Good morning, Spain,
que es different
Esta
mañana, cuando he ido a comprar periódico me he encontrado con que, al menos,
cuatro diarios de tirada nacional, editados en Madrid -El País, El Mundo, La
Razón y ABC-, ofrecían la misma portada, que es un anuncio del Banco Santander.
Seguramente sin querer, Ana Patricia Botín, al hacer coincidir
portadas y contraportadas, ha señalado un problema grave del sistema de
producción de noticias de este país, que es la coincidencia de contenidos por
su escora a la derecha.
La pluralidad es más formal que real, pues las líneas
editoriales corren bastante parejas, como señalaba hace poco tiempo la
Vicepresidenta, cuando incluyó a El País
en el grupo de medios serviles, y hoy, esa formal pluralidad ha quedado borrada
con la primera y la última plana, que componen una sobrecubierta y las páginas
interiores, con un gran anuncio del Banco Santander. Lo cual es un alarde de
poderío, porque hace coincidir el fondo y la forma de la información, y consigue
determinar, en cuatro diarios, cuál es la noticia más importante del día para todos
y cada uno de ellos, la que merece la primera y la última plana, la que mejor
refleja la actualidad, el alfa y el omega de la realidad: que es el anuncio de
un banco. El que paga, manda, así de claro.
El
anuncio, de cuatro páginas a color, no es cualquier cosa, sino la promoción de una
estratégica línea financiera de cara a los estudiantes, que sale al paso de las
carencias de este país, ya que pretende suplir, desde el campo del negocio
privado, lo que el Gobierno está triturando en el ámbito de lo público. Dos
frases que abren la información interior- “Un compromiso con la educación y el
futuro” y “Becas para un futuro mejor”- vienen a decir: chicos, chicas no os
preocupéis, lo que no hace el Gobierno lo ofrece el Banco Santander.
El
anuncio se titula “Generación encontrada”, como una respuesta en positivo a la
idea pesimista de “generación perdida”, y está ilustrado con fotografías de
jóvenes dinámicos y optimistas y frases entusiastas, llenas de pretendido
ingenio, que no son más vacuidades salidas del manual de una escuela de
negocios o de una acelerada sesión matinal de “brain storming”: A ver, chicos,
pensad en unas frases que reflejen espíritu juvenil, afán emprendedor y una sana
rebeldía comercial, pero sin criticar el sistema, ni proponer alternativas bolivarianas.
Y este es el resultado: “Porque tengo la capacidad y la responsabilidad para
afrontar desafíos”, dicen que dice un tal Daniel, de 22 años, que seguramente
es un becario de la agencia que ha producido el anuncio, que trabaja 10 horas por
cuatro cuartos. “Porque el futuro es el lugar donde voy a estar el resto de mi
vida”, dice un tal Gustavo”, frase que puede ser de otro becario. “Porque no
creo en la resignación”, afirma un tercer becario, que piensa en pedir ya un
crédito al banco y abandonar la agencia. “Porque nos merecemos la oportunidad
de demostrar de qué somos capaces”, afirma una chica, María, que no puede
faltar en la cuota de lo políticamente correcto y de lo financieramente conveniente,
porque al banco, a la hora de conceder créditos lo mismo le dan los chicos que
las chicas. “Porque no nos queremos arrepentir de lo que no hemos hecho”, dice
otra, Patricia, que no sabemos lo que ha hecho o lo que quiere hacer. “Porque
es ahora a nunca”, concluye Alberto, que parece dispuesto a pedir una beca hoy
mismo.
El
anuncio concluye, ya en la contraportada, con una frase entre corchetes, que tiene
resonancias de la época aznariana: “5.000 nuevas oportunidades”, y la fotografía
de una jovencita con los brazos alzados y el sol en la cara, mirando al futuro
con una sonrisa un tanto forzada -sonrisa Profident-, asomando por el techo de
lo que parece un coche descapotable.
El
anuncio viene avalado, no se sabe si financiado, por la Conferencia de Rectores
de las Universidades Españolas, en lo que parece una de esas muestras de
colaboración entre las universidades públicas y las empresas privadas, que
tanto gustan al señor ministro del ramo.
El anuncio se publica hoy, día de Santo Tomás de Aquino,
patrón de los estudiantes, pero más parece un anuncio propio del día 4 de
noviembre, San Carlos Borromeo, patrón de la banca.