jueves, 18 de octubre de 2018

Vivir en catalán

Pero, ¿qué es eso de "vivir en catalán"? 
Ese es el sueño de quien tiene un empleo en una empresa local de Gerona o, en un pueblo de la Cataluña profunda, es propietario de una mercería que vende ropa interior fabricada en Mataró, que tiene una familia, un círculo de amigos y una clientela que habla sólo catalán y cuya perspectiva del mundo no va más allá de la comarca o de la provincia. Ahí se entiende el intento de ser independentista, de vivir "en catalán", creyendo estar al margen de la marcha del mundo. 
Pero es difícil pensar que se puede "vivir en catalán" dependiendo del resto de mundo, y para eso sólo basta contemplar lo que se tiene más cerca: un teléfono Galaxy, Huauei, Nokia, Apple, un horno Bosch, una lavadora Miele, una batidora Brown, un microondas Siemens, un televisor Samsung, una aspiradora Nilfisk, un ordenador Philips, un coche Opel, Ford, Volkswagen o Renault, llevar ropa fabricada en China, en Taiwan o en la India y calzado fabricado en Filipinas o en Vietnam. ¿Es posible creer que se "vive en catalán" con un empleo en una empresa o un banco, que trabajan no sólo en y para Cataluña sino fuera de ella, para el resto de España, para Europa o para el mundo? ¿Es posible pensar que "se vive "en catalán" cuando la mayor parte de la dieta en que se basa ese vivir se debe a productos procedentes de fuera de Cataluña, empezando por el pan, comercializados por grandes empresas francesas o alemanas? Es el sueño de la autarquía de Juan Palomo (Colom, en este caso) con proyección internacional -yo me lo produzco, yo me lo como y además exporto (a la UE, que al final, me reconocerá como estado independiente.Pero, ¿qué cuento es este? Pues millones de personas se lo han creído.

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