Good morning, Spain
(que es different)
Como estamos en vísperas de
empezar el campeonato mundial en Brasil, bien puede usarse un símil futbolero
para examinar la hábil jugada de la Corona jugando por la banda derecha. Puede
decirse que, a pesar de las muletas, el rey Juan Carlos, con un pase largo, ha
dejado descolocados a sus adversarios, que corren como locos detrás de un balón
destinado a su hijo, que rematará la jugada tirando a puerta. El gol está
asegurado.
La maniobra regia ha sembrado cierta
confusión entre los que juegan por la banda izquierda, que cada día son más y
están más crecidos. Pero donde ha hecho verdadero daño es en CiU, porque el
equipo está casi partido en dos a causa de las diferencias en la
estrategia, entre seguir jugando como hasta ahora y disputando grandes torneos o
abandonar el campo para participar sólo en ligas locales.
En el PSOE está cuestionada
la figura del entrenador, incluso el himno del equipo, que es ahora el coro de
Nabucco, ma non troppo, para volver al
himno tradicional (que era el de Riego). Antes de la sesión parlamentaria de
mañana, el entrenador ha concentrado al equipo en el Congreso para tratar de
unir las filas en un partido que sólo admite como resultado la derrota de los
colores propios (tres). Derrota que algunos jugadores desean mitigar, como si
fueran los disparos del honor de las guerras dieciochescas, con jugadas
particulares. Pero el entrenador no transige: aduce que los jugadores están
ligados a él por mandato imperativo. Y punto pelota.
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