domingo, 27 de diciembre de 2015

Nación catalana

Creo que era Carl Schimitt, quien decía que cada nación se define como quiere, lo cual es aplicable a los nacionalistas catalanes, pero además hay que comprobar la veracidad de la definición comparándola con los hechos que toma como referencia. Y la afirmación de la existencia de la nación catalana no resiste la prueba de los hechos. Como herencia del romanticismo, propone como modelo un sujeto imaginario, que pudo existir hasta finales del siglo XIX y principios del XX, que es precisamente cuando empieza la modernización, la migración interior,  la industrialización, el mercado interior nacional, el desarrollo de la vida urbana a expensas del campo, se configuran las modernas clases sociales y la lucha de clases, se consolidan nuevas formas políticas que tienen poco que ver con los privilegios forales y las regiones van perdiendo sus rasgos peculiares a causa de la movilidad interior. 

Según la noción de nación basada en la cultura, esta tendría que hacer distinguibles a los catalanes de las gentes de otras "naciones" de España. ¿Cómo? Pues yendo vestidos de catalanes: con alpargatas y barretina, llevando zurrón en vez de cartera, comiendo como catalanes: escudella, judías con butifarra, escalivada y peus de porc, yendo en carro o en burro (del Ampurdán) a trabajar, asistiendo a misa todos los domingos y fiestas de guardar y bailando la sardana en cuanto sonara un cobla.

 "Por tanto, sólo al 47,8% de los votantes se les puede considerar catalanes. El resto viven aquí." Ahí está el quid: son transeúntes aunque hayan nacido en Cataluña y vivan, trabajen, consuman y paguen impuestos en Cataluña (que, por cierto, algunos son más altos que en Madrid, por obra y gracia de la Generalitat).

El nacionalismo es un doctrina para gente con escasa cultura política, gran ignorancia histórica y ávida de explicaciones simples y soluciones fáciles, porque resume de un modo sencillo -ellos y nosotros- la complejidad de las sociedades actuales, destacando una forma de igualdad que oculta profundas diferencias dentro de la presunta nación. Es una doctrina que destaca las pequeñas diferencias respecto a los otros (ellos, los no nación o antinación), pero oculta las grandes diferencias dentro de nosotros, de los que formamos la nación.

 Ojo con los ejemplos, que los casos de Escocia y Cataluña son distintos. a) Escocia fue un reino independiente hasta 1707, en que se unió a Inglaterra y Gales para fundar la Gran Bretaña. b) El referéndum fue pactado con gobierno de Cameron. c) Los separatistas escoceses quisieron mantener tres cosas comunes con el Reino Unido: la reina, la libra y la BBC.

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