domingo, 27 de septiembre de 2015

Cataluña dividida

Good morning, Spain, que es different

Casi mitad por mitad, el voto ciudadano se ha dividido entre el apoyo a las listas independentistas (48%) y a las que no lo son (52%), aunque entre estas alguna hay con ambigüedad respecto al tema que ha polarizado la campaña.
Si se interpretan los resultados como los de un plebiscito sobre la independencia, con una alta participación (77,5%) Artur Mas lo ha perdido con el 48% de los votos, frente a los "unionistas", que han obtenido el 52%. 
La lista Junts pel Sí ha ganado las elecciones autonómicas con 62 escaños (la mayoría absoluta son 68), pero la investidura de Mas no está asegurada y tendrá difícil gobernar, pues depende de los votos de la CUP. La lista de Mas, pese al agrupamiento de fuerzas y personas, ha perdido escaños respecto a los que tenían CiU (50) y ERC (21). ERC ha quedado subsumida por la lista de Mas, quien le ha birlado el programa máximo y convertido en su escudero. Unió ha quedado fuera del Parlament.
El PSC, con 16 escaños, ha remontado los malos pronósticos, pues ha perdido 4 escaños (tenía 20) pero sólo 3.000 votos.
El ascenso más espectacular es el de Ciudadanos, que ha pasado de 9 diputados a 25, y ante el desplome del PP, que pasa de 19 escaños a 11, se convierte en el primer partido de la oposición y en el bastión más firme contra el independentismo dentro de Cataluña.
La CUP, la lista más radical, anticapitalista, independentista, republicana y antieuropeísta, ha pasado de 3 escaños a 10 y paradójicamente se convierte en una pieza importante de cara al gobierno autonómico hegemonizado por Convergencia, capitalista, neoliberal, europeísta y monárquico. 

La independencia de la nación imaginaria ha unido, no sabemos por cuanto tiempo, a dos fuerzas que representan contradictorias posiciones de clase, a la élite dominante durante decenios y a las clases subalternas, respecto al reparto de la riqueza y la organización del poder.
Otra gran derrotada es la lista Cataluña Sí que es pot, que ha obtenido 11 escaños, dos menos de los que tenían ICV-EUiA (13), lo cual pone a prueba la estrategia de Podemos de cara a las elecciones generales. Parte de la explicación de ese mal resultado puede estar en la ambigüedad de sus posiciones, en la confusión que ha rodeado la configuración de la lista y en la alianza con una fuerza claramente descendente, como ICV, que ha perdido el rumbo desde hace años.


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