La
izquierda jamás entendió bien el nacionalismo luego de la Revolución francesa. Por
una ironía mordaz de la historia, el sustituto de la izquierda sumida en una
crisis de sombrías perspectivas son, precisamente, los más absurdos tipos de
nacionalismo. Por lo demás, algunos actuales quizá aseguren seguir un programa
de izquierda. Cuando ésta no es capaz de acometer su propia revisión doctrinal
con visas de éxito, nada de extraño tiene que alguien se apropie algunos de sus
postulados con fines de glorificación de la aldea.
Cotarelo, R. (1989): La izquierda: desengaño, resignación y
utopía, Barcelona, Ediciones del Drac, p. 51.
No hay comentarios:
Publicar un comentario