Comentario a propósito de un texto de Gaizka sobre al bandera nacional
La bandera es un trapo cargado de simbolismo; por lo general representa al Estado, al país, a lo permanente, más que al gobierno, a lo cambiante. En la II República, creo que fue un error de los republicanos cambiar los colores de la bandera (otra cosa son los elementos del escudo, etc, etc), pues se dejaba a los rupturistas (los alzados del 18 de julio) presentarse como los garantes de la continuidad del país, que no fue tal, pues instauraron a sangre y fuego un régimen ahormado según los revolucionarios principios totalitarios, tan en boga en Europa los años treinta. Con la renuncia del monarca por propia voluntad, el régimen de la República, que era legítimo y reformista, adoptó un símbolo nacional que suponía una ruptura, en tanto que el régimen franquista, que era revolucionario porque rompió con la legitimidad -"el nuevo amanecer"-, adoptó un símbolo que representaba la continuidad. Paradojas de este país.
domingo, 31 de mayo de 2015
viernes, 29 de mayo de 2015
El ocaso de IU
Comentario a un post de Cotarelo en Palinuro
Dado el pragmatismo que muestran sus dirigentes, dudo que en Podemos cometan el error de bloquear posibles gobiernos de izquierda o de centro izquierda, con peticiones extravagantes. Sería, efectivamente suicida, la prueba del algodón, pero es la espuela que le hacía falta al PSOE para sacarlo del paso cansino en que estaba metido y ponerlo a trotar en serio hacia la socialdemocracia. Eso no pudo hacerlo IU, que se conformó con un porcentaje de votos que le permitiera estar en las instituciones, ni antes el PCE, que demostró en la Transición (y en la II República) que no era un partido revolucionario (o rupturista), sino sensato y de consenso; labor difícil, por otra parte, pero tampoco podía mostrar credenciales socialdemócratas por razones obvias (y de edad), con lo cual el "sorpasso" que Anguita quería era (y fue) imposible, y se resolvió en un pinza con el PP, de la cual Aznar se deshizo en cuanto pudo dejando a Anguita tirado en la cuneta.
Controlada IU por una compleja pero férrea estructura y temerosa de perder cuotas de poder institucional, tampoco se ha arriesgado a permitir reformas internas ni a abrirse a movimientos del exterior para remozarse ideológica y políticamente, aunque sí generacionalmente (ha admitido jóvenes en sus filas, a condición de seguir comportándose como los viejos). Hasta ahora ha podido sobrevivir porque aparentaba que era una fuerza necesaria, pero la emergencia de Podemos y la reordenación del mapa político han acabado con ese sueño.
jueves, 28 de mayo de 2015
Desesperación Aguirre
Good morning, Spain, que es different
Cuando
en el PP cunde la perplejidad y Rajoy está paralizado, es decir, como siempre,
Aguirre no se resigna a rendir a los "rojos bolivarianos" el
consistorio que aún no tiene. Lejos de quedarse quieta, ha pasado a la ofensiva
al ofrecer al PSOE y a Ciudadanos un pacto municipal para impedir que Manuela
Carmena llegue a la alcaldía de Madrid, aún a costa de ceder la alcaldía al candidato del PSOE Antonio
Miguel Carmona.
La
precipitada maniobra, pues no es otra cosa, descansa en varios supuestos que
son falsos. El primero hace referencia a las posibles fuerzas firmantes del
pacto, que, en teoría, tendrían algo en común, pero ante eso se alzan dos
obstáculos de fondo: la regeneración y la lucha contra la corrupción, que se
presenta como condición innegociable en ambos partidos, y, al menos en el caso
del PSOE, la política de austeridad, una vez que han decidido revisar la etapa
de Zapatero, incluso se han desdicho de la reforma del artículo 135 de la
Constitución. Por ahí, tampoco hay acuerdo a pesar de que Aguirre haya dicho
que comparte, ahora sí, el programa del PSOE; cosa difícil de creer después de
haberlos puesto durante años como hoja de perejil.
Hay
también un obstáculo de oportunidad: y es la cercanía de las elecciones
generales, donde es poco creíble que alguien vaya a pactar con una fuerza a la
que espera ver derrotada en unos meses, y que, en el pacto, en el caso de llevarse a cabo, podría verse arrastrado con la caída de su oponente.
Otro
supuesto falso es el patrocinio de la idea; es difícil llegar a un pacto de
“centro”, con alguien que está situado en la extrema derecha, y que suma el
despotismo de la nobleza al autoritarismo de los herederos de Franco, es
experta en maniobras, hace gala de saltarse todas las convenciones a la torera
y en el debate político abusa de la demagogia y el juego sucio. Aguirre es
temible para los suyos, como para tenerla de socia en una maniobra a la
desesperada.
Respeto
al motivo explícito del pacto, también hay que decir que es falso y además
torticero. Aguirre no compara su programa (hecho público el día anterior a las
elecciones, lo que muestra lo poco que le importa el municipio de Madrid) con
el de Ahora Madrid y propone el suyo porque es mejor, sino que descalifica a
esta formación como un peligro para la democracia occidental, como antes había
descalificado a Manuela Carmena como defensora de terroristas. Pero ahí se ve
la mala condición de la condesa de Bornos, pues Carmena no representa un
peligro para la democracia occidental, como indica Aguirre, sino todo lo
contrario.
Manuela
Carmena luchó contra la dictadura y, por circunstancias afortunadas, pudo
salvarse del atentado, perpetrado en 1977 por un grupo terrorista formado por franquistas recalcitrantes, contra el despacho
de abogados laboralistas de la calle de Atocha.
De
Aguirre no se puede decir lo mismo. Nacida en 1952, cuando Franco murió ella
tenía edad suficiente para haber mostrado en los hechos su oposición a la
dictadura y su talante democrático. Se podía haber hecho notar como opositora, igual
que Isabel Álvarez de Toledo (1936-2008), duquesa de Medina Sidonia, tres veces
Grande de España y conocida como la “duquesa roja” por su ideal republicano su
distancia respecto al franquismo y su defensa de la revolución cubana. Incluso estuvo
en la cárcel en 1969 por participar en una manifestación a favor de las
indemnizaciones a los agricultores afectados por las bombas de Palomares.
Pero
a Aguirre no se le conoce referencia alguna que pueda probar esa vocación democrática
de la que tanto alardea, sino al contrario, ha defendido las medidas más duras
y antidemocráticas del Partido Popular y ha ejercido sin límites el poder de
que ha dispuesto en el Partido y en el Estado.
El motivo implícito del
aparente sacrificio de Aguirre, que renuncia a la alcaldía para defender la
democracia occidental, es no verse privada de una plataforma de poder público que
le es necesaria para disputar la jefatura del Partido a Rajoy, tras el
previsible revolcón electoral del mes de noviembre. Sin embargo, la experiencia
enseña que la parsimonia de Rajoy y su afición a dejar que las cosas se arreglen
con el tiempo o se pudran, acaba achicharrando a los que quieren sucederle con
prisa, y Aguirre es el último churrasco.
lunes, 25 de mayo de 2015
Derrota de Aguirre
Good morning, Spain, que es different:
En Madrid el resultado de las elecciones locales ha tenido un marcado carácter plebeyo, porque así lo quiso la reina de la fiesta, la sexagenaria "starlet" que optaba a hacerse con la alcaldía de la Corte y Villa, que por la acción expoliadora complementada con la desidia de los de su cuerda, merece el título de Cutre y Villa, cada día más villa, por la paletez que atesora y por la villanía de sus regidores.
Por su conveniencia, para separarse de Cifuentes y colocarse frente a Rajoy, al que aspiraba (y no sabemos si sigue aspirando) a suceder en la dirección del PP), y por su real gana, la condesa de (so)Bornos ha planteado la campaña electoral en torno a sí misma: a su chulería, a su majeza, a su verborrea, constituyéndose en el buque insignia de la flota "pepera" en Madrid o, en términos anglosajones que tanto le gustan, quería ser el Lord del Almirantazgo popular, ante a un minúsculo Rajoy degradado poco menos que a grumetillo. Aguirre se consideraba la Armada Invencible del PP. Era la campaña de una Grande de España (Una, Grande y Mercado Libre) para convencer a sus vasallos de la conveniencia de seguir siendo vasallos contando con su voto. Craso error, porque planteada en términos tan despóticos y personalistas, los escuetos resultados obtenidos le corresponden a ella incluso más que al PP, queda en peor situación que su colega y sin embargo competidora, Cristina Cifuentes en la Comunidad, y desbaratan su estrategia de sustituir a Rajoy con el respaldo de un éxito electoral arrollador e inobjetable.
Pero una buena porción de ciudadanos llanos de Madrid se ha cansado de sus chulerías y desplantes, de que haya convertido la región en una oportunidad de negocio para a sus amigos y familiares, de que haya vivido rodeada de corruptos y del estilo rastrero y autoritario de la campaña electoral. La rebelión de los plebeyos a colocado a la Grande de España en la oposición; allí hablará cuando le concedan la palabra y, a lo mejor, en su partido, una vez rebajados los humos, hasta le hacen que trabaje un poco para ganarse el sueldo. ¿Soportará durante mucho tiempo esta "afrenta"? ¿Alguien ve a Aguirre cuatro años en la oposición esperando a una nueva oportunidad de llegar a la alcaldía en 2019?
Por su conveniencia, para separarse de Cifuentes y colocarse frente a Rajoy, al que aspiraba (y no sabemos si sigue aspirando) a suceder en la dirección del PP), y por su real gana, la condesa de (so)Bornos ha planteado la campaña electoral en torno a sí misma: a su chulería, a su majeza, a su verborrea, constituyéndose en el buque insignia de la flota "pepera" en Madrid o, en términos anglosajones que tanto le gustan, quería ser el Lord del Almirantazgo popular, ante a un minúsculo Rajoy degradado poco menos que a grumetillo. Aguirre se consideraba la Armada Invencible del PP. Era la campaña de una Grande de España (Una, Grande y Mercado Libre) para convencer a sus vasallos de la conveniencia de seguir siendo vasallos contando con su voto. Craso error, porque planteada en términos tan despóticos y personalistas, los escuetos resultados obtenidos le corresponden a ella incluso más que al PP, queda en peor situación que su colega y sin embargo competidora, Cristina Cifuentes en la Comunidad, y desbaratan su estrategia de sustituir a Rajoy con el respaldo de un éxito electoral arrollador e inobjetable.
Pero una buena porción de ciudadanos llanos de Madrid se ha cansado de sus chulerías y desplantes, de que haya convertido la región en una oportunidad de negocio para a sus amigos y familiares, de que haya vivido rodeada de corruptos y del estilo rastrero y autoritario de la campaña electoral. La rebelión de los plebeyos a colocado a la Grande de España en la oposición; allí hablará cuando le concedan la palabra y, a lo mejor, en su partido, una vez rebajados los humos, hasta le hacen que trabaje un poco para ganarse el sueldo. ¿Soportará durante mucho tiempo esta "afrenta"? ¿Alguien ve a Aguirre cuatro años en la oposición esperando a una nueva oportunidad de llegar a la alcaldía en 2019?
viernes, 22 de mayo de 2015
Dos mujeres
Good morning, Spain, que es different
Dos mujeres, dos vidas, dos mundos. Manuela Carmena y Esperanza Aguirre.
Manuela Carmena (71 años). Abogada.
A los 33 años era abogada en el despacho laboralista de la calle Atocha donde fueron asesinados cinco de sus compañeros, por miembros de la extrema derecha.
A los 45 años, como juez de vigilancia penitenciaria, abogó por que la prisión fuera una oportunidad de rescatar al ser humano. Insistió en tener psicólogos en su equipo y en conseguir la rehabilitación de los toxicómanos.
A los 49 años fue decana de los juzgados de Madrid, y suprimió las denominadas "astillas", que eran un tipo de soborno muy extendido, que cobraban los funcionarios para agilizar la tramitación de los asuntos.
A los 52 años, como vocal del Consejo General del Poder Judicial, renunció al coche oficial para utilizar la bici y el transporte público y pidió bajarse el sueldo.
A los 65, como relatora de las Naciones Unidas, criticó severamente las violaciones a los Derechos Humanos en países como Venezuela.
A los 66, ya jubilada, invierte parte de sus ahorros en montar una tienda social en Malasaña de ropa de bebé hecha por reclusas.
A los 71 años, es posible que Manuela sea alcaldesa de Madrid.
A los 33 años era abogada en el despacho laboralista de la calle Atocha donde fueron asesinados cinco de sus compañeros, por miembros de la extrema derecha.
A los 45 años, como juez de vigilancia penitenciaria, abogó por que la prisión fuera una oportunidad de rescatar al ser humano. Insistió en tener psicólogos en su equipo y en conseguir la rehabilitación de los toxicómanos.
A los 49 años fue decana de los juzgados de Madrid, y suprimió las denominadas "astillas", que eran un tipo de soborno muy extendido, que cobraban los funcionarios para agilizar la tramitación de los asuntos.
A los 52 años, como vocal del Consejo General del Poder Judicial, renunció al coche oficial para utilizar la bici y el transporte público y pidió bajarse el sueldo.
A los 65, como relatora de las Naciones Unidas, criticó severamente las violaciones a los Derechos Humanos en países como Venezuela.
A los 66, ya jubilada, invierte parte de sus ahorros en montar una tienda social en Malasaña de ropa de bebé hecha por reclusas.
A los 71 años, es posible que Manuela sea alcaldesa de Madrid.
Esperanza Aguirre (63 años). Condesa de Bornos y Grande de España.
Neoliberal, partidaria del Estado mínimo, del mercado máximo y crítica de las mamandurrias.
1976-1982. Licenciada en Derecho y técnico del Estado (funcionaria de alto rango).
1983-1996: Concejala del Ayuntamiento de Madrid.
1996-1999: Ministra de Cultura.
1999-2002: Presidenta del Senado.
2003-2012: Presidenta de la Comunidad de Madrid.
2012-2015: Cazatalentos privada y bien remunerada. Presidenta del PP de Madrid.
2015. : Añora el poder del Estado y el sueldo del erario público, y se presenta como candidata a la alcaldía de la capital de España.
Es posible, incluso deseable, que Esperanza Aguirre no sea alcaldesa de Madrid.
Neoliberal, partidaria del Estado mínimo, del mercado máximo y crítica de las mamandurrias.
1976-1982. Licenciada en Derecho y técnico del Estado (funcionaria de alto rango).
1983-1996: Concejala del Ayuntamiento de Madrid.
1996-1999: Ministra de Cultura.
1999-2002: Presidenta del Senado.
2003-2012: Presidenta de la Comunidad de Madrid.
2012-2015: Cazatalentos privada y bien remunerada. Presidenta del PP de Madrid.
2015. : Añora el poder del Estado y el sueldo del erario público, y se presenta como candidata a la alcaldía de la capital de España.
Es posible, incluso deseable, que Esperanza Aguirre no sea alcaldesa de Madrid.
El tesorero vuelve
Good morning, Spain,
que es different
El tesorero vuelve al tesoro
Ha sonado el timbre de la puerta en Génova 13 (Rue del
Percebe), pero al abrir no estaba en el umbral una señorita de Avon vendiendo
productos de belleza, sino el antiguo repartidor de sobres, el muñidor de
apaños financieros, el evasor de confianza, el contable fiable, el subvencionador
de guatequines infantiles con confeti y choped ibérico de bellota y el conseguidor
de otras muchas maravillas, el mismísimo Luis Bárcenas.
Recién salido de la trena (“De Ávila”, decía Tony Leblanc
en “Los tramposos”), Bárcenas vuelve a la vida activa y pública para preguntar
qué hay de lo suyo, como antes los perceptores de sobres le preguntaban a él “qué
hay de lo mío” hasta que soltaba la manteca, porque el PP es un partido jerárquico
pero adiposo y bien engrasado.
Una vez que el juez instructor ha reconocido que el PP se
ha estado financiando de manera ilegal durante dos décadas y que se extienden
hacia atrás y hacia arriba las responsabilidades del caso, Bárcenas vuelve para
recuperar el lugar que le corresponde, el de aplicado tesorero (y a ratos
senador) a las órdenes de quienes han dirigido y dirigen sin resistencias internas
un partido organizado verticalmente, en el que no se hace un movimiento que no
esté autorizado por el líder, mucho menos lo referido al dinero, que es su
principal razón de existir ("Estoy en política para forrarme").
Bárcenas quiere su dinero o volver a su puesto de diligente empleado.
Ahora resulta que el finiquito simulado en diferido ha quedado en una simple propina para que aceptara pasar una temporada en el mako (“Sé fuerte, Luis. Aguanta”), pero el despechado tesorero lo interpreta como un despido improcedente (“Mariano, sé fuerte. Y paga”), que, de acabar en los juzgados, puede dar la razón al demandante y obligar a la empresa, es decir al partido- Gurtel & Company, a reintegrarle en su puesto de trabajo o a indemnizarle con un finiquito verdadero, un refiniquito, un copago de finiquito final o cualquier otra fórmula original que madame Cospedal se saque de la manga.
Ahora resulta que el finiquito simulado en diferido ha quedado en una simple propina para que aceptara pasar una temporada en el mako (“Sé fuerte, Luis. Aguanta”), pero el despechado tesorero lo interpreta como un despido improcedente (“Mariano, sé fuerte. Y paga”), que, de acabar en los juzgados, puede dar la razón al demandante y obligar a la empresa, es decir al partido- Gurtel & Company, a reintegrarle en su puesto de trabajo o a indemnizarle con un finiquito verdadero, un refiniquito, un copago de finiquito final o cualquier otra fórmula original que madame Cospedal se saque de la manga.
jueves, 21 de mayo de 2015
Eutanasia
Comentario a un texto de Luis Roca Jusmet
La vivienda es importante, pero la morienda también. El derecho a morir dignamente, a morir por voluntad propia, a decidir el momento de dejar este mundo es la última fase de la soberanía personal y el acto que culmina la autonomía del sujeto, el proceso iniciado en el Renacimiento y aún no completado. No seremos plenamente libres sino podemos decidir sobre el momento mas trascendente de nuestra vida, que es abandonarla. Y eso, de momento no ocurre, disponemos de ciertos derechos mientras estamos vivos, pero carecemos del derecho a dejar de estarlo. Probablemente la eutanasia sea el gran derecho a conquistar en el siglo XXI, lo cual indica que, al menos, en este rincón del mundo habremos dado un paso más para librarnos de la tutela de las iglesias, que son, en realidad, las administradoras de este derecho personal.
La vivienda es importante, pero la morienda también. El derecho a morir dignamente, a morir por voluntad propia, a decidir el momento de dejar este mundo es la última fase de la soberanía personal y el acto que culmina la autonomía del sujeto, el proceso iniciado en el Renacimiento y aún no completado. No seremos plenamente libres sino podemos decidir sobre el momento mas trascendente de nuestra vida, que es abandonarla. Y eso, de momento no ocurre, disponemos de ciertos derechos mientras estamos vivos, pero carecemos del derecho a dejar de estarlo. Probablemente la eutanasia sea el gran derecho a conquistar en el siglo XXI, lo cual indica que, al menos, en este rincón del mundo habremos dado un paso más para librarnos de la tutela de las iglesias, que son, en realidad, las administradoras de este derecho personal.
miércoles, 20 de mayo de 2015
Aguirre en campaña
Good morning, Spain, que es
different
Esperanza
Aguirre quiere ser alcaldesa de Madrid y no dice por qué, pero se adivina. La
primera razón es porque aspira a seguir mandando y mamando del Estado, como ha
hecho a lo largo de su vida adulta, y además utilizar las instituciones
públicas para defender los intereses de familiares y allegados. Pero hay otra
razón que es compatible con esta.
Aguirre
necesita un cargo público de relumbrón, desde el cual disputar a Mariano Rajoy
la dirección del Partido. Dejó la presidencia de la Comunidad de Madrid para
salvarse de los casos de corrupción de personas de su confianza que la podían
salpicar, pero con ello, a pesar de presidir el PP madrileño, se privó de una
plataforma necesaria para llevar a cabo sus planes.
Más tarde se dio cuenta del
error y ahora, desde una institución pública tan importante como el
Ayuntamiento de la capital, quiere dejar las intrigas y plantear la batalla
decisiva a un Rajoy que, según todos los pronósticos, está en fase de perder
cuotas de poder en toda España. Frente a un líder indeciso, discutido y
posiblemente derrotado en las elecciones generales de noviembre, la “Lideresa” se
presenta como la dirigente firme y decidida que necesita la derecha española en
horas bajas. Aguirre quiere ser la Spanish
Thatcher, la legítima heredera de Aznar, que ponga en evidencia la
inconsistencia de Rajoy. Ambición, sólo ambición, disfrazada de patriotismo.
Por
esta causa, su campaña electoral, salvo algunos despropósitos concretos, no alude
a problemas municipales sino a ideas generales, lo cual muestra que, en el
hipotético caso de alzarse con la alcaldía, se mantendrá en ella sólo el tiempo
necesario para lograr su gran objetivo, que es desplazar a Rajoy y, a ser
posible, llegar a La Moncloa. Mientras tanto, no necesita programa de gobierno,
le basta seguir las inclinaciones que le marque su neoliberal instinto de clase
y mantener una permanente campaña electoral sobre sí misma, propósito en el que
no le ha de faltar el apoyo de la prensa servil. Si la ambiciosa pero modesta Margaret
Thatcher, hija de un tendero, llegó al 10 de Downing Street, una condesa y
Grande de España no puede aspirar a menos.
Se
puede decir que la campaña personal de Aguirre “coincide” con la campaña
electoral del PP, a la que alude de vez en cuando, porque ella sola, como un
verso suelto del partido, se erige en defensora de España (su España), de la libertad,
de la democracia, de la regeneración, de la vida y del imperio de la ley. La
caraba. Carente de rubor y pertrechada con tales ideas, en realidad meras
palabras, ha retado a los aspirantes de los demás partidos a la alcaldía a
debatir con ella, pero ateniéndose a sus condiciones.
Con
una obscena demostración de uso patrimonial del poder se ha enseñoreado de
Telemadrid, que es como su casa, aunque la haya llevado a la quiebra a base de
exigirle inauditas dosis de coba, y se ha convertido en la estrella de la noche
recibiendo a sus oponentes a destajo, a los que va despachando uno tras otro,
sin escucharles ni concederles la menor tregua, contando con la aquiescencia de
la moderadora para quitarles la posibilidad de aprovechar a su gusto el escaso
margen de tiempo del que disponen.
Todo
ello parece una broma -una emisora pública utilizada como plataforma personal, el
formato del llamado debate y una empleada a su servicio haciendo el papel de
árbitro vendido al equipo local- pero es dramáticamente cierto. Aguirre es un
espécimen de este país; una genuina representación de la derecha hispánica, que
sólo juega cuando ha podido marcar las cartas.
En
realidad, esos debates carecen de sentido, porque Aguirre no quiere debatir,
sino lucir su cinismo, envuelto en descaro y campechanía. Para ella, las
palabras carecen de valor y los hechos también, la realidad no cuenta y los
llamados valores que dice defender, tampoco, pues su propia vida es una
negación completa de lo que proclama. Así, pues, carece de sentido hablar con
ella, es mejor tratar de entenderse con un chimpancé, con el cual es posible
compartir gestos y algún sentimiento sincero, como la compasión, que Aguirre
desconoce por cuna y deformación profesional. Nobleza obliga.
