Good morning, Spain, que es
different
Tan
tranquilo que no se sabe si es un ser de otro planeta, una especie de “registrator”,
o un muñeco accionado a distancia por Ángela Merkel, que sólo reacciona ante la
voz de su ama, y el resto del tiempo calla y exhibe su sonrisa por defecto,
siempre la misma (aplicación única), en un rostro inexpresivo.
Lo
que sucede en el mundo parece que le afecta poco, y lo que sucede en España
menos aún; no sólo los problemas -paro, desigualdad, pobreza, marginalidad- que
atañen a lo que la casta pudiente llama clases modestas, pues son cosas propias
de gentes humildes, que, ya se sabe, están mal dotadas, porque Dios las hizo
así para que las señoras católicas pudieran practicar la caridad con ellas.
Tampoco
parecen afectarle los problemas de su partido, que, de rebote, también le
afectan a él y a su futuro político; hasta ahora nada ha sido capaz de conmover
su alma de metal ni de alterar su estado de reposo.
Que
la intención de voto al PP sigue bajando en las encuestas, Rajoy, tranquilo;
que Cataluña corre el riesgo de separarse de España, Rajoy, templado; que la
incompetencia de Ana Mato coloca el prestigio sanitario de España por los
suelos, Rajoy, inalterable; que Blesa y Rato y ochenta fulleros aparecen
implicados en las tarjetas opacas de Bankia, Rajoy, impasible; que Acebes
resulta imputado en la trama Gurtel, Rajoy, imperturbable; que Granados, un
antiguo hombre de confianza de Esperanza Aguirre, el presidente de la
Diputación de León, cinco alcaldes del PP y cuarenta cargos técnicos y
administrativos aparecen ligados en otra trama de corrupción en cuatro
provincias, Rajoy, impertérrito.
Con
la parsimonia acostumbrada, y después de la rápida reacción de la “Lideresa”
sacudiéndose el polvo, Rajoy ha leído un papelito de pocas líneas en el Senado,
solicitando disculpas por la corrupción en el PP, que según él “responde a la
codicia personal”.
Eso
es todo. Explicaciones, ni una; ¿dimisiones? Ni loco ¿Comisiones de investigación? Venga, hombre: hasta ahí podíamos llegar…
Toda
la oposición ha solicitado la comparecencia del Presidente del Gobierno en el Congreso para tratar del tema.
Pobrecillos. Hoy no toca, y mañana seguramente tampoco.
Y
a esperar al escándalo siguiente, que no tardará en llegar.
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