sábado, 5 de julio de 2014

España y Cataluña (y viceversa)

Grosso modo y como punto de partida, esto es aproximadamente lo que pienso sobre este tema, aunque no me aferro a esta opinión como algo definitivo.
Como país, España -no el Estado español, que es otra cosa- es mucho más de lo que critican Mas y los nacionalistas catalanes y de lo que cree el Partido Popular, y Cataluña es mucho más de lo que opina el Partido Popular y mucho más de lo que creen los nacionalistas catalanes. Ni España es la nación opresora de Cataluña, una especie de metrópoli colonial, ni Cataluña es la nación oprimida y dependiente; ni una ni otra son las naciones homogéneas, semejantes a sí mismas a lo largo del tiempo y enfrentadas a través de los siglos, en las que creen sus respectivos nacionalistas; no son las naciones cortadas a imagen y semejanza de sus arcaicos y románticos sueños, sino sociedades modernas, complejas, entrelazadas por relaciones de cooperación y competencia y sometidas a rápidas mutaciones internas a causa de la actual crisis, que se resisten a adaptarse a los simples esquemas de buenos y malos -buenos catalanes y malos catalanes; buenos españoles y malos españoles-, según asuman o rechacen las señas de identidad definidas, respectivamente, por CiU, ERC y la ANC, por un lado, y por FAES y el Partido Popular, por el otro, que actúan como incuestionables custodios de las verdaderas y definitivas esencias de sus patrias, con las que ellos deciden a quienes admiten y a quienes rechazan en sus respectivos reductos.
Tanto España como Cataluña desbordan el limitado marco existencial definido por sus más fanáticos defensores, pero lamentablemente son ellos los que por ahora llevan la voz cantante.
Naturalmente, se puede discrepar de esta opinión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario