Good morning, Spain (que es different)
Ayer, la ley orgánica sobre la abdicación del Rey superó en el Senado el último trámite de su paso por las Cortes antes de ser sancionada, hoy, por el propio monarca para dejar paso a la coronación, mañana, del príncipe Felipe como nuevo Rey de España. Una ley orgánica fundamental con un tratamiento muy rápido -una semana-, que muestra que los trámites legales no son un obstáculo insalvable cuando existe la firme decisión política -si se quiere, se puede- de hacer algo.
Como en el Congreso, votaron a favor los
senadores del PP, PSOE, UPN y Foro Asturias (UPyD carece de senadores), que
sumaron 233 de los 258 parlamentarios presentes (casi el 90%), votaron en
contra los 5 senadores de IU, ICV y ERC, se abstuvieron los 20 de PNV, CiU y
Coalición Canaria y se ausentaron de la cámara los dos senadores de Bildu y
Amaiur.
Y como sucedió en el Congreso, quedaron
expuestas dos posiciones opuestas: la de quienes aún defienden la vigencia del
pacto constitucional y la de quienes han dejado clara su ruptura, grupo en el
que hoy figuran CiU e Izquierda Plural (en 1978, el PCE) que en su día participaron
en dicho consenso.
Mañana tendremos nuevo rey, un nuevo
Jefe del Estado, pero de un Estado envejecido, erosionado y sumido en la severa
crisis de sus instituciones y de su clase política. Se ha cambiado la guinda
del pastel, pero muchos de sus ingredientes han sobrepasado la fecha de
caducidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario