Good
morning, Spain, que es different
Hoy
hace cuarenta años que murió Francisco Franco, Generalísimo de los Ejércitos y Caudillo de España "por la gracia de Dios"; el hombre que gobernó de modo despótico el país
durante cuarenta años; el que retuvo en sus manos tanto poder como un monarca
absolutista; el hombre que, con apoyo de la Iglesia, utilizó el símbolo
cristiano de la cruz para combatir a los pobres contando con el beneplácito
de los ricos; el hombre que en su escueto programa político resumió los miedos y los intereses de las tradicionales
clases altas y de la Iglesia; el hombre que se creyó designado por Dios pero
fue financiado por la banca; el hombre que se alió con Hitler y con Mussolini, pero sobrevivió a ambos dictadores;
el hombre que negó la lucha de clases, pero impulsó la venganza les clases
altas sobre las clases subalternas; el hombre que castigó con fiereza a los que, por breve tiempo, habían soñado ser dueños de sus condiciones de vida y
trabajo; el hombre que dedicó su vida a impedir que los trabajadores pudieran
luchar por sus derechos; el hombre que designó que el papel de la mujer era el
de ama de casa y reposo del guerrero o bien servir a Dios como monja; el militar el que persiguió a sus enemigos hasta el
exterminio; el hombre que hasta los últimos días de su vida estuvo recordando
su victoria; el que no tuvo piedad con los vencidos; el que confundió España
con su régimen y el país con sus fanáticos partidarios; el que consolidó los peores
vicios de la vida política del siglo XIX; el militar que trajo la tercera
restauración borbónica; el hombre obsesionado con la conspiración del comunismo, el judaísmo y
la masonería; el hombre que odiaba la Reforma, la Ilustración y el mundo
moderno y quiso retroceder al Antiguo Régimen; el hombre que aborrecía los
partidos políticos pero asumió el mando del partido único; el hombre que creyó
gobernar un imperio inexistente y quiso rehacer el país sobre el modelo de la
sociedad barroca del siglo XVII; el hombre que representó de forma extrema a
una derecha política incapaz de plantearse y resolver los problemas de su
tiempo.
El hombre cuya nefasta influencia no concluyó con su muerte hace cuatro décadas, sino que ha de pesar sobre el país durante cien años.
El hombre cuya nefasta influencia no concluyó con su muerte hace cuatro décadas, sino que ha de pesar sobre el país durante cien años.
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