Han puesto alto el listón de los fuegos de artificio, muy alto incluso para ellos mismos.
Pedir una botella de Coca cola es un descuido, que convierte a Espinar en esquirol de una campaña de boicot a esa bebida solicitado por su partido; pedir dos botellas le convierte en reincidente, porque no puede ser un descuido, es contumacia. O es un hipócrita y un fariseo.
El listón de la moral, de los principios, de la ética, de la distinción respecto a la "casta" corrupta, es necesario, por dos razones: una para afirmar que, a la vida política, llegaba algo nuevo y no sólo distinto, sino mejor. Otra, para suplir la ausencia de un programa político claro: su programa es confuso y a la vez ultrademocrático (o mejor, populista): dicen que aportan honradez y principios estrictos y se ofrecen a gestionar con transparencia lo que diga la gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario