domingo, 7 de octubre de 2018

Río Bravo


Interesante, Joaquim Pisa. 
Desconocía el origen de “Río Bravo” en la serie “Gunsmoke”, aunque sí conozco la película de Nathan Juran (1953) del mismo nombre, estrenada en España con el título de “A sangre y fuego” y protagonizada por Audie Murphy.
Hubo una réplica española a Blueberry, que fue McCoy, de Palacios, un ex oficial sudista, inspirado en los rasgos físicos de Robert Redford, mientras Giraud, que barría para casa, dibujó a Blueberry con los de Belmondo. 
Y volviendo a “Río Bravo”, ya que has citado a la protagonista femenina, Angie Dickinson, señalo la importancia que tienen las mujeres en las películas de H. Hawks.
Las películas del Oeste suelen ser películas de hombres, de conflictos entre hombres, que se resuelven violentamente, a golpes o a tiros, o muestran relaciones de clara camaradería, salvo, por ejemplo, en “El hombre de las pistolas de oro” (“Warlock”) de E. Dmytryk (1959), donde hay una relación bastante turbia entre H. Fonda y A. Quinn. Pero en general, la homosexualidad está desterrada del Western (apuntada en “Un hombre llamado caballo”; E. Silvestein, 1970). En el western las mujeres tienen un papel de contrapunto, muy en su papel tradicional de reposo del guerrero o punto final de las correrías del aventurero, en brazos de la bella y del hogar.
Sin embargo, Hawks, en “Río Bravo”, da un papel activo a Angie, que lleva la iniciativa amorosa, y en su continuación, “El Dorado”, emplea a dos protagonistas femeninas, que no se limitan a estar guapas, aunque repite los principales papeles masculinos: John Wayne, Robert Mitchum, sheriff borracho, que ocupa el lugar de Dean Martin, el joven James Caan (Misisipi) que ocupa el de Ricky Nelson y el veterano Arthur Hunnicut, hace las veces de Walter Brennan. 
El papel activo de las mujeres, que tienen la iniciativa amorosa, se percibe también en “Hatari”.

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