lunes, 7 de julio de 2014

Los tres "tenores" (1)



Good morning, Spain (que es different)

Hoy, en la sede federal del PSOE, se ha de celebrar un debate entre los tres candidatos a la secretaría general -Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias-. Debate, con exposición de los candidatos y preguntas del público asistente, que será decisivo para formar la opinión de los militantes que en menos de una semana han de elegir al Secretario General del PSOE. Con ello concluye la primera parte de un apresurado proceso renovación del partido, que debe culminar en un congreso en otoño y en la designación del candidato a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones.
Veremos lo que da de sí el debate, porque hasta ahora hemos oído hablar de participación, de primarias o secundarias, de avales, de hacer un partido más abierto, de un partido renovado, etc, es decir, de procedimientos internos y de apelaciones generales a un ideal sobrevenido sin saber cómo, pero lo que interesa es conocer el programa de cada candidato, con quiénes lo va a llevar a cabo (con qué equipos cuentan), cómo los van a aplicar y con qué prioridades en el tiempo. Y entonces veremos lo que hay de renovación y lo que hay de viejas recetas, de un proceso renovado o nuevamente fallido.
Los candidatos deben pronunciarse sobre los muchos problemas que hay sobre la mesa: la reforma de la Constitución, la del sistema electoral para conservar o abolir este régimen bipartidista y reemplazarlo por otro más plural (canovismo sí o no), sobre la legitimidad de la Corona (referéndum sí o no) y la relación con la Iglesia (concordato sí o no), sobre Cataluña y la estructura territorial del Estado (revisión del mapa autonómico), sobre regeneración de las instituciones, en particular del aparato judicial y los órganos más altos de la magistratura, y el aforamiento de cargos públicos, sobre Estado del bienestar (recuperarlo sí o no) y por encima de todo, sobre la salida de la crisis que está golpeando a los más débiles, que precisa soluciones drásticas y urgentes, como una reforma fiscal, medidas extraordinarias contra el paro y la apuesta por un nuevo modelo económico, que sea menos despilfarrador, menos dependiente de fuentes energéticas del exterior y menos contaminante.
Queda, finalmente, para comprobar la sinceridad y la profundidad del impulso renovador, si del debate saldrá algún elemento de autocrítica hacia lo realizado en los 21 años en que el PSOE ha estado al frente del gobierno central y otros muchos años al frente de gobiernos autonómicos y locales, porque en la deteriorada situación del partido cuenta lo realizado, bien, mal o regular, en todas partes. Es curioso observar que, tras el resultado electoral del mes de mayo, reconocido como una derrota sin paliativos, no se haya producido una oleada de dimisiones de cargos locales y autonómicos detrás de la dimisión de Rubalcaba, como si el Secretario General hubiera sido el único responsable de la aplicación concreta de la política del partido en cada lugar de España donde el PSOE ha gobernado, zanjando así las responsabilidades de los dirigentes locales en la gestión del poder en las zonas de sus respectivas competencias. 

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