jueves, 24 de diciembre de 2015

Izquierda Unida

Good morning, Spain, que es different

Debilidades de la izquierda (2). Izquierda Unida
Poco se puede decir de Izquierda Unida y de su pretendida coalición bautizada con el sonoro nombre de Unidad Popular, que, salvo recordar al Chile de Allende, poco aporta por sus dimensiones a la unidad de la izquierda y a la formación de un amplio frente social contrario a la derecha.
La que era hasta ahora tercera fuerza nacional en número de votos, ha sido castigada de modