Good morning, Spain (que es different)
Ayer,
la alcaldesa de Madrid, señora Botella, anunció un protocolo de medidas a
poner en marcha en caso de que se llegase al máximo nivel de polución
atmosférica permitido; entre dichas medidas está limitar la circulación de vehículos
por el centro de Madrid y reducir la velocidad.
Sería mejor adoptar medidas para no llegar al nivel
máximo, pero no pongamos muchas pegas a lo que llega,
tarde pero llega. No obstante hay que recordar un par de cosas. Una es anecdótica -un descuido
por el relaxing-, pero revela su poca
preocupación por el tema -environment, Mrs
Bottle. Okay?- y es que la señora Botella, siendo concejala de Medio
Ambiente (¡Santo cielo! Qué cosas le caen a una encima en la tómbola de la
política), fue sorprendida en marzo de 2011 yendo a la “pelu” -hairdresser. Okay?- en car y con otro car de escort y dos dotaciones de bodyguards, la que le corresponde por el cargo (poltroning) y la añadida por ser la lady del Liderísimo (the wife of the Chief).
La
otra tuvo lugar en la primavera de 2009. Para evitar las frecuentes reprimendas
de la Unión Europea cuando se sobrepasaban los límites de polución ocasionados
por los motores de vehículos, que provocan el 76% de la contaminación
madrileña, y no dar explicaciones a los ecologistas, que son pesadísimos con
esto del aire, a los vecinos y a la oposición (cuando se despertaba), suprimió
8 estaciones medidoras ubicadas en el centro de Madrid y las desplazó a la
periferia, a zonas de baja densidad de población como Sanchinarro y el Ensanche
de Vallecas, o de arbolado -Retiro- o en Faunia ¡Faunia!, donde hay animales y
pinos. Naturalmente, las mediciones bajaron, pues de eso se trataba, pero se
rompieron series de registros históricos, que de eso también se trataba, ya que
es una consigna del PP suprimir estadísticas de lo que sea, o adulterarlas para
hacerlas inservibles, a favor de la opacidad que tan bien les viene para
gobernar sin control.
Como
es la costumbre de la casa, Botella achacó las críticas a la situación preelectoral
-se acercaban las elecciones municipales, que, de rebote, la llevarían a la
alcaldía- y señaló que la oposición había convertido en sanitario un tema como
la contaminación, que no lo es. Si lo sabe ella. “La calidad del aire de Madrid
es la mejor que hemos tenido en la historia", recalcó en la misma
entrevista en la COPE. Le faltó decir que el milagro era ella. Y por si quedaba
alguna duda, remató la faena con una frase rotunda: “Más asfixia el paro” (de mister
Shoemaker, of course).
Pero ya tenemos protocolo
sobre la polución atmosférica. Ahora sólo falta que funcione el sistema de ciclostatic, que les acaba de vender un
amigo, y tendremos el problema casi resuelto con el aire que llega de la sierra.
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