En Cataluña no hay quien duerma con tanto jaleo. A estas alturas del "prusés" nadie está al margen, porque los secesionistas han obligado a todo el mundo a definirse. Así, hay fanáticos de la secesión, seguidores convencidos y quienes asienten para no desentonar, pero no hay siesta, hay disimulo, para no sumarse o para no oponerse.
Como decía el joven idealista Pavel Antipov, devenido en el comisario político Strélnikov, al doctor Yuri Zivago: "La vida privada ha muerto en Rusia", en Cataluña la independencia ha entrado en todos los hogares, no es posible ignorarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario