sábado, 7 de junio de 2014

Anomalías de la sucesión


De modo semejante a cómo se produce la sucesión en las monarquías, el príncipe Juan Carlos de Borbón sucedió a Franco en la Jefatura del Estado con el título de Rey. Como si se hubiera efectuado en una monarquía consolidada, el protocolo se cumplió de manera automática, fallecido el rey reinante le sucedió el príncipe aspirante al trono -a rey muerto, rey puesto-. Lo anómalo del caso es que Franco no era rey ni era de la misma familia que quien le sucedía en la Jefatura del Estado, y que además, siguiendo el orden lógico de la dinastía, tal honor le hubiera correspondido al padre del príncipe Juan Carlos, don Juan de Borbón, que además estaba vivo, y, como aún conservaba su derecho a ocupar el trono, quedó como un desairado pretendiente hasta que renunció formalmente a ese derecho el 14 de mayo de 1977 a favor de su hijo, cuando este ya era rey. 
De La oxidada Transición, Madrid, La linterna sorda, 2013.

No hay comentarios:

Publicar un comentario