jueves, 24 de julio de 2014

Gowex!



Good morning, Spain (que es different)
Se atribuye al político y periodista neoyorquino Horacio Greeley la frase “Al Oeste, joven. Vaya al Oeste”, pronunciada en el 1851, animando a la gente a emprender un largo y arriesgado viaje hacia California, donde un par de años antes se había descubierto un rico filón de oro en un paraje cercano a Sacramento. La frase "Go West!" se convirtió en el lema que encaminó a casi 300.000 personas hacia la costa del Pacífico, atacadas por la repentina fiebre del oro y por la tentación de hacerse ricas en poco tiempo.
Esa fiebre, que ha hecho estragos en la España postmoderna, también atacó al emprendedor Jenaro García. Ignoramos si el antedicho conocía algo acerca de Horacio Greeley o de si quiso emular a Alfredo Landa en “Jenaro, el de los 14”, tentando a la suerte aún sin quiniela, el caso es que, amparado en un lema tan legendario y atacado de aurífera calentura, fundó Gowex y una red de empresas ficticias que le servían de pantalla para perpetrar sus estafas, pues en eso consistía el negocio, radicado en este moderno Patio de Monipodio, que es la Corte y Villa.
La actividad de Gowex, prestando servicios imaginarios a las pseudoempresas montadas por sus testaferros -su mujer, su asistenta y un par de amigos (Rinconete y Cortadillo, supongo)-, recogida en una contabilidad con alto grado de inspiración artística, arrojaba unos beneficios tan cuantiosos como ficticios, que le permitieron obtener 36 millones de créditos bancarios (unos 6.000 millones de pesetas) concedidos por unos banqueros sin olfato, pero sabedores de que sus descalabros serán asumidos por el Estado. La cotización de las acciones de Gowex pasó de 3,5 euros por acción a 21 euros por acción y su valor en 2013 era de 1.400 millones de euros, que respondían a un patrimonio de humo y golfería.
Pero en este asunto falta conocer el detalle de cómo consiguió Jenaro García que Gowex fuera contratada por el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid para prestar servicios de cobertura de Internet en la calle y en el transporte público. "Cherchez" el cuñado, el sobrino, el amigo... que debió de ser el mismo vericueto que permitió a José Luis Aneri contratar, y cobrar, por la formación de 15.000 alumnos, que jamás existieron, o a Miguel A. Flores, el dueño de Diviertt (hay que joderse con el nombrecito) conseguir la cesión de una instalación pública para un evento que no contaba ni con la seguridad y con la asistencia sanitaria necesarias para el público asistente, que, por cierto, duplicó el aforo, con lo cual reveló la intención de "forrarse" a lo loco, que es el nombre que recibe en España la fiebre del oro.
En fin, me temo que estamos en lo de siempre. “Spain is different”, dijo Fraga, que fundó el partido que gobierna en Madrid, y desde Madrid, el resto de Spain.

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