viernes, 31 de julio de 2015

El Cielo nos valga

A propósito de una noticia sobre el ministro Fernández Díaz, que pide favores a Santa Teresa.

Pero, este hombre, ¿habla en serio? Y si habla en serio, ¿no percibe que la Santa de Avila intercede poco por España? Y si intercede poco, ¿no debería hablar con la Conferencia Episcopal, que es el órgano de los santos hispánicos, para mejorar la situación? Y si la situación no mejora, pues ya lo han pedido Fátima Báñez a la Virgen del Rocío, Ana Botella a San Isidro y Núñez Feijoo a Santiago, ¿no debería dirigirse directamente a Dios Padre? Y si Dios Padre no lo consigue, es que esto no tiene arreglo, en cuyo caso lo mejor que podría hacer el ministro es dimitir junto con todo el Gobierno y dejar que los santos descansen y que los problemas del país los resuelvan personas honradas y competentes, aunque no sean creyentes.

Se nace y punto

Comentario a una opinión de Luis Roca Jusmet.
Somos arrojados al mundo decían los existencialistas. A nadie le preguntan algo cuando nace: se nace y punto, sin elegir lugar, momento, padres, familia, idioma, cultura o religión. El nacimiento es un mero accidente que los nacionalistas sacralizan y convierten en un hecho fundamental que debe marcar para siempre la vida de los individuos, haciendo de la coincidencia de miles o millones de sujetos de nacer en el mismo lugar un obligado proyecto común.

Hechos y “demagogia”

Good morning, Spain, que es different

“In illo tempore”, cuando gobernaba el Caudillo, Ignacio Fernández de Castro, uno de los fundadores del “Felipe” (el clandestino Frente de Liberación Popular) publicó, en Francia, naturalmente, un librito titulado “La demagogia de los hechos” (París, Ruedo Ibérico, 1962), en el que, bien provisto de razones y de datos, hacía un retrato crítico de la España de entonces; la que, tras el Plan de Estabilización de 1959, iniciaba la etapa de despegue económico conocida luego como los años del “desarrollo” o “el milagro español”, una expresión que  gustaba más a los propagandistas de aquel Régimen beato.
Lo señalo no sólo para sacar del olvido a una de las figuras precursoras de la oposición a la dictadura y un libro hoy difícil de encontrar, sino para recordar a los más jóvenes que hubo un antes, un largo antes, del 15 de mayo de 2011, fecha que para los recién llegados a la política parece haber quedado como el hito que marca un cambio de época y la inauguración de la conciencia popular.  
Dejando eso de lado, que tiene sus aspectos discutibles, aprovecho el título del libro para hacer, sin intención electoral alguna, un poco de demagogia con los hechos.
Estos son los hechos. Continúa la recuperación económica. Según el INE, el Producto Interior Bruto (PIB) crece a un ritmo anual del 4%, el mayor conocido en ocho años, que se nota en la marcha boyante de las grandes empresas.
El Banco Santaner ha obtenido 3.426 millones de euros en el primer semestre, un 24% más que en el mismo período del año pasado, Telefónica (un ERE de 6.800 despidos en 2012 y una huelga silenciada en Movistar) un beneficio de 3.693 millones de euros en el primer semestre de 2015, que duplica los obtenidos en el mismo período en el año 2014. OHL, en grupo de Villar Mir, ha ganado 52 millones de euros en el mismo período, un 30% más que el año anterior, idéntica cantidad que SEAT, que ha remontado las pérdidas de 2014. Abertis ha obtenido el mejor resultado de su historia con 1677 millones de euros, en el primer semestre. Red Eléctrica ha obtenido un beneficio de 309 millones de euros, un 6% más que en el primer semestre del año pasado, el de ENDESA ha sido de 870 millones de euros, con el 17% más. AENA (1.500 despidos en el último ERE) ha obtenido 276 millones, un 80% más que en el primer semestre de 2014 y Acciona, 103 millones, un 50% más en 2015. IAG (British Airways, Iberia (3.200 despidos) y Vueling), que obtuvo en 2014 un beneficio de 1003 millones de euros, espera llegar este año a los 2.200 millones. Gas Natural-FENOSA ha tenido en el primer semestre un beneficio de 751 millones de euros, un 19% menos que en 2014. Ferrovial ganó hasta junio 267 millones de euros, el 59% más que en 2014. Bankia ha obtenido en la primera mitad del año un beneficio 556 millones de euros, y espera alcanzar 1.100 millones a fin de año. Recuérdese que Bankia despidió a 4.500 empleados, recibió del Estado una ayuda de 22.424 millones de euros en mayo de 2013 y 18.000 millones más a cambio de activos inmobiliarios que compró la Sareb (el banco malo).
Y ahora viene lo que la derecha llamaría demagogia: Se siguen cerrando negocios y grandes empresas anuncian reajustes de plantilla: Indra prevé despedir 1.850 empleados y El Corte Inglés a 3.000.
El próximo año, Gobierno subirá el 1% el sueldo de los funcionarios y el 0,25% las pensiones, pero hay 3,7 millones de parados no perciben prestación.  

miércoles, 29 de julio de 2015

El PPEN

Good morning, Spain, que es different

En este final de legislatura plagado de atrabiliarias decisiones del Gobierno, no debe sorprender la designación de Xavier García Albiol para encabezar la lista de los candidatos “populares” en las elecciones autonómicas catalanas del 27 de septiembre.
Aunque vaya seguido en la lista por Andrea Levy, que representa la aportación femenina a la insoportable inanidad del ser, dada la trayectoria del personaje, racista y “valentón”, es dudoso que con ese candidato suba espectacularmente el número de diputados del PP en el Parlament de Cataluña, que, en buena lógica, debería ser el primordial objetivo de esa renovada oferta (el “ticket”, que dicen los norteamericanos), para dotar a Rajoy del máximo respaldo electoral posible a la hora de sentarse a discutir, después del 27 de septiembre, con otras fuerzas políticas y, particularmente, con Artur Mas. La designación de una persona que, de momento, parece difícil que pueda sumar más apoyos, es otro manotazo de un Rajoy a punto de perder la flema.
La designación del ex alcalde de Badalona, que durante años ha hecho bandera de la xenofobia y la discriminación de los inmigrantes (“los rumanos nos roban”), acerca aún más el Partido Popular a la extrema derecha, lindando ya con posiciones que son comunes en el partido de Marine Le Pen, pero además, la elección de García Albiol es contradictoria con el objetivo que persigue Rajoy en Cataluña, que es evitar la escisión y mantener no sólo la unidad del país, según su particular entender, sino defender la igualdad de derechos de los ciudadanos españoles en todas las regiones del territorio nacional, porque Albiol en Badalona se ha ganado fama de segregador.
Así, al defender el nacionalismo español de modo tan excluyente, con el nuevo candidato a President de la Generalitat (a eso equivale encabezar la lista), el Partido Popular refuerza los aspectos más insolidarios de los soberanistas e incluso al sector etnicista de los nacionalistas, porque de la misma manera que se dice España para los españoles, porque los de fuera son diferentes (e incluso delincuentes), se dice Cataluña para los catalanes, porque los españoles son diferentes e incluso delincuentes (“España nos roba”). Ambos discursos son simétricos; el mal siempre está fuera y el extranjero es sospechoso por principio, porque se quiere apropiar de nuestra, y sólo nuestra, prosperidad.  
Lo cual es una prueba más de lo equivocado que está el Gobierno respecto al llamado “problema catalán”, ante el cual parece renunciar a cualquier tipo de solución negociada con las fuerzas políticas catalanas, para apostar sólo por una prueba de fuerza de consecuencias inciertas, pues nada garantiza que el resultado obtenido llegue simplemente con la estricta aplicación de la ley. En todo caso, es una apuesta arriesgada.
Al designar a García Albiol, Rajoy se dirige a los más convencidos de los suyos y se olvida del amplio sector de catalanes que no siendo independentistas tampoco están conformes con la actual relación de Cataluña con España, que desean volver a negociar, incluyendo una solución de tipo federal, en un marco que haga posible el diálogo. Con el abandono de este importante sector de  ciudadanos, cuyo voto cede presumiblemente a la acción de Ciudadanos, el Partido Popular trata de retener la pérdida de votantes en el resto de España agitando el separatismo catalán, pero en Cataluña se recluye en un búnker. Rajoy cree que le sirve la misma táctica de otras veces, pero esta vez es diferente. Una prueba más de lo perdido que está.


domingo, 26 de julio de 2015

Quemados por el sol

Good morning, Spain, que es different

¡Señor, Señor! ¡Qué país, qué paisaje y qué paisanaje! ¡Y qué calor!
Un calor que hace estragos en la gente, porque no se entienden ciertas decisiones políticas si no se explican como un efecto de golpes de calor.
Por ejemplo, parece resultado de la solanera que Rajoy, la vice y el coro subsiguiente, recuerden a Artur Mas y a sus muchachos y muchachas la vigencia de la ley, cuando, desde hace años, el propio Gobierno y el PP la olvidan con frecuencia. Y ahí están como prueba reciente las ramificaciones del caso "Púnica", con más de cien imputados, para probar ingeniosas formas de burlar la ley, como ese hallazgo del soborno en diferido a pagar en 15 años, o sea como la renta de un depósito bancario, pero sin la vigilancia de Montoro. Genial.
La misma solanera afecta a los más afectos a Artur Mas, en la confección de la Lista del President, donde el President, que quiere seguir siendo President de la Catalunya Lliure, no figura en el lugar del President, sino en el cuarto lugar, seguido del chófer, mientras el lugar del President lo ocupa un recién arribat, un ecosocialista postmoderno, modelo Varufakis, que ya ha señalado que el cuarto puesto no es el mejor para ser President. Quizá Artur Mas ha confundido la Lista del President con la clasificación del Tour de Francia. En todo caso, sabe que si deja de pedalear a la catalana se caerá de la bicicleta.
Efecto de la insolación parece la retirada de símbolos de la Corona en varias ciudades de España, fenómeno hasta ahora circunscrito al País vasco. La iniciativa partió del alcalde de Cádiz, señor Kichi, que sustituyó el retrato del rey Juan Carlos por el de un alcalde anarquista. La secundó Ada Colau en Barcelona al apear un busto del exmonarca con un pretexto fútil, y han seguido el ejemplo otras ciudades como Zaragoza. El calor extremo ha acentuado nuestros rasgos ciclotímicos y la facilidad para pasar de un extremo a otro.
Hasta ahora, hemos tenido, para aburrir, plazas, calles, parques, colegios, museos, centros culturales u hospitales dedicados a honrar a la monarquía en la figura del rey, la reina, el príncipe y las infantas, y parece llegada la hora de suprimirlas con prisa sin que haya cambiado el carácter del Estado. Hombre, no está mal aliviar algo la monarquitis, pero suprimir ciertos iconos de manera vergonzante, sin generar un debate sobre la monarquía (que eso es lo que falta y no se suple quitando una efigie) es dar razones al adversario, que enseguida envía a los atrevidos un retrato del nuevo rey.
También parece afectado por el sol el edil de la CUP que, para caldear al ambiente, lanzó un fajo de billetes de 500 euros, falsos, claro, hacia los escaños del PP y de CiU, en la discusión sobre la candidatura de Barcelona a los Juegos de Invierno. En otra ocasión, otro miembro de este grupo blandió una sandalia, emulando a Kruschev en la ONU en 1960.
No son cosas importantes, gestos de juvenil rebeldía, notas de color y de calor, que se suman a otros, al concejal que hace chistes de judíos, a la señorita que enseña las tetas para escandalizar (o encandilar) a los curas de una insólita pero habitual "capilla universitaria" o la señora que hace pis en la vía pública y es portavoz de no sé qué. No son faltas, ni delitos comparables a los cometidos por los viejos partidos, pero que dejan cierto sabor a extravagancia, dan argumentos a la derecha, que ve en cualquier acto una muestra de libertinaje de la horda roja, y suscitan en la gente corriente la impresión de que la nueva izquierda está excesivamente representada por frikis.
Esperemos que sea cosa del calor mejor que una hispánica catarsis, aunque todo puede quedar en la apoteosis final de un sainete o en simple postureo.

jueves, 16 de julio de 2015

Ágora a la “genovesa”

Good morning, Spain, que es different

El hombre que lleva cuatro años escurriendo el bulto, huyendo de la prensa y negándose a escuchar a la oposición; el hombre que veta las preguntas que no le gustan, suprime los debates y se ausenta del Congreso cuando le conviene; el hombre que comparece o “se aparece” en una pantalla de televisión, que gobierna el país a golpe de decreto sin dar cuenta de sus actos, y que fía admitir, “ad calendas graecas”, algún tipo de responsabilidad sobre su gestión y sobre la corrupción que anega a su partido, ha decidido debatir en el Congreso el rescate… ¡de Grecia!
Por imperativo mariano, el parlamento español va a discutir, ahora, en el verano de 2015, las durísimas condiciones que la Unión Europea y el FMI han impuesto al Gobierno griego para conceder el tercer rescate financiero al país heleno, cuando no hemos discutido los dos anteriores rescates a Grecia y, por no discutir, no tuvimos siquiera un debate parlamentario sobre el rescate de España, en 2012, porque el señor Rajoy no quiso convocar un pleno en el Congreso a tal efecto. Se supone que le pareció que la ocasión no lo merecía. 
Aunque no lo vieron así los gobiernos de otros países, pues los holandeses y los alemanes disfrutaron del privilegio de asistir, en sus respectivos parlamentos, al debate político suscitado por el rescate de España. Tuvieron más suerte, y mejor Gobierno, que los españoles.  
El hombre que, con estivalidad y alevosía, pactó con Zapatero la apresurada reforma del artículo 135 de la Constitución Española para adaptarla a las exigencias de la Comisión Europea, del Banco Central Europeo y del FMI, ha decidido ahora debatir sobre el tercer rescate de Grecia. Pero, ¿qué broma es esta?
Ahora vamos a discutir sobre el rescate a Grecia, cuando en España no hemos podido asistir a un debate parlamentario sobre las condiciones impuestas por la “troika” para conceder un rescate destinado a salvar a bancos españoles en quiebra, porque se llama así, señor Rajoy, ¡un rescate!, aunque a usted y al señor Guindos les parezca “un préstamo en inmejorables condiciones” la concesión de unos fondos europeos, que han tenido como contraprestación un recorte brutal en gasto público, descenso de salarios, aumento del paro, de la pobreza, de la desigualdad y, naturalmente, de la deuda. ¿Qué broma es esta? ¿A qué viene este repentino interés en discutir, en una persona que se destaca por sus silencios?
Pues el interés está en convocar un debate, que, aprovechando el clima de opinión suscitado por el refrendo de Grecia y las incoherencias del PSOE, proporcione a Rajoy la ocasión de meter el dedo en el ojo a Pedro Sánchez y acusar a “Podemos”, que carece de representantes en el Congreso, de ser el partido de Tsipras en España.
A Rajoy no le interesan ni Grecia ni la suerte de los griegos, ni tampoco la suerte de los españoles de a pie, y mucho menos la opinión de sus adversarios políticos, sino tener la ocasión de acusarles, aprovechando la ventaja que proporciona la rígida ortopedia parlamentaria, con la única intención de detener el deterioro del PP que revelan las encuestas; simple oportunismo electoral. 

miércoles, 15 de julio de 2015

Opiniones más o menos respetables

Good morning, Spain, que es different

"Piense en lo que habría pasado si en 2010 Grecia y los países europeos hubiesen intentado acordar un plan de deuda que hubiera permitido a Atenas recuperar la senda del crecimiento. Hubieran podido escoger eso" (...) "Para mí es obvio que la austeridad ha fracasado" (…) "Las condiciones impuestas a Grecia son indignantes". 
Joseph Stiglitz (Premio Nobel) (BBC, 30-6-2015).
"Grecia acabará saliendo del euro, el camino que está siguiendo ahora no ofrece esperanza de recuperación" (1-6-2012).
"El objetivo final de Alemania es expulsar a Grecia del euro. Alemania está empeñada en que Syriza se vea obligada a abandonar sus promesas electorales ya" (19-2-2015).
"Esto va más allá de la pura venganza, la destrucción completa de la soberanía y la falta de esperanza de alivio. Probablemente la última oferta está pensada para que Grecia no pueda aceptarla, pero incluso así es una traición grotesca a todo aquello que se supone que defiende el proyecto europeo". "Lo de Grecia es un golpe de Estado".
Paul Krugman (Premio Nobel) (New York Times 12-2-2015).
"No está muy bien informado el señor Paul Krugman. No es Europa la que ha estrangulado a Grecia, lo que estrangula a Grecia es que la gente se jubila con 55 años".
Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso (13-7-2015).
"Las medidas que se han presentado son razonables y las han aprobado todos los países del euro, incluido Grecia. Si Grecia cumple con estas medidas, tiene un programa que será muy útil para que la gente viva mejor".
Mariano Rajoy, 13-7-2015.
Pues eso.

martes, 14 de julio de 2015

El nuevo logo no vende

Good morning, Spain, que es different

En la Conferencia Política, celebrada el pasado fin de semana, en el PP se han felicitado por lo bien que les van las cosas, pues si no existe la mínima autocrítica se supone que todo lo hecho está bien.
¡Somos estupendos, presidente! Tenemos un logotipo nuevo, redondo como una moneda -¿dinero?-, y un aire distinto con unos jovencitos -¡cachorros al poder!- en puestos semiimportantes, porque los verdaderamente importantes, presidente, secretario general y tesorero, están cogidos y, por obvias y sobradas (o ensobradas) razones, no se sueltan ni a jóvenes ni a viejos.
Algunas ideas viejas pero muy fashion, neoliberalismo a tope, ¡guay que “modelnos” somos!, una cita de Antonio Machado, que se habrá revuelto en su tumba de Colliure, y algunas frases con pretendida garra, como “Somos la España que madruga”, que delata su intención de trincar desde hora temprana. Además, la queja por lo que el ingrato PSOE ha hecho con ellos al pactar con fuerzas hostiles para desalojarles de unos cuantos ayuntamientos, y finalmente ¡zaska! el gran descubrimiento de las jornadas: a cada persona le corresponde un voto.
¡Albricias, Mariano! Por fin habéis dado con la piedra angular de la democracia: una persona, un voto. Ha costado, pero, lo habéis entendido. ¿Sí? ¿Seguro? Vale, pero no lo parece, porque ¿habrá primarias o no las habrá?  Pero dejemos eso, que a lo mejor se queda en un sueño placentero.
Lo importante es lo que España, según el PP, se juega en las elecciones generales: o continuar por la senda de la recuperación de los beneficios empresariales (la subida de salarios y pensiones, ya llegará, ¡qué impacientes son algunos!,) o tomar el camino de Grecia, si el PP pierde las elecciones. Así, sin más. “Avanzar o retroceder”, esta es la dramática disyuntiva.
Pues, ya veremos, porque tiempo queda, pero de momento, en Europa retrocedemos, como país y como gobierno, pues la gran operación estratégica de Mariano Rajoy de colocar a De Guindos en la presidencia del Eurogrupo ha fracasado. Parece que lo tenía medio pactado con Merkel, pero no sabemos si es que el traductor no interpretó bien una de esas frases de manual de Rajoy o si la Cancillera ha decidido que el servilismo no siempre debe tener recompensa. El caso es que ha optado por el socialdemócrata holandés Dijsselbloem, lo cual dice mucho de por dónde va la socialdemocracia europea y del papel que está representando Holanda en la correlación de fuerzas.
Es un revés que se suma al rechazo de Sainz de Vicuña para el Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, con lo cual España ha perdido un puesto que había conservado desde la fundación del Banco en 1999.
Si a eso añadimos que la vicepresidencia de Almunia en la Comisión Europea se ha suplido con una comisaría de tercera fila (Arias Cañete en Energía), y que se ha perdido la vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones, que ostentaba Magdalena Álvarez, habrá que convenir en que es rápida y notable la pérdida de importancia de España, cuarta economía en el eurogrupo, en el conjunto de la Unión Europea, en estos gloriosos años marianos. 

lunes, 13 de julio de 2015

El boticario insolente

Good morning, Spain, que es different

En España tenemos el arcaísmo a flor de piel, pues basta rascar un poco en la epidermis de cualquier paisano para que salga a la luz un cruzado de la fe que trata de imponer a los demás ciudadanos los criterios más rancios de la moral católica, incluso en un terreno tan alejado de la defensa de la religión como es el ámbito mercantil.
El de un farmacéutico de Sevilla, que se ha negado a vender preservativos y la píldora postcoital en su establecimiento, no es el primer caso, ni el segundo ni el último en los siglos venideros, en que un boticario, que se ve ungido como un cura con bata blanca, confunde la farmacia con el confesionario y la venta de específicos con la dirección espiritual de los clientes.
La actitud del pseudocura fue denunciada y la Junta de Andalucía le impuso una multa de 3.000 euros, que el boticario recurrió. Y hete aquí que el Tribunal Constitucional le ha dado la razón al reconocer su derecho a la objeción de conciencia por negarse a vender la pastilla, derecho, que el ponente de la sentencia, el magistrado Andrés Ollero, diputado del PP en varias legislaturas y miembro del Opus Dei, reprocha a sus compañeros del Tribunal no haber extendido a la venta de preservativos. Con un insólito argumento recrimina a sus colegas haberse convertido en “directores espirituales de los ciudadanos, aleccionándoles sobre qué exigencias de su conciencia gozan de la protección de un derecho fundamental y cuales han de verse descartadas por tratarse de retorcidos escrúpulos”. Es decir, que, los escrúpulos de sus compañeros son retorcidos, pero los suyos, no lo son, pero, en definitiva, lo que interesa es que la protección de un derecho fundamental depende del criterio de los obispos, defendido por el celo de un boticario beato, ratificado por la fe de los magistrados del Tribunal Constitucional.
La sentencia es aún más chocante si se examina el contexto en que el caso se ha producido, que no es la España del siglo XVII, aunque lo parezca -unidos credo y gremio-, sino la España del siglo XXI, donde, en teoría, impera la libertad de mercado y rigen los principios neoliberales defendidos a machamartillo por el Gobierno del señor Rajoy. Por lo tanto, desde la lógica estrictamente mercantil, una farmacia se debe a sus clientes, a los que debe vender todos los productos que permite el extensísimo catálogo de específicos y mercancías que autoriza el Colegio, sin que deba prevalecer la opinión moral del boticario sobre el uso de los mismos. Pero se da el caso de que una farmacia no es un negocio cualquiera, sino que está sometido a una reglamentación especial, que, para evitar la competencia, impide la proliferación de despachos y regula horarios y jornadas de apertura. Se trata de un negocio con privilegios de los que carecen otras actividades, de lo cual no se deriva que el farmacéutico deba realizar una labor pastoral sobre los clientes de su territorio, convirtiéndose en un oficioso auxiliar del cura párroco.
Precisamente por disfrutar de una situación privilegiada y contar con clientes territorialmente cautivos, las farmacias no son simples negocios, sino un peculiar servicio público, que no puede quedar al albur del credo religioso de quienes las regentan. Y esa es la condición indispensable para mantenerlas abiertas: el boticario que no esté dispuesto a vender determinados específicos legales, que monte una mercería.  
Detrás de todo esto subyace la pretensión de controlar la reproducción y la sexualidad, especialmente en el caso de las mujeres, que es la gran obsesión de los prelados españoles -varones y solteros-, de lo cual se sigue el mandato fundamental de su doctrina: el que la hace, la paga, y la que peca, asume las consecuencias de su falta. Así, la mujer que peca por lujuria debe apechugar con el correspondiente embarazo, con lo cual el boticario, al negar la venta de la píldora postcoital, se convierte en el brazo ejecutor de la Curia para imponer el castigo a las pecadoras.
Lo mismo podría suceder si el talibán boticario se convirtiera en paladín de la templanza y castigara con el mismo rigor los excesos de la gula negándose a vender el providencial bicarbonato que alivia los excesos en las comidas, o alegara objeción de conciencia para privar de las pastillas que quitan el dolor de cabeza a los clientes aquejados de resaca, porque las juergas nocturnas también podrían ser competencia de los boticarios, convertidos en guardianes de las costumbres, como en los países islámicos, que actuarían amparados por el luminoso anuncio de la cruz verde que señala sus establecimientos, que antaño fue el signo de la Inquisición.   
El Estado no confesional es uno de los mitos más erosionados de la Transición por la reafirmación de la España ancestral, católica, apostólica, y, según los vientos que soplan desde Roma, cada día menos romana y franciscana. La España, que Menéndez Pelayo definía como martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio…y ahora castigo de mujeres.
Concluía don Marcelino con esta frase: Esa es nuestra grandeza y nuestra unidad… no tenemos otra. Y me temo que no, por los siglos de los siglos. 

sábado, 11 de julio de 2015

39%

 "<Zarzalejos, le voy a explicar una cosa que le interesará>. Se giró a su derecha, cogió de una mesita auxiliar un folio en blanco y escribió sobre él un tres y un nueve. 
<Zarzalejos, ¿sabe usted lo que representa este número?> Negué con la cabeza. <Algo muy sencillo: de cada cien niños que nacen en Cataluña, sólo treinta y nueve lo hacen en familias catalanohablantes. ¿Se da cuenta de lo que eso significa?>. Iba a contestar, pero no le interesaba mi respuesta. <Significa, Zarzalejos, que está en juego Cataluña y que Cataluña ventila su futuro en la escuela, en la lengua, en la identidad. Por eso pasa aquí lo que está pasando>". Entrevista con Jordi Pujol, en diciembre de 2013, narrada por José Antonio Zarzalejos en "Mañana será tarde", Barcelona, Planeta, 2015, pp. 138-139.

viernes, 10 de julio de 2015

In hoc vinces

Good morning, Spain, que es different

El anhelado cambio llegó. Por fin el Gobierno ha hecho lo que todo el mundo esperaba: cambiar. Rajoy se ha movido, ¡albricias!, ha tenido una iniciativa, ¡cáspita! Él, tan previsible, ha sorprendido a propios y ajenos con un gesto de audacia, ¡aleluya!, y ha aceptado, por fin, acomodarse a los tiempos que corren. 
En el Partido Popular han cambiado ¡¡¡¡el logotipo!!!!


¿Acaso no es extraordinario este sentido de la oportunidad? Esta adelantadísima medida de cara a las elecciones, ¿no es una muestra de visión política a largo plazo? ¿No indica una ciega confianza en futuras victorias? ¿No se adivina un nuevo amanecer en España y en Europa (y ya puestos, en América) con la exhibición de este signo, que compite en elocuencia con los viejos blasones, estandartes y gallardetes que pasearon las glorias hispánicas por Flandes, Lepanto y las tierras del Nuevo Mundo allende la mar oceana?
Igual que Constantino en la batalla de Puente Milvio se vio recompensado por la victoria al llevar el signo de la cruz, Rajoy se ha dejado convencer por un creativo publicitario. Con este signo vencerás y tendrás legiones de votantes, le debe de haber prometido a Rajoy el "lince" que ha diseñado el logotipo: redondo, un círculo contiene dos letras, PP, y encima de ellas, como si fuera el entrecejo, la efigie de la sempiterna gaviota, que reemplazó hace tiempo al águila franquista.
Dicen que está más centrado porque las letras no se inclinan un poco a la derecha, como en el anterior, así que para evitar el desplome hacia la extrema derecha, las letras se han puesto tiesas y son más finas, más austeras. Lejos del primer logotipo del Alianza Popular, en rojo y gualda, con la leyenda, “España, lo único importante”, el logo conserva el color azul y junto a la doble P aparece una palabra: Populares.

Todo él recuerda al logotipo de Podemos, con su círculo, que representa a los círculos de adherentes, pero el del PP debe representar al círculo de empresarios y a los numerosas círculos de intereses que le rodean, eso que antes llamaban caciques. Aunque parece, que por encima de las apariencias, el diseñador han querido identificar el fondo y la forma, y mostrar simbólicamente la esencia del partido: el círculo y su contenido es la representación de una moneda con las iniciales de lema de los genoveses: "Pro Pecunia".

lunes, 6 de julio de 2015

Refrendo griego

Kalimera, Spain, que Grecia también es different

Los griegos han votado y no se han abierto las aguas del Egeo para tragarse a los descreídos de las certezas de la Troika, que, por cierto, son muchos a la luz del contundente resultado: 61% por el NO, frente al 39% a favor del Sí.  
Los falsos profetas, los “expertos”, los sondeos, la prensa, los mensajeros del miedo, los cobradores del frac europeos, los espadachines sueldo de los poderes fácticos, los sacristanes de los usureros, los partidos de la derecha y la desnortada socialdemocracia europea -¡Vaya ojo clínico el de Schulz!-, que han seguido a Merkel, Schauble, Juncker y Lagarde, se han equivocado.
Aquí también se ha vendido mercancía averiada. El PP ha aprovechado para arremeter contra Podemos, al que emparenta en radicalismo con Siryza, que junto con Chávez, Maduro y Correa, forman su particular eje del mal, y de rebote contra el PSOE, que tampoco ha estado muy fino jugando a sí pero no, o no pero sí, porque están pillados por la apresurada reforma del artículo 135 de la Constitución por el diktat de la Troika.
La imagen de Rajoy es patética al exigir al gobierno griego que acepte sin discutir las condiciones que imponen Frankfurt, Berlín y Bruselas. Porque ese el asunto central, discutir sin un dogal, ya que los griegos no han dicho que quieran salir de la Unión Europea, ni siquiera de la eurozona. Así que no es el fin del euro, ni de la eurozona, ni de la Unión Europea, sino sólo un frenazo a las autoritarias pretensiones del quienes gobiernan de facto Europa y, sobre todo, a las de Alemania, que ha entendido el referéndum griego como el intento de discrepar de las directrices de la “neue Kaiserin”.
La decisión de los griegos ha sido importante por dos razones, la primera, podríamos decir, por soberanía, por dignidad, por democracia; la segunda, por lógica, porque seguir aplicando mansamente las directrices de la Troika no es una solución aceptable, pues con los sacrificios aceptados hasta ahora la deuda griega (igual que la española) no ha hecho más que crecer, ya que ha pasado del 97% del PIB antes de la crisis al 175% del PIB en 2015.  
Ahora, lo aconsejable es volver a la mesa de negociaciones con otro talante, razón por la cual a pesar del éxito obtenido por su Gobierno, Varufakis ha dimitido para facilitar la negociación. Y en eso, Grecia seguramente contará con el apoyo del FMI, que, en un reciente documento, ocultado por Lagarde, habla de establecer nuevas condiciones, y entre ellas, recortar la deuda, porque sabe que es imposible de devolver. Al fin y al cabo eso es lo que se hizo con Alemania en 1953. Y también contará con el apoyo de EE.UU., pues Obama veía con preocupación la salida de Grecia de la influencia occidental y su posible paso a un entendimiento financiero con Rusia o con China.
Mientras para Merkel, cuya miopía geoestratégica es proverbial, Grecia es un pequeño país deudor que desafía su autoridad, para los Estados Unidos el país heleno es un baluarte estratégico en una zona muy conflictiva, junto a los Balcanes, debajo de Rusia, al lado de Turquía y frente al cercano Oriente y el norte de África, que está envuelto en llamas.

Los griegos han dicho no a la imaginaria, pero onerosa y autoritaria manera de salir de la crisis. Los norteamericanos lo han entendido pronto. Esperemos que los mandatarios europeos empiecen a entenderlo, y así ganaremos todos, aunque los bancos pierdan un poco.   

domingo, 5 de julio de 2015

La moral natural

Good morning, Spain, que es different
¿Cuál es la moral de la naturaleza?
Si, como propone la Iglesia, los humanos deben inspirarse en la naturaleza para establecer normas morales a las que ajustar su conducta amorosa y sexual, es lógico preguntar cuáles son esas normas, dónde buscarlas y cómo interpretarlas para que sirvan de guía. Pero del conocimiento de la naturaleza no surge el catálogo de normas morales propuesto por Roma, sino algo bien distinto: que los seres vivos están sometidos a una ley inexorable -asegurar la continuidad de las especies-, de la cual derivan dos imperativos mandatos: la supervivencia y la reproducción de los individuos. Sobrevivir y reproducirse, he ahí la suprema ley natural o lo que es lo mismo: alimentarse y procrear. De ello sigue todo lo demás: las estrategias para adaptarse al entorno y sobrevivir, la conducta sedentaria o migrante, la defensa del territorio y la lucha por un lugar en la horda, el parasitismo, la simbiosis, la competición o la cooperación, las tácticas de fuga o de combate, la habilidad para aparearse, la atención a la progenie, etc, pues la continuidad de cada especie depende del éxito de sus mejores individuos al cumplir estos mandatos. 
Nada hay en la naturaleza que recuerde la convivencia de distintas especies en el arca de Noé, ni el bucólico panorama del jardín del Edén, descrito en el Génesis. La naturaleza no es el paraíso, aunque a veces lo parezca, sino algo más parecido al infierno para los seres sometidos a ella. 
Lo que hallamos son especies adaptadas a su entorno en ecosistemas, cuya supervivencia depende de la habilidad de los individuos para colocarse en la cadena trófica o red de circulación de energía, que, partiendo de los seres capaces de alimentarse a sí mismos (autotróficos), organiza la distribución de energía de todos los demás en una imaginaria pirámide, en cuya cúspide se encuentran los grandes predadores, que viven de apropiarse de los paquetes energéticos que en grados sucesivos han ido transformando y acumulando otras especies. 
Por ello, si lo que caracteriza la moral es la posibilidad de elegir, bien o mal, lo que hallamos en la naturaleza no son seres libres capaces de escoger sino seres determinados por los rasgos de su especie y por el lugar que ocupan en la cadena alimenticia. No hallamos, pues, libertad, sino necesidad; ni hay elección, más que en grado mínimo, sino determinación; no hay moral sino eficacia, en una incesante competición por sobrevivir y procrear. 
Si nos referimos a la reproducción de los seres humanos, actividad que merece buena parte del repertorio católico de preceptos morales y sobre la cual ejerce la Iglesia una vigilancia rayana en la obsesión, y a la necesidad de encontrar en la naturaleza un comportamiento típico que sirva de orientación moral a los humanos, es preciso acotar los ámbitos de la naturaleza en que debemos buscarlo, pues, salvo en el reino mineral, todas las especies animales y vegetales se reproducen. 
Si descartamos el reino vegetal, pues la reproducción humana guarda poca semejanza con la de las plantas, sean criptógamas o fanerógamas, parece que la llamada moral natural debe inspirarse exclusivamente en el comportamiento de los animales.
Poca luz obtenemos observando la conducta sexual de los insectos, pues, por poner unos ejemplos, no coinciden con la moral católica el brutal apareamiento de las chinches, donde los machos no distinguen las hembras de otros machos, ni la relación de la reina de las abejas con los zánganos ni la pasión de la mantis religiosa, que devora al macho tras la cópula. En el reino de los peces, poca ejemplaridad para la familia (católica) se obtiene del abandono de las crías una vez depositada la hueva o de la compulsiva promiscuidad de los calamares, que les lleva a la muerte tras haber participado en una orgía de miles de individuos en medio del océano. 
Así, para hallar un comportamiento que sirva de criterio moral a los humanos parece que debemos buscarlo en los grandes mamíferos, pero no avanzamos gran cosa, porque se vuelven a plantear las mismas preguntas. ¿Qué especie o especies pueden haber inspirado la moral de la Iglesia? ¿En cuáles nos fijamos para establecer una conducta que sirva de modelo moral a los humanos? ¿Cuál es el modelo de pareja reproductora que los humanos debemos imitar? ¿El monógamo del lobo o el polígamo del venado, del caballo o del león? ¿La pareja estable del lobo o la pasión de temporada de los rinocerontes? ¿Y cuál es el modelo familiar aconsejable? ¿El de la tropilla de hembras con sus crías, defendidas por un macho dominante, como el caso de las cebras o los impalas? ¿O el gineceo de algunos bóvidos (los bisontes) o los proboscidios, formado por hembras, crías y adolescentes? ¿O el de las madres solteras con sus vástagos de hipopótamos y rinocerontes? ¿El modelo monárquico del león, que domina sobre un serrallo y un territorio, y sólo permite la supervivencia de las crías del macho dominante, o la guardería colectivista de los licaones, donde la jauría protege decenas de cachorros? 
Por aquí tampoco está claro el modelo natural por excelencia defendido por la Curia, quizá tengamos que indagar entre los primates. 
Conocidas son la lubricidad de algunas especies de simios y la asociación jerárquica de los mandriles, que desestimamos. También a los gorilas, en los que un macho domina un pequeño clan, pero expertos en la materia afirman que los simios con un comportamiento sexual más cercano al de los humanos son los chimpancés bonobos, que mantienen todo tipo de relaciones. Esta actitud desinhibida puede parecer moralmente escandalosa pero es la base de colectividades armónicas, ya que resuelven los conflictos no por medio de luchas sino de actos amorosos, incluyendo las relaciones homosexuales. Lo cual muestra a los humanos un modelo de comunidad pacífica del que tan necesitados estamos, aunque no es probable que goce de la aprobación de los obispos. 
En la naturaleza no existen ni la abstinencia ni la castidad, tan del agrado de los prelados, el emparejamiento estable es raro, la virginidad de las hembras es transitoria y los animales que permanecen célibes lo son a su pesar. El reparto equitativo es escaso y la solidaridad, momentánea; la piedad es ocasional y la justicia no se conoce. La mansedumbre está condenada: no sirve poner la otra mejilla, como el Evangelio recomienda, o el otro lado del hocico, sino a un zarpazo responder con dos o con la huida. 
Ni siquiera impera la ley del Talión, tan humana que busca compensar a las víctimas con una reparación proporcional al daño recibido, sino simplemente la ley del más fuerte o del más hábil, que impone sus reglas casi siempre, y el débil está condenado a vivir poco tiempo y en continuo sobresalto. 
¿Son éstas las conductas que inspiran la moral católica? No lo parece. Por lo cual cabe preguntarse si la presunta moral natural no es más que una fórmula vacía o si la Iglesia piensa realmente en estos comportamientos cuando la propone, porque si nos guiáramos por ella llegaríamos a un mundo aún más brutal que el que tenemos. Es una moral que nos mantendría sometidos a la naturaleza en vez de alejarnos de ella. 
Por otra parte, la doctrina de la moral natural guarda un extraño parecido con el individualismo patológico que postulan los ultraliberales, que ubica a los seres humanos en un mundo hobbesiano, donde impera la lucha y triunfan los más preparados. De modo que, por principio, la Iglesia rechaza la teoría de la evolución, pero defendiendo la moral natural preconiza un darwinismo social que ensalza a los más dotados, en un mundo inmisericorde. 
Y con esto llegamos a lo siguiente: la moral natural, si existe no puede estar fundada en la recta razón, porque en la naturaleza no hay razón ni moral, sino eficacia. La razón sirve para observar que en la naturaleza no hay ética; y que si existe entre los humanos es, precisamente, por haberse apartado de la naturaleza usando la razón. La moral que defiende la Iglesia, inspirada en la razón y en la naturaleza, carece de sentido. Es sólo una frase, que podría ser inocua si no encerrara un disparate. 
La ciencia, resultado de la razón, indica cómo es la naturaleza; la moral indica cómo deben comportarse los humanos. La ciencia señala lo que se puede o no se puede hacer; la moral indica lo que se debe o no se debe hacer. Y en el caso de la naturaleza, no existe convergencia entre ambas. La Iglesia ha confundido la sociología con la zoología y ha creído que podía deducir normas humanas de conducta del (supuesto) estudio del comportamiento animal.
Fragmento del artículo. "Crítica de la presunta moral natural" (Revista Trasversales nº 9, invierno, 2007).

viernes, 3 de julio de 2015

El viaje de la izquierda

Hace mucho tiempo que la izquierda española, o las izquierdas de España, o como otros dirán del Estado español (como no quiero molestar, me da igual la calificación), emprendieron un viaje, sin aparente retorno, que, ante la emergencia de la postmodernidad, les llevó a buscar nuevos absolutos. El marxismo dogmático (y no lo digo sólo en el sentido más conocido del término, sino en el de aludir a un marxismo aprendido, copiado, a falta de elaboración propia, porque la izquierda en España ha sido poco original), como un pensamiento fuerte, como ideología de confrontación, se quedaba sin respuestas ante el pensamiento débil. Y había que buscar nuevas categorías para conservar lo esencial: la potencia de una posición ideológica de lucha en un momento en que la ofensiva burguesa era muy fuerte (y vuelvo a la "reacción conservadora"). En este viaje, se desembarazaron de Hegel y lo reemplazaron por Herder y pasaron de la Razón a la emoción y los sentimientos; de la Historia a la Naturaleza; de la Producción a la Cultura y de la Clase a la Nación. Se conservaba el espíritu de resistir e incluso el de conquistar, pero se había dejado por el camino lo esencial, y la izquierda se unía en posición subalterna a las burguesías nacionalistas.

No, no me olvido de la crítica de Marx al capitalismo, que por efecto de las luchas obreras se ha moderado en Occidente y se legitima con el Estado del Bienestar, que hasta los años ochenta se cree una conquista definitiva, sino que me refiero a las realizaciones prácticas hechas en nombre de Marx: URSS y países satélites, China, Cuba, Vietnam, Camboya, que están muy lejos de mostrarse como alternativas atrayentes al capitalismo moderado occidental.

Por un lado, el enfrentamiento entre capitalismo y comunismo ha impedido o dificultado la crítica interna en el campo de la izquierda para no minar la moral en las propias filas, en unos casos, y en otros para evitar la acusación de deslealtad, revisionismo, traición, etc, etc, y las sanciones anejas (exilio, expulsión, purga, cárcel, siquiátrico, gulag, etc). Por otro, la teoría mx reducida a mera escolástica -una guía para la acción, aplicable urbi et orbi- y administrada por popes no predispone a la crítica. Por lo general, la reflexión crítica sobre el mx se ha hecho al margen y con frecuencia contra los partidos comunistas, que se declaraban marxistas. Paradójicamente, el mx ha tenido desarrollo en el mundo académico y ha llevado una existencia vegetativa en los partidos políticos; se ha desarrollado lejos de la política, del mundo del trabajo y la práctica de la lucha de clases, y con frecuencia también alejado teóricamente de esos temas, refugiado (la abstracción permite más libertad) en el terreno de la filosofía, la metodología, de la cultura, del arte o del lenguaje, o ha tomado nuevos caminos (ecologismo, feminismo). Mientras que la crítica a sus limitaciones en el campo de la libertad, los derechos civiles, los límites del poder, la supremacía del Estado o la formalidad de la democracia "obrera", ha quedado en manos de sus adversarios, algunos de ellos muy inteligentes (Aron o Popper, por ejemplo).

jueves, 2 de julio de 2015

V Congreso PSUC

Un apunte extemporáneo sobre el tema que plantea Luis Roca Jusmet
Alude al PSUC y a las consecuencias de su evolución o degeneración, como se quiera interpretar, que tiene lugar a partir del V Congreso (enero 1981), como máxima expresión de la crisis teórica y política del comunismo en España, pues afecta también al PCE, seguida de lo que se llamaría “crisis del marxismo”, que afecta a todos los partidos de la izquierda, teniendo como escenario internacional la gestación de la gran “reacción conservadora”.  
En el V Congreso, el PSUC, que ha perdido la mitad de sus militantes, está dividido entre tres facciones: eurocomunistas (A. Gutiérrez, López Raimundo), prosoviéticos (Ardiaca) y leninistas (F. Frutos). Pero lo fundamental, desde el punto de vista de lo que hoy sucede, es que, por encima de las definiciones, de las apelaciones a la democracia interna, de las críticas a Carrillo, de quitar o dejar en los Estatutos la definición de “leninista”, de eurocomunismo sí o no, de la justificación de entrada del ejército soviético en Afganistán, etc, etc, lo que el PSUC, como el PCE, acusa es la rápida y contundente ofensiva burguesa que tiene lugar una vez asentado el nuevo régimen. Es decir, la ruptura unilateral del consenso y el agradecimiento al PCE-PSUC por el servicio prestado en la instauración del régimen democrático y la restauración de la monarquía. Y que la salida negociada a la dictadura (la ruptura pactada, según Carrillo), desechado el gobierno de concentración propuesto por el PCE, el de Salvación Democrática (propuesto por el PTE) y otros auxilios igual de imaginativos, ha colocado a la UCD en la posición para llevar adelante la salida de la crisis desde los intereses del capital (la transición pasó sigilosamente por el tema de la propiedad económica). Lo cual supone una restricción de las luchas populares (menos democracia para los trabajadores) y la imposición de duras medidas de ajuste para salir de la crisis cargando, como ahora, el peso de la austeridad sobre los asalariados, que se inicia con el Pacto de la Moncloa y sigue, imparable, con el Estatuto de los Trabajadores, el Acuerdo Marco, la Ley Básica de Empleo y la Ley Antiterrorista, que son el fondo del escenario sobre el que actúan los planes económicos del gobierno de UCD y de las recién creadas patronales (CEOE, CEPYME, etc). Es decir, amparado por el marco de la Constitución recién aprobada, se abre la etapa constituyente de lo que serán los instrumentos de la dominación de clase para el período que se inicia. 
Todo lo cual entra en flagrante contradicción con el esfuerzo hecho por el PCE y el PSUC por llevar a los trabajadores y a clases populares la idea moderar las luchas para consolidar la democracia, de no provocar a la derecha (el “ruido de sables”), de huir de la huelgomanía y del asambleísmo, de aceptar las medidas de austeridad para salvar la economía nacional, y la necesidad de ser “realistas”...
Acompaño un artículo de Manuel Sacristán y de la redacción de “Mientras tanto” sobre el citado congreso.

http://elpais.com/diario/1981/01/22/espana/348966003_850215.html