A propósito del artículo "Capitalismo gore y necropolítica en el México contemporáneo" de Sayak Valencia Triana
Me parece que lo sustancial del artículo
sobre el capitalismo "gore" ya está descubierto, señalado y criticado desde hace
tiempo.
La utilización de nuevas palabras -biomercado- sólo designa viejos hechos ya
descritos por Engels sobre la clase obrera inglesa, en “Los anales
franco-alemanes” o por Marx en “El capital”. El capitalismo siempre ha sido "gore" y sólo ha dejado de serlo cuando la rebelión de sus victimas le ha forzado a ello.
"Gore" era el trabajo
infantil en fábricas y minas; "gore" era la jornada laboral de 16 horas diarias de
hombres y mujeres; "gore" era la ley de pobres; "gores" eran la esclavitud y el
tráfico de esclavos; "gore" ha sido la colonización europea; "gore" fue la Iª
Guerra mundial, primera guerra entre imperios coloniales; más "gore" fue la II
Guerra Mundial, con 60 millones de muertos, 22 de ellos rusos; "gore" fueron los 100.000 bielorrusos ahorcados por la SS en tres meses; "gore" han sido los
campos de concentración y de exterminio de los nazis; "gore" fue el bombardeo de
Dresde; "gore" fue el uso de la bomba atómica en Hirosima y Nagasaki; "gore" ha
sido la guerra del Vietnam, "gore" lo que ha venido después en otros conflicto armados...
"Gore" son las
medidas "financieras" del FMI y las "económicas" de la
OCDE, y no las llamamos biomercantiles, biofinancieras ni bioeconómicas, porque no hace falta,
ya que afectan, para eso están, a la vida y al trabajo de millones de personas,
de las cuales se pretende obtener no sólo su rendimiento mental y físico en el trabajo y la renuncia sus derechos laborales y civiles como ciudadanos, sino su rendición espiritual, su obediencia, la sumisión de su cuerpo y de su mente al desorden establecido y su renuncia a rebelarse.
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