lunes, 30 de junio de 2014

Baltar

Good morning, Spain (que es different)
"Galicia es Baltar", dijo Rajoy, en una de esas frase con las que apoya a los caciques de su partido sin darse por enterado de la corrupción que inunda las taifas populares. También había apoyado a Camps: "Estoy junto a tí, Paco", había calificado a Carlos Fabra de "ciudadano ejemplar" y asegurado que quería para España un gobierno como el de Matas en Baleares, naturalmente antes de que lo procesasen.
Rajoy, a veces exagera, porque Baltar no "era Galicia", porque Galicia es "Pokemon" (114 imputados), pero sí "era Orense", como Cacharro "era Lugo". Virreyes.
El conocido como "el cacique bueno", daba empleo a más de cién amigos y familiares, pero no en sus negocios particulares, sino en la administración pública, con cargo a la caja común. Así hace favores cualquiera. Cuando Baltar abandonó la presidencia de la diputación de Orense dejó el cargo a su hijo, como si fuera la corte maoísta de Kim Il Sung. Y luego en Génova echan pestes de Chávez porque dejó como sucesor a Maduro (que gano unas eleccioens).
Lo triste es que seguimos chapoteando en el barro: en sólo cinco comunidades autónomas (Baleares, Andalucía, Cataluña, Valencia y Galicia) hay más de 200 cargos públicos imputados en delitos de corrupción, y de los 1600 casos que actualmente se instruyen en los tribunales, 300 de ellos destacan por su complejidad.

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