martes, 15 de septiembre de 2015

Catalanes en España, españoles en Europa

Good morning, Spain, que es different

Uno de los rasgos más característicos del proyecto de los independentistas catalanes que quedaron más claros en la entrevista concedida por Artur Mas a la “Sexta”, es su habilidad para sortear verbalmente los escollos que van apareciendo en el camino hacia un hipotético Estado catalán.
Para Mas, convencido de la legitimidad de su proyecto, no existen obstáculos insalvables en el “procés”, otro invento de los nacionalistas vascos, que en esto de utilizar arteramente el lenguaje y la propaganda son auténticos artistas. Como lo es el exitoso término “derecho a decidir”, afortunado eufemismo del derecho de autodeterminación, y la idea de tener un Estado propio pero al mismo tiempo compartir el mercado español y europeo, pues ese era el objetivo del Estado vasco asociado, propuesto en su día por el lendakari Ibarretxe.
De la noción fundamental de los nacionalistas de que los Estados son la natural expresión institucional de las naciones y de que cada nación debe tener su Estado, brota como lógica consecuencia que cada Estado deba tener su área productiva propia, para que, al coincidir la independencia política y la económica, la soberanía sea completa.
Esto pudo ser así mientras el capitalismo precisó crear mercados nacionales, de ahí la necesidad de abolir los fueros medievales, pero ahora los hechos van por otro lado y el capitalismo ha desbordado el marco de los mercados nacionales, con lo cual los Estados están perdiendo cuotas importantes de su soberanía ante un mercado internacional crecientemente compartido. Suponiendo que en otros tiempos hubiera una correspondencia necesaria entre nación, Estado y mercado, tal relación ya no es posible en la Europa actual, surgida como un mercado común y un embrionario super Estado, y tampoco en Cataluña, cuyo modelo económico está lejos de la autarquía.
Artur Mas, a quien le importa más el Estado que la nación, parte de la idea de que Europa necesita a Cataluña tanto como Cataluña necesita de Europa y que, en consecuencia, los mandatarios europeos harán todo lo posible para mantener al futuro Estado catalán dentro de la Unión Europea y de la moneda única. ¿Y cómo sucederá esto?
Pues muy sencillo, debiendo respetar los derechos de los catalanes, porque como españoles ya están dentro de la UE, y no está prevista la manera de expulsarlos. Así, de cara a España, los catalanes serán una nación diferente, con su propio Estado, pero de cara a la Unión Europea seguirán siendo españoles.
No puede negarse al señor Mas aportar una solución imaginativa (otro invento de Ibarretxe) al dar con una fórmula que combina nacionalismo y globalización: el Estado es mío, pero el mercado es de todos. En Cataluña mando yo, pero el mercado español y europeo lo compartimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario