martes, 8 de julio de 2014

Los tres "tenores" (2)



Good morning, Spain (que es different)
El debate entre los tres candidatos a dirigir el PSOE transcurrió en clave interna y personal, pues de eso se trataba, pero otra parte era un debate que tenía interés de puertas afuera. Si para los afiliados era importante debatir sobre procedimientos internos y equipos de personas, para los demás, posibles votantes o público interesado, lo importante eran las ideas, las actitudes y los programas de los candidatos. En este aspecto, salvo en el caso de la monarquía o de la consulta catalana hubo poca definición sobre temas concretos, como también faltó autocrítica sobre lo hecho como gobierno con Zapatero y como oposición responsable con Rubalcaba, oposición tan responsable y tan poco opuesta con tantas ofertas de pacto, que quedó desdibujada su función.
Hoy, el PSOE es un partido sin una orientación clara sobre qué hacer y qué decir, por tanto, una de las tareas prioritarias sería adquirir un perfil propio, pues no basta con indicar que el PSOE no es lo mismo que el PP, sino que debe afirmar con ideas y con hechos que no quiere hacer lo mismo que el Partido Popular. Lo cual pasa por dejar clara su postura ante los grandes problemas del país, entre ellos una salida a la crisis que no vuelque los costes exclusivamente sobre las clases más humildes, la crisis del régimen, el modelo social y el Estado del bienestar, el modelo económico, la regeneración de la clase política y un largo etcétera.
Para el PSOE, el dilema no está en establecer un acuerdo de fondo con el PP, en forma de una gran coalición o en llegar a acuerdos puntuales, tal como ha venido proponiendo Rubalcaba, porque conducirían al mismo resultado: a sumarse a los retoques que proponga el Partido Popular para adecentar un poco la parte más dañada del régimen y que lograr que tire otra temporada, o sea, hacer algo que no moleste a la derecha; el dilema, repito está en seguir vinculado al PP, para mantener este régimen deteriorado, o en acercarse a las fuerzas que expresan los deseos de cambiarlo.
En resumen, o ser el partido de la oposición que quiere el P P, o ser el partido de la oposición que teme el PP, porque podría convertirse en una alternativa no sólo de gobierno sino de modelo de país.    

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