Desde hace años, Aguirre es
una de las caras más tópicas de nuestro agónico régimen político -una
democracia de parientes y clientes- y del capitalismo español, un capitalismo
de amigotes, salvaje y parasitario, en el que se pueden hacer fáciles negocios
al amparo del poder público. Por lo tanto, nada hay que discutir; el lenguaje
que entiende es el de los hechos y el único argumento que le afecta es la
derrota.
martes, 19 de mayo de 2015
Olvidos de Aguirre
Good morning, Spain, que es different
En el debate de anoche en Telemadrid, Esperanza
Aguirre hizo alarde de una memoria corta pero sesgada. Ahí va una ración de
rabos de pasa.
Aznar fue
investido presidente del Gobierno con el apoyo del PNV (cosa que el PNV le negó
a Zapatero). Era la etapa en que Arzalluz decía de Aznar que “era un hombre
cabal”, que “había hecho en un año más por el País Vasco que todos los demás en
20 años”. Era cuando Aznar alardeaba de hablar catalán en la intimidad y no
sabemos si vascuence en la cocina.
Cuando Aznar
llegó al Gobierno en mayo de 1996, ETA acababa de asesinar, el 4 de marzo, al
inspector de la Ertzaintza, Montxo Doral, al catedrático y expresidente del
Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente, el 14 de febrero, y
secuestrado a Ortega Lara, el 17 de enero.
Después del
secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco (Ermua, julio 1997), el Congreso,
en noviembre de 1998, aprobó una moción instando al Gobierno a reorientar
la política penitenciaria para facilitar el fin del terrorismo, y en junio de 1999
aprobó otra. Para entonces ya se había firmado el Pacto de Estella
(septiembre, 1998), ETA había declarado el alto el fuego, se habían
celebrado las elecciones vascas en octubre de 1998, y cinco días antes de esa
fecha el Gobierno había trasladado a 4 presos de ETA enfermos a cárceles del
País Vasco. En diciembre se trasladaron a Euskadi 21 presos desde las cárceles de
Ceuta, Melilla, Baleares y Canarias, entre ellas el matarife De Juana
Chaos. Y todo eso antes de que, en mayo de 1999, los delegados del
Gobierno de Aznar se entrevistaran en Zúrich con los dirigentes etarras Mikel
Antza y Belén González Peñalba.
Durante los
mandatos de Aznar se produjeron 311 excarcelaciones de etarras, de las cuales
64 correspondieron a terroristas condenados a penas superiores a 20
años.
Un
caso muy significativo fue el del etarra Iñaki Bilbao, condenado a 52 años de
prisión, reducidos a 30 por efecto de la acumulación de penas, de los que
efectivamente cumplió 17 años. Iñaki Bilbao salió de la cárcel el 28 de septiembre
de 2000 y el 21 de marzo de 2002 asesinó a Juan Priede, concejal socialista de la localidad
de Orio.
A todo esto,
Acebes era ministro de Justicia y Rajoy ministro del Interior.
jueves, 14 de mayo de 2015
Lógica de cretino
Good morning, Spain, que es different
Rajoy ha vuelto a mostrar sus escasas
dotes de orador y al mismo tiempo su destreza en el uso de una lógica implacable.
Ha sido el día 12 de mayo, en Talavera, tierra de alfareros, donde comenzó su
perorata aludiendo al tópico del lugar y advirtiendo a sus seguidores para que
prepararan sus neuronas, porque, desde el principio, su discurso iba a ser
rigurosamente racional, cartesiano.
“La cerámica de Talavera no es cosa menor, dicho de otra manera, es
cosa mayor”. Pasmo entre los talaveranos por la contundencia de
un razonamiento que, por boca de un foráneo, les venía a descubrir el arte de
dar forma y color a la arcilla y al barro pajizo al que deben su industria y su
fama desde hace siglos.
Sentada la premisa -lo que no es cosa
menor es cosa mayor-, Rajoy dejó constancia de que no se había desplazado hasta
allí para hablar de botijos y decidió meterse en harina con valentía para hablar
de política, porque cree, ingenuamente, que es lo suyo. De entrada, hizo una
preliminar distinción sobre los diferentes gobiernos: "No es lo mismo
que gobierne uno que gobierne otro. No es lo mismo. Dicho de otra manera: es
muy distinto".
Más pasmo entre los talaveranos
presentes, que aplaudieron a rabiar, porque el Líder venía a confirmar lo que
ellos ya habían intuido. Parece evidente, pero el mensaje tiene su intríngulis,
pues Rajoy, que sigue el lema de instruir deleitando, enunció una ley general
para que cada cual sacase después las conclusiones pertinentes con los gobiernos de
sus preferencias. Rajoy, utilizando el método socrático, lanzaba la idea que
debía ser completada por cada uno de sus seguidores para que el conocimiento de
la realidad se alcanzase de forma mayéutica. Era un mitin participativo, en el
que los oyentes ponían de su parte lo que no ponía el orador. La imaginación al
poder.
Viniéndose arriba, decidió abundar en
el tema del gobierno y en las dificultades que conlleva servir a España desde
La Moncloa, lanzando esta andanada llena de verdad: “Gobernar no es lo mismo que intervenir en
una tertulia, no es lo mismo. Es difícil, hay que tomar decisiones, tener las
ideas claras, saber cuáles son los objetivos, hay que priorizar”.
Algún crítico precipitado podría
señalar que eso, precisamente eso, es lo que le falta a él, empezando por las
ideas claras y terminando por los objetivos, pero se equivocaría, porque Rajoy tiene
larga experiencia en el tema de decidir. En otra ocasión ya había expresado la
complejidad de su pensamiento sobre el asunto con una frase memorable: “Las
decisiones se toman en el momento que deben tomarse”. Matizada, también, cuando saltó a la
opinión pública el asunto de Bárcenas: “Las
decisiones más necesarias son muchas veces las más difíciles de tomar”. Y entonces
adoptó la brillante decisión de enviar un mensaje telefónico al tesorero y sin
embargo amigo, y sin embargo empleado cesado con un finiquito simulado en
diferido: “Luis, sé fuerte. Aguanta”.
Aunque la “filosofía” de Rajoy sobre las decisiones suele ser otra: “A veces la mejor decisión
es no tomar ninguna decisión, y eso es también una decisión”. Es decir, su forma
habitual de gobernar es no decidir y obedecer a la Troika.
En el mitin, Rajoy instó a los suyos a confiar en el PP como un
partido de "ideas profundas y de convicciones
firmes", frente a los que se dedican a "frivolizar" e "intervenir en tertulias", y a
rechazar cualquier cambio de gobierno para volver atrás, a las recetas de los
socialistas, “que nos dejaron lo que nos
dejaron”, con lo cual quedó claro a los asistentes, lo que los socialistas
dejaron, que, era, en realidad, el modelo de crecimiento de Aznar asumido por el
tontaina de Zapatero.
Recordó que el "gran objetivo nacional" es la creación de empleo, por si no lo habían advertido, y recomendó no distraerse “con comentarios, cotilleos y cosas que no importan". O sea, que no hicieran caso de la corrupción (de Matas, de Camps, de Costa, de Castedo, de Granados, de Blesa, de Gowex, de Cofely, de Rato, de Pujalte, de Trillo, de Conde, de los parques eólicos, de Rus, del despacho de Montoro, de las empresas de Lamela, de Madrid Network y de los casos que se puedan conocer hasta el día 24 y aún más allá). O sea, que después de un mitin tan racional les pidió un acto de fe.
Recordó que el "gran objetivo nacional" es la creación de empleo, por si no lo habían advertido, y recomendó no distraerse “con comentarios, cotilleos y cosas que no importan". O sea, que no hicieran caso de la corrupción (de Matas, de Camps, de Costa, de Castedo, de Granados, de Blesa, de Gowex, de Cofely, de Rato, de Pujalte, de Trillo, de Conde, de los parques eólicos, de Rus, del despacho de Montoro, de las empresas de Lamela, de Madrid Network y de los casos que se puedan conocer hasta el día 24 y aún más allá). O sea, que después de un mitin tan racional les pidió un acto de fe.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Asaltar los cielos
Good morning, Spain, que es different.
Ayer tuve el gusto de asistir a la presentación del libro de Ignacio Torreblanca "Asaltar los cielos", acto en el que se habló extensamente sobre "Podemos". El libro ya había sido criticado sucintamente en Palinuro ("Quedarse en tierra") por Ramón Cotarelo, presente en el acto, con Jaime Pastor y el autor.
A vuela pluma, entre las cosas que se dijeron, destaco que, por encima o debajo de la ambigüedad del discurso de Podemos, había, según Jaime Pastor, cuatro factores claros: la opción democrática (más participación ciudadana frente a la "casta"), la soberanía (frente a la troika), los derechos sociales (frente a la austeridad) y una nueva forma de hacer política (regeneración o renovación) frente a la vieja (el régimen del 78).
Se destacó la importancia dada a la comunicación y al liderazgo de Iglesias, dos factores que emparentan la actual personalización de la política y el papel de los líderes -telelíderes-, con el viejo populismo en el que el caudillo se comunicaba directamente con el pueblo, lo cual sucede ahora a través de Internet, que según Torreblanca, fomenta un falso ágora, ya que el medio, sobre todo twiter, permite poco debate.
Cotarelo señaló que, detrás de la ensalada mixta de nacional populismo, aderezada con recetas de Laclau, basadas en la importación exótica de Gramsci, lo que había era el viejo populismo americano de Perón, en Argentina, Getulio Vargas en Brasil, de Haya de la Torre (APRA) o de Carlos Mariátegui y las ideas de Kirchheimer sobre el partido atrápalotodo, en cualquier caso, una noción muy pragmática de la política, en la que todo se subordina a ganar.
En este aspecto, Torreblanca señaló como un peligro la ambición de Podemos de ganar y hacerlo por mayoría, dada la precariedad de los controles institucionales sobre el poder (pocos límites) que tenemos en España.
Para mí, la aspiración de salir a ganar para gobernar (la voluntad de poder, que diría Nietzsche) es valiosa pero peligrosa, pues colocar el listón muy alto y no alcanzarlo puede generar frustración en muchos de los seguidores y precipitar un abandono de electores atraídos sólo por la perspectiva de la victoria (apostar a caballo ganador). Más, cuando en España, los cambios en sentido progresista necesitan largos períodos de acumulación de fuerzas. Lo cual está reñido con la impaciencia.
En segundo lugar, y frente a lo que se comentó de que Podemos había generalizado el debate y repolitizado la sociedad, hay que señalar que también había desmovilizado a la gente. No sé si la causa del descenso de las movilizaciones desde el año 2014 es un objetivo buscado, un efecto de la Ley mordaza de marzo de 2015 o sólo un efecto del proceso de organización interna de Podemos. En todo caso, es un signo preocupante.
Jaime Pastor habló de Podemos como una máquina de guerra de los movimientos sociales, pero resulta que ahora tenemos máquina pero no tenemos guerra. Y el peligro de paralizar los movimientos sociales para confiar en los cambios a través de las instituciones fue una de las causas del rápido desencanto en el régimen político surgido de la Transición. El consenso y la desmovilización fueron entonces la cara y la cruz de la misma política.
Ayer tuve el gusto de asistir a la presentación del libro de Ignacio Torreblanca "Asaltar los cielos", acto en el que se habló extensamente sobre "Podemos". El libro ya había sido criticado sucintamente en Palinuro ("Quedarse en tierra") por Ramón Cotarelo, presente en el acto, con Jaime Pastor y el autor.
A vuela pluma, entre las cosas que se dijeron, destaco que, por encima o debajo de la ambigüedad del discurso de Podemos, había, según Jaime Pastor, cuatro factores claros: la opción democrática (más participación ciudadana frente a la "casta"), la soberanía (frente a la troika), los derechos sociales (frente a la austeridad) y una nueva forma de hacer política (regeneración o renovación) frente a la vieja (el régimen del 78).
Se destacó la importancia dada a la comunicación y al liderazgo de Iglesias, dos factores que emparentan la actual personalización de la política y el papel de los líderes -telelíderes-, con el viejo populismo en el que el caudillo se comunicaba directamente con el pueblo, lo cual sucede ahora a través de Internet, que según Torreblanca, fomenta un falso ágora, ya que el medio, sobre todo twiter, permite poco debate.
Cotarelo señaló que, detrás de la ensalada mixta de nacional populismo, aderezada con recetas de Laclau, basadas en la importación exótica de Gramsci, lo que había era el viejo populismo americano de Perón, en Argentina, Getulio Vargas en Brasil, de Haya de la Torre (APRA) o de Carlos Mariátegui y las ideas de Kirchheimer sobre el partido atrápalotodo, en cualquier caso, una noción muy pragmática de la política, en la que todo se subordina a ganar.
En este aspecto, Torreblanca señaló como un peligro la ambición de Podemos de ganar y hacerlo por mayoría, dada la precariedad de los controles institucionales sobre el poder (pocos límites) que tenemos en España.
Para mí, la aspiración de salir a ganar para gobernar (la voluntad de poder, que diría Nietzsche) es valiosa pero peligrosa, pues colocar el listón muy alto y no alcanzarlo puede generar frustración en muchos de los seguidores y precipitar un abandono de electores atraídos sólo por la perspectiva de la victoria (apostar a caballo ganador). Más, cuando en España, los cambios en sentido progresista necesitan largos períodos de acumulación de fuerzas. Lo cual está reñido con la impaciencia.
En segundo lugar, y frente a lo que se comentó de que Podemos había generalizado el debate y repolitizado la sociedad, hay que señalar que también había desmovilizado a la gente. No sé si la causa del descenso de las movilizaciones desde el año 2014 es un objetivo buscado, un efecto de la Ley mordaza de marzo de 2015 o sólo un efecto del proceso de organización interna de Podemos. En todo caso, es un signo preocupante.
Jaime Pastor habló de Podemos como una máquina de guerra de los movimientos sociales, pero resulta que ahora tenemos máquina pero no tenemos guerra. Y el peligro de paralizar los movimientos sociales para confiar en los cambios a través de las instituciones fue una de las causas del rápido desencanto en el régimen político surgido de la Transición. El consenso y la desmovilización fueron entonces la cara y la cruz de la misma política.
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