domingo, 29 de junio de 2014

¿Exterminar una nación?



Hola, Carme:
Al leer el mensaje que me envías no sé si vivo en el mismo país del autor o de la autora. Para algunos de más allá del Ebro y para otros de más acá del Ebro, parece ser que no, que vivimos en mundos distantes (y distintos); ni parece que utilicemos la lengua, tanto el catalán como el castellano, de la misma forma y con los mismos significados, aunque los significantes sean idénticos.
No entiendo el nerviosismo suscitado por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (no de Castilla, ni de España ¡ojo!), que no pone en peligro la enseñanza en catalán, ni pretende acabar con el sistema actual, y mucho menos exterminar una cultura y aún menos exterminar una nación. ¿Exterminar una nación? ¿Tiene esa expresión el mismo sentido que tenía para los nazis cuando lo aplicaban al destino de los judíos? ¿O para los turcos cuando lo aplicaban al destino de los armenios? ¿O para los blancos al aplicarlo a los indios de Norteamérica? La palabra <exterminar> es tremenda y está mal utilizada, a no ser que quien la usa como desafortunada metáfora pretenda, con unos fines que sospecho, sembrar la alarma sobre una acción terrible que nadie pretende llevar a cabo. 
En todo caso, el mensaje indica que se pretende exterminar a una nación, pero ¿qué nación? ¿Es la nación de los unidos por la lengua catalana o de los unidos por algo más? ¿De los unidos por las rentas del trabajo o por los beneficios del capital? ¿De los grandes propietarios de empresas o de los que sólo poseen la casa en que viven y poco más? ¿De los empresarios catalanes que despiden obreros (también catalanes) o de los obreros despedidos? ¿De los catalanes que votan a los partidos nacionalistas o de los que no los votan? ¿De los catalanes que quieren echar a los rumanos o de los catalanes que los acogen? ¿De los catalanes que utilizan los fondos públicos para financiar su partido o de los que no lo hacen? ¿De los catalanes que cierran hospitales y reducen servicios públicos o de los catalanes que sufren esas retallades, aunque todos ellos hablen catalán a la perfección? ¿De los catalanes que van a ver al Papa o de los que catalanes acampan en la Plaza de Cataluña, por los mismos motivos de los que acampan en la Puerta del Sol de Madrid?
Porque la lengua, tanto sea el catalán como el castellano, o el inglés, sirve sólo para unir a los hablantes en lo que al habla se refiere, pero las sociedades y las naciones están unidas por mucho más y/o divididas por mucho más, pues con frecuencia el uso político de la misma lengua esconde, o trata de esconder, diferencias sociales mucho más profundas. Sucede en Cataluña, en Castilla, en España y en todas partes, porque la lengua iguala a los hablantes, a veces es lo único que los iguala, pero los hablantes son personas que social y económicamente son desiguales, y eso ocurre en Barcelona, y también en Madrid, capital de la nación (¿de cuál?), pero sobre todo capital del capital, y capital de la derecha más aberrante y patriotera que existe, así que de patriotismo barato, aquí sabemos bastante y estamos vacunados frente a patriotismos similares. Y desde luego, muchas de las personas que viven en Madrid desconfían de sus autoridades aunque les hablen en la misma lengua, porque les mienten en su mismo idioma.
Lo que ocurre en torno a la sentencia no es más que una pataleta porque se acercan las elecciones. Artur Mas ha protestado por el auto del Tribunal sobre el uso del castellano y está molesto porque que el PSOE y el PP se han puesto de acuerdo para reformar la Constitución sin invitar a CiU (ni a otros partidos), pero en el fondo comparte la precipitada, autoritaria e inútil idea de fijar el déficit público en la Carta Magna: es más, ha decidido adelantar dos años su aplicación en Cataluña (a 2018), y fijar el límite del déficit en el 0,14%, por debajo del acordado por el PSOE y el PP, que está en el 0,40%. Es decir, ha endurecido las condiciones, pero la protesta es puro teatro; otro pretexto cogido al vuelo para alentar un poco más el nacionalismo y calentar el ambiente.
En Castelldefels, el alcalde del PP, que gobernaba en minoría, acaba de recibir el apoyo de CiU para dotar de estabilidad al consistorio, y hasta es posible que participe en el gobierno local. La abstención de CiU permitió que un tipo racista (pero muy catalanista) sea alcalde de Badalona. Y ambos partidos, el PP y CiU están juntos en la Diputación de Barcelona. Y ya veremos qué pasa en la Generalitat a la hora de aprobar el Presupuesto del año que viene. Dijeron que no perdonarían al PP el recurso contra el Estatut, pero del dicho al hecho va mucho trecho, y dependiendo de cuáles sean los resultados electorales del próximo 20 de noviembre, es posible que un gallego castellanista como Rajoy hable catalán en la intimidad, como hizo Aznar cuando salió elegido en minoría.
Rajoy hace demagogia anticatalana porque le permite ganar votos fuera de Cataluña, pero si apoyar a CiU le confiere un aire de respetabilidad y le ayuda a presentarse como un partido responsable en Cataluña y arañar algunos votos, pues apoyará a CiU (que es la derecha católica) contra el PSE, ERC e ICV. Y Mas hace lo mismo pero al revés. 
Son juegos poco limpios de la política, que algunos se toman demasiado en serio.

Madrid, 19 de septiembre de 2011.

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