonario, creo que ese dato obliga a matizar su inclusión en el grupo de los populistas. Trump no es un descamisado, ni tiene detrás ningún movimiento social. Tiene el poder que le dan el dinero y los medios de comunicación de Rupert Murdoch.
No necesariamente, Rafa, basta con que al líder supremo se le haya concedido tácitamente un poder sin limitaciones para que lo use a su albedrío. La jerarquía en el sentido de que existe una estructura de funcionamiento con una escala de responsabilidades no es lo característico de Podemos, que es más bien una confederación de grupos y grupúsculos donde el poder está en permanente discusión. Sobre ese magma regido con dificultad por un comité de dirección muy exiguo (y dividido), flota la figura del dirigente carismático.
Ley de lenguas
“Pasadas las primeras campañas de recuperación y
normalización en la década de los ochenta, los nacionalistas han acelerado sus
objetivos supremacistas en los últimos tiempos con dos cruzadas aparentemente
excluyentes, pero con idénticos intereses ideológicos. Las dos han estado
lideradas desde Cataluña. Una se inició en 2013 en el Senado, que acabó
concretándose en el manifiesto de una ley de lenguas cuyo objetico era otorgar
a todas las lenguas regionales el rango de oficiales en todo el territorio
nacional en igualdad de condiciones con la lengua común. Y otra, este mismo
años 2016, con otro manifiesto que pedía la oficialidad única del catalán en
Cataluña (…) El manifiesto nacionalista por una España plurilingüe es una forma
sutil de imponer un modelo multilingüe en España con el objetivo final de
territorializar las lenguas, es decir, convertir a las lenguas regionales en
únicas lenguas comunes en cada uno de sus territorios y, paradójicamente,
acabar con el estatus de lengua común de la única lengua que es común a todos
los españoles, la de Cervantes”
Extraído de “La ley de lenguas y el manifiesto Koiné”, de
Antonio Robles, en Claves nº 249,
noviembre/diciembre, 2016, pgs 72-81.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
Aliens
Good morning, Spain, que es different (and the USA, too)
Tremendo, inenarrable, indescriptible, horripilante, monstruoso. espeluznante, pavoroso. Dantesco.
Trump ha gando las elecciones en Estado Unidos. Después de Rajoy en la Moncloa, un ente nocivo, Trump en la Casa Blanca, otro ente aún peor.
No puede ser casualidad. Tiene que haber una inteligencia perversa que rija los destinos del cosmos; alguien superior más allá de Orión que sea el autor de este diseño deficiente.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca, es un ser que, por lo que dice y lo que dice que hace, se muestra ajeno a la raza humana, un ejemplo de humano antihumano, un ente que parece salido de un laboratorio como el experimento fallido de un sabio tan loco como el doctor Moreau, que fabricaba humanos infrahumanos o bestias cuasihumanas.
¿Cómo puede ser que un afortunado heredero, envalentonado defraudador fiscal, ufano machista, xenófobo, racista, clasista, ultranacionalista y beato, escaparate de las peores actitudes de la América profunda y reaccionaria, vaya a regir durante los próximos cuatro años los destinos de la primera economía mundial? ¿Cómo es posible que eso suceda? ¿Cómo es posible que un sujeto millonario e hijo de millonario haya podido obtener el apoyo de gente corriente, de millones de hombres y mujeres que viven de salarios a veces muy bajos?
¿Cómo es posible que un tipo que representa la peor cara del comportamiento del capital privado haya logrado convencer a los más golpeados por el capitalismo de que él es una garantía para sus intereses y una esperanza para mejorar sus vidas?
Trump representa la versión más extrema de la revolución conservadora, el neoliberalismo sin compasión, la victoria de los ricos de casta, de las defraudadores impunes y del Estado al servicio exclusivo de las clases altas; la ideología del sálvese quien pueda, y quien no pueda, que perezca por su propia incompetencia.
Trump viene a reforzar a la Europa más autoritaria y conservadora, clerical y patriarcal, nacionalista y xenófoba; al capitalismo sin complejos. Nos ofrece un mundo despiadado gobernado por el individualismo patológico, donde el egoísmo es la máxima virtud y la lucha de todos contra todos por bienes cada día más escasos (niega el cambio climático) es el horizonte más probable. Representa a la casta que, a pasos agigantados, dirige el mundo hacia su extinción, pero ganando dinero con ella.
Con que sólo lleve a cabo la mitad de todo lo que ha dicho que quiere hacer, nos podemos ir preparando.
A no ser que hagamos algo pronto, estamos perdidos.
viernes, 4 de noviembre de 2016
Hayek y el PP
Comentario a un texto de R. Cotarelo sobre el nuevo Gobierno de Rajoy y Hayek
Y sin embargo Hayek avisa a sus seguidores más torpes, entre los cuales los hispánicos están en la categoría de torpérrimos, cuando escribe en "Camino de servidumbre" (Alianza, 1978, p. 47): "Nada hay en los principios básicos del liberalismo que hagan de este un credo estacionario; no hay reglas absolutas establecidas de una vez y para siempre. El principio fundamental, según el cual en la ordenación de nuestros asuntos debemos hacer todo el uso posible de las fuerzas espontáneas de la sociedad y recurrir lo menos que se pueda a la coerción, permite una infinita variedad de aplicaciones (...) Probablemente, nada ha hecho tanto daño a la causa liberal como la rígida insistencia de algunos liberales en ciertas toscas reglas rutinarias, sobre todo en el principio del <laissez-faire>".
Y sin embargo Hayek avisa a sus seguidores más torpes, entre los cuales los hispánicos están en la categoría de torpérrimos, cuando escribe en "Camino de servidumbre" (Alianza, 1978, p. 47): "Nada hay en los principios básicos del liberalismo que hagan de este un credo estacionario; no hay reglas absolutas establecidas de una vez y para siempre. El principio fundamental, según el cual en la ordenación de nuestros asuntos debemos hacer todo el uso posible de las fuerzas espontáneas de la sociedad y recurrir lo menos que se pueda a la coerción, permite una infinita variedad de aplicaciones (...) Probablemente, nada ha hecho tanto daño a la causa liberal como la rígida insistencia de algunos liberales en ciertas toscas reglas rutinarias, sobre todo en el principio del <laissez-faire>".
El pisito
Good morning, Spain que
es different
Anda
revuelta la prensa, la canallesca y la otra, con el asunto del piso, pequeño
(60 m2), de Ramón Espinar, junior, en Alcobendas, y los tertulianos de moral
farisaica se han lanzado como chacales sobre una presa menor pero apetecida,
fingiendo ignorar cual es la lógica del sistema. Recordémosla brevemente (para
más información remito al capítulo 4. “El milagro soy yo. El relato triunfal de
la etapa aznariana” de “Perdidos. España sin pulso y sin rumbo”, Madrid, 2015).
Entre
las primeras medidas que adoptó José María Aznar, que tomó posesión de su cargo
el 4 de mayo de 1996, estuvo el Decreto Ley 5/1996, de 27 de junio, y algo más tarde
la Ley 6/1998 de Régimen del Suelo, que liberalizaron el suelo, haciendo
urbanizable todo el suelo nacional, acortaron el tiempo de información pública,
agilizaron los trámites para urbanizar, redujeron del 15% al 10% el porcentaje
de terreno mínimo cedido por los promotores a los municipios e introdujeron la
figura del agente urbanizador no propietario. Era el disparo de salida de la
España que iba a ir bien.
La Ley
del Suelo, aprobada en el Congreso por 167 votos a favor, 143 en contra y 4
abstenciones, se presentó como una iniciativa para abaratar el precio de las
viviendas. El ministro de Fomento, Arias Salgado, señaló que al aumentar la
cantidad de suelo urbanizable, la esperable reducción del precio repercutiría
en el coste final de las viviendas. Cristina Narbona, entonces portavoz del
PSOE en la materia, dijo que con esa ley no se abaratarían ni el suelo ni la
vivienda. Y así fue, porque el modelo respondía a lo que se quería obtener de
él en una fase alcista de la economía: resultados a corto plazo y proporcionar
un dinero fácil y rápido a empresas constructoras y promotores inmobiliarios.
Era la mejor prueba de lo bien que funcionaba lo que Aznar llamaba la España de
las oportunidades.
Cristóbal
Montoro (ABC 10-10-2002), a la sazón
ministro de Hacienda, quitaba importancia a la deuda de las familias,
porque la compra de un piso programaba a largo plazo el nivel de ahorro, y que
eso era muy bueno. Además, el sector inmobiliario, como motor económico,
permitía crecer cuatro veces más que la media europea. El auge del mercado
inmobiliario había formado un “círculo
virtuoso” al empujar el empleo y la demanda de vivienda nueva. Tampoco para
Rato, vicepresidente del Gobierno, el modelo era un problema: “En 2003 se construyeron cerca de 700.0000
viviendas, lo cual es muy positivo para la economía española. Además, se han comprado, lo que
indica que no hay problema de insatisfacción de la demanda. Al revés, es muy
elástica, como lo refleja el ritmo de crecimiento de las hipotecas. Son los
españoles los que han decidido invertir en vivienda; unos porque antes no
habían podido hacerlo y otros porque destinan ahí sus ahorros “(El País, 23-2-2004).
Lo
que vino después es sabido, y padecido, pero entonces lo que importaba era el
crecimiento del PIB, o sea la suma de bienes y servicios producidos en un año. Si
subía el precio de las viviendas aumentaba su repercusión en el PIB, así como lo
que venía antes (créditos a las inmobiliarias y lo derivado de la construcción
y comercialización de viviendas, así como aumento del empleo) y después de cada
piso vendido (hipotecas, notarios y la industria auxiliar de productos y
servicios -sanitarios, mobiliario, carpintería, fontanería, cristalería, persianas,
cerrajería, mantenimientos, etc, etc), con sus correspondientes impuestos. Pero
todo eso movía la economía y hacía subir el PIB. Todos contentos, de manera que
quien intervenía en el proceso contribuía a aumentar la prosperidad del país y especular
se convertía en un inconsciente acto de patriotismo.
Ante
esta lógica, en la España que iba bien, ¿quién vendería una vivienda, aunque
fuera pequeña, por el mismo precio al que la había comprado? Pues nadie, o casi
nadie. Algún loco o algún santo, pero de esos hay pocos.
Dejando
aparte el modo de financiarlo y cómo le fue adjudicado el piso de Alcobendas, pormenores
que desconozco, este fue el caso de Ramón Espinar, que, como tantos otros,
respondió a la lógica del capitalismo, vendiendo una vivienda pública, que
nunca habitó, por un precio superior al de compra.
El
caso de Espinar no es comparable con la decisión de Ana Botella, siendo alcaldesa
de Madrid, de vender 1.860 viviendas públicas, en las que no vivía y que
tampoco eran suyas, a un fondo carroñero internacional.
No tiene comparación, pero la
acción de Ramón Espinar, siendo portavoz de Podemos en el Senado y un crítico severo del
capitalismo, no cuadra con la ideología que ahora defiende, y es fea, muy fea,
aunque sea legal.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
El “fenómeno”
Good morning, Spain, que es
different
En
el grisáceo firmamento de la oratoria política española ha hecho su aparición una
nueva estrella, que, con sus peculiares maneras, ha de reanimar en el futuro el
declinante arte de la retórica parlamentaria con nuevas dosis de crispación,
aunque no de conocimiento.
La
luminaria se llama Gabriel Rufián, diputado de Esquerra Republicana de Cataluña,
quien ya había dado muestras de su estilo directo y faltón pero carente de
sustancia política, que recuerda los peores años de crispación en el Congreso cuando
desde la bancada del Partido Popular se insultaba a Felipe González y a Rodríguez
Zapatero.
Rufián
sigue la escuela agresiva y monotemática, si puede llamarse así, del veterano portavoz
de Esquerra, Joan Tardá, antaño comunista internacionalista de Bandera Roja y del
PSUC y hoy nacionalista converso e independentista contumaz, pero, en la sesión
de investidura de Rajoy, el ignaro catecúmeno ha aventajado al maestro en
audacia y aspereza, por lo que tiene bien ganado el cargo de portacoz de su
grupo.
El
gesto desafiante como de un perdonavidas de barrio al subir a la tribuna del
hemiciclo recordó la irrupción de un toro en el ruedo, mirando a todos los lados
y buscando a quien embestir, pues, a consecuencia de un discurso con frases de
doble sentido y aviesa intención, mal hilvanado y plagado de sonoras faltas de
ortografía, Rufián pareció confundir la investidura con la embestida. Actitud que
una amiga ha definido, con femenil acierto, como propia de un aprendiz de macho
alfa.
Aunque
repartió “leña” a todos, los venablos de este diputado se dirigieron sobre todo
contra el PSOE en forma de insultos y metáforas vejatorias en una alusión directa,
leída con poca soltura. Con lo cual, al discurso ramplón y a la prosa
garbancera, tan abundantes en las cámaras españolas, el diputado Rufián añadió
el insulto con “chuleta”, que es el último recurso del mal orador y del político
inepto.
En
una sesión de excepcional importancia en el Congreso, este deslustrado sujeto perdió
dos magníficas ocasiones para hacerse notar por otras razones. En primer lugar,
por su capacidad política, si hubiera hablado de los dudosos méritos del
candidato para ser investido, haciendo un balance de su largo mandato y situándolo
en la actual coyuntura española y europea. Lo cual no era fácil. Y en segundo
lugar, haciendo gala de sabia prudencia al callar sobre asuntos que más le valiera
no haber tocado, pues ponen en evidencia su vasta ignorancia sobre aspectos de
la historia de su propio partido y acontecimientos dramáticos del país que
pretende conducir a la independencia.
Rufián
llamó iscariotes y traidores a los socialistas, que se han visto presionados
por la izquierda y por la derecha para apoyar indirectamente a Rajoy, pero
seguramente ignora, como tantas otras cosas de Cataluña y del mundo en general,
que, Companys se vio igualmente presionado por la izquierda y por la derecha, y,
como Pedro Sánchez, dentro de su partido por Josep Dencás, un aventurero nacionalista
con tendencias fascistoides que acabó de Consejero de Gobernación, por lo cual ostentaba
el mando de 3.200 policías y 3.400 “escamots”, una fuerza armada que le permitía
ejercer una disimulada presión sobre el Gobierno de la Generalitat y una
represión sin disimulos sobre los trabajadores en huelga.
Rufián
también ignora que en octubre de 1934, ERC perpetró dos traiciones, dos, en
pocas horas. La primera, corrió por cuenta del Gobierno de la Generalitat, cuando
en la tarde del día 6 de octubre, Lluís Companys proclamó, con voz vacilante,
el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, “para salvar el honor
de la protesta” que había comenzado el día anterior.
“La
Generalidad asiste a un nacimiento como si fuera un funeral. Está de luto.
Cumplida la ceremonia, el Consejo se retira a esperar. Es la noche del sábado.
Aquelarre”, escribe Maurín, en Revolución
y contrarrevolución en España.
De
este modo, el Gobierno de la Generalitat, con Companys al frente, fue desleal al
gobierno de la II República en 1934, como en 1931 lo había sido Maciá con el
gobierno provisional.
La
segunda traición fue dejar en la estacada a los insurrectos después de haber
alentado la insurrección. “En lo más encarnizado de la lucha (entre los obreros
alzados y las tropas del general Batet), Dencás no se movió de su despacho,
negando a Companys la ayuda que le pedía. Cuando todo hubo terminado despidió a
sus escamots, a quienes no había permitido salir de sus cuarteles, y los envió
a sus casas, escapándose él por una alcantarilla y logrando pasar la frontera”,
escribe Gerald Brenan en El laberinto
español. Poco después, Dencás se refugió en la Italia de Mussolini. Aunque España es un país donde las más
extrañas combinaciones de cobardía y fanatismo son posibles, la única
explicación racional sobre la conducta de Dencás es la de que fue un agente
provocador a sueldo de los monárquicos españoles, razona Brenan.
“Nos
han vendido, dice Companys, cuando el general Batet empieza a enviarle
granadas, que caen como las manzanas de Newton sobre la mesa de su despacho
presidencial (…) Pero ¿quién ha vendido a quién? Batet no ha vendido a nadie. Es
militar profesional. Ha habido, sí, una venta. La pequeña burguesía de la
Generalidad ha vendido las libertades de Cataluña, y con ellas al movimiento
obrero” (Maurín, obra citada).
En la obra de ambos autores y
en las Memorias de Manuel Azaña, por ejemplo, puede encontrar el diputado Rufián la ilustración
de que carece, y que le podría servir en el futuro para ser más comedido en sus
juicios y más útil en su labor parlamentaria.
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