Good morning, Spain (que es different)
Llegó
el día F, en el que los partidos políticos deben aprobar o rechazar en el
Congreso la ley orgánica que hará efectiva la abdicación del Rey a favor de su
hijo, que dentro de unos días reinará con el nombre de Felipe VI.
Se
trata de un trámite, pues no se puede modificar la voluntad del monarca, y por
lo tanto sería esperable que, en un acto que tiene tanto de simbólico, los
partidos políticos indicaran a los ciudadanos lo que piensan verdaderamente
sobre la institución, pero se esperan pocas sorpresas.
Presumiblemente,
las fuerzas de izquierda -Izquierda Plural, ERC, Compromís, Geroa Bai y BNG- votarán
en contra; CiU, PNV y Coalición Canaria han dicho que se abstendrán -son problemas
de España o de los godos-, Amaiur abandonará la cámara en el momento de la
votación -su fino olfato no puede resistir tanto olor a monarquía- y los
partidos de la derecha -PP, UPyD, UPN y Foro Asturias- votarán a favor, junto
con el PSOE, cuyos dirigentes han logrado neutralizar la propuesta de algunos
militantes de votar en conciencia. O sea que el grupo parlamentario socialista
respaldará la monarquía.
Había
pocas dudas de que lo haría a pesar de las declaraciones sobre su corazoncito
republicano. Si en un acto ritual como
este, el PSOE se expresa sin fisuras a favor de la monarquía, es que no es
republicano. Y eso es así de claro.
Los partidos políticos están
obligados -si son coherentes- a defender sus principios en las ocasiones en que
sean requeridos para ello, más si estas llegan revestidas de cierta solemnidad.
Y en el caso del PSOE, de poco sirve que sus dirigentes se declaren republicanos
en entrevistas o en charlas de café, si a la hora de la verdad votan con los monárquicos.
Con su decisión, el PSOE se decanta y contribuye a deshacer la duda que muchos
politólogos habían señalado en España respecto al confuso sentimiento suscitado
por la monarquía: ¿Los españoles son monárquicos o simplemente juancarlistas?
¿Son partidarios de la persona o de la institución?
Hoy el PSOE lo indicará
claramente, primero han sido juancarlistas; luego monárquicos. Se alineará con
los defensores de la dinastía de los Borbones. Que no se llame a engaño cuando perciba
las consecuencias electorales de su adscripción.
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