jueves, 10 de julio de 2014

Atapuerca boys.

Noticias viejas para estar al día
Cada día que pasa confirmo la idea de que los empresarios de este país proceden directamente de la caverna. Ni los que parecen más cultos se libran de esa mentalidad ancestral.
El Círculo de Empresarios es una asociación privada que agrupa a lo más granado de los patronos -directivos de grandes compañías, altos ejecutivos de multinacionales, consorcios, etc-, presidida hasta hace poco por un firmante habitual de las páginas de economía -Carlos Espinosa de los Monteros-, que ha producido curiosas “aportaciones” al pensamiento económico, encaminadas todas a hacer un poco más difícil la vida de la gente trabajadora de este país. La privatización de lo público, el abaratamiento del despido, la congelación de los salarios, la flexibilidad del mercado laboral, el recorte del subsidio de  desempleo o la reducción de las cuotas empresariales a la Seguridad Social han sido algunas de sus obsesiones. Una de ellas, inspirada en las ideas de los “Chicago boys” y que no acredita al Círculo como un nido de demócratas, fue proponer, como alternativa al Pacto de Toledo, el sistema de pensiones implantado en Chile durante la dictadura de Pinochet.
Sus últimas “aportaciones” son de antología. Una es poder contratar a jóvenes con un sueldo por debajo del salario mínimo legal (70.000 pts/mes) -lo cual ya se hace, aunque ilegalmente-, estimar la contratación como un pacto privado entre la empresa y el trabajador, reducir la indemnización por despido desde 45 días por año trabajado a 25 días por año y reducir las prestaciones por desempleo a los mayores de 45 años. Pero la guinda de esta propuesta es que las mujeres que trabajan costeen de su propio bolsillo las cotizaciones a la seguridad social por las bajas laborales de maternidad. O sea, que además de traer un hijo al mundo, las madres que trabajan deben pagar por él a la Seguridad Social para ahorrar la cuota al empresario. Eso es algo así como establecer un impuesto por tener hijos, cuando casi no existen ayudas institucionales para tenerlos (España ocupa el último lugar de la Unión Europea en ayudas a la familia y a la infancia, con un 0,4% del PIB frente al 2,3% de media comunitaria). O por decirlo a la manera del capitalismo del siglo XIX, ya criticado por Marx: hacer que la mayor parte del coste de reproducción de la fuerza de trabajo, sin la cual el capital no puede existir, recaiga sobre los propios trabajadores.
Con esta propuesta, el Círculo de Empresarios ha mostrado, otra vez, que lo prioritario es el interés privado -el beneficio- a corto plazo, antes que el interés social -nacional- a largo plazo, pues parecen ignorar -no lo ignoran, pero el capital actúa así- que la sustitución de una trabajadora embarazada por otra durante cuatro meses de baja por maternidad ya no supone un coste añadido para el empresario y que, en caso de que la trabajadora o su compañero opten por un permiso de excedencia para cuidar del recién nacido, si el empresario contrata a un parad@ que los sustituya queda eximido del pago del 95% de su cuota a la Seguridad Social durante el primer año de excedencia, del 60% en el segundo y del 50%, el tercero.
Las particulares circunstancias por las que atraviesa la situación de las mujeres en el mercado laboral hacen aún más retrógrada esta propuesta, pues, según un estudio del Consejo Económico y Social con datos de 1998, España es el último país de Europa en tasas de ocupación de población femenina, que se sitúa en el 40% para mujeres entre los 20 y los 44 años con hijos menores de seis años, mientras que, para el mismo tramo de edad y para igual situación, en Austria, por ejemplo, es del 68%, en Bélgica es del 66% y en Francia, del 56%.
El informe del Consejo Económico y Social ofrece otras cifras que son de sonrojo, no sólo para los empresarios, sino para el mismo Gobierno: la tasa de paro femenino para todas las edades está en el 20%; la de temporalidad en el 34%; y en remuneración, las españolas perciben, por término medio, un salario mensual que es el 76% del que perciben los hombres. Si a estos datos se añaden los de natalidad -de las tasas más bajas del mundo, con 1,07 hijos por mujer- y el resultado de una encuesta del INE, que señala que el 46,6% de las mujeres en edad fértil (entre los 15 y los 49 años) no tiene ningún hijo y que la falta de recursos económicos es la causa principal (el 31%) de tan baja natalidad, tendremos un cuadro completo de cual es la posición ideológica de estos caballeros, cuyo ¿pensamiento? parece salido directamente de la Sima de los Huesos de Atapuerca.
Pregunta (ingenua): ¿Con quién viven estos tipos? ¿Qué mujeres conocen? ¿Con qué mujeres se casan, se acuestan y en qué piensan cuando lo hacen?
(Invierno del año 2000)
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