Good morning, Spain, que es
different
“El
aumento de la plusvalía absoluta o la prolongación del trabajo sobrante (no
remunerado) y, por tanto, de la jornada de trabajo, sin que sufra alteración el
capital variable (salarios), es decir, empleando el mismo número de obreros con
el mismo salario nominal -siendo indiferente para estos efectos que el
sobretiempo se retribuya o no-, hace que descienda relativamente el valor del
capital constante (maquinaría, equipo, instalaciones, etc) con relación al
capital total y al capital variable y eleva así la cuota de ganancia, aun
prescindiendo del incremento y de la masa de la plusvalía y de la cuota
posiblemente ascendente de ésta.
El volumen de la parte fija
del capital constante, edificios fabriles, maquinaria, etc, sigue siendo el mismo
si se trabaja con él 16 horas que si solamente se trabajan doce. La
prolongación de la jornada de trabajo no requiere ninguna inversión nueva en lo
que se refiere a esta parte, que es la más costosa del capital constante. A
esto hay que añadir que el valor del capital fijo se reproduce así en una serie
más corta de períodos de rotación, abreviándose, por tanto, el tiempo durante
el cual hay que desembolsarlo para obtener determinada ganancia. La
prolongación de la jornada laboral aumenta, por consiguiente, la ganancia,
aunque el sobretiempo se retribuya e incluso, hasta cierto límite, a un tipo
más alto que las horas normales de trabajo. De aquí que la necesidad de
aumentar sin cesar el capital fijo sea, en el sistema industrial moderno, el
acicate principal que mueve a los capitalistas ambiciosos a prolongar la
jornada laboral”. (los paréntesis son míos)
Marx: El capital (III), capítulo V. Economía en el empleo del capital
constante. Méjico, FCE, 1968, p. 91.
Imaginemos lo que sucede con
la ganancia patronal cuando se prolonga la jornada de trabajo y no se retribuyen
siquiera las horas trabajadas por encima del horario acordado, las horas extras.
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