sábado, 26 de julio de 2014

¿Oasis?



Good morning Spain, and Catalonia, que tambièn es different
A medida que pasan los días y se van conociendo los entresijos de lo que ha sido el "oasis" catalán se entienden mejor las prisas de Artur Mas para acelerar la secesión de Cataluña. Resulta que el oasis catalán no era tal, que lo que sucedía el Cataluña no era muy diferente de lo que sucedía en el resto de decadente y opresora España, incluso era peor; no sólo porque también estaba igual de extendida la corrupción política y empresarial, que afectaba también a la judicatura, sino porque afectaba a la dinastía reinante de los Pujol.
Toda la sagrada familia, modelo de catalanismo católico y conservador, con seny y mano izquierda, metida en negocios poco claros, desde la lejana quiebra de Banca Catalana, y entregada, por lo menos al fraude fiscal. Ahora se entiende mejor la búsqueda de un pretexto que desviara la atención de las actividades delictivas del padre (y de los hijos) de la patria hacia el enemigo exterior. La consigna "España nos roba" fue un acierto de los servicios de propaganda de la Generalitat, secundados por la cohorte de iletrados payeses que les bailan el agua, para no tener que admitir que "el jefe nos roba". El jefe y otros, claro, porque la financiación de CiU no ha sido ajena a otros enjuagues que se han ido conociendo, pues la lista de implicados en corrupción y en actividades empresariales más que dudosas es demasiado larga como para olvidarla (Banca Catalana, Grand Tibidabo, Casinos, Palau, Treball, etc,etc) y ha contado con personajes como Javier de la Rosa (empresario modelo), Prenafeta, Pallerols y casi todos los vástagos de la familia Pujol, entre otros.
Lo cual, muestra que la clase política y empresarial catalana, la casta catalana, forma parte de la misma clase política y empresarial del resto del país, unidos por multitud de lazos políticos y económicos, por los mismos intereses de clase, por las mismas actitudes a la hora de gobernar y por la misma falta de honestidad y de lealtad con los ciudadanos.
Esta clase política tiene la enorme responsabilidad de haber contribuido con su comportamiento al deterioro de las instituciones de este país, y su permanencia en los distintos niveles del poder impide la regeneración del mismo. Un proceso de renovación democrática, de transparencia y de saneamiento de las instituciones, como el que vienen exigiendo sectores cada vez más amplios de la ciudadanía, exige renovar las élites y desplazar del poder a esta casta corrompida en todos sus niveles, a todas las escalas y en todas sus versiones (nacionalistas, españolistas, regionalistas; locales, insulares, autonómicas o centrales; políticas o administrativas). Y el proyecto secesionista de Mas pretende separar a la casta política catalana del resto de la casta atizando el nacionalismo y tratando de incluir a los dirigentes políticos catalanes en el magma de un pueblo secularmente oprimido y expoliado por España. La bandera como el refugio de los corruptos. Hasta ahora la mentira ha tenido bastante éxito.

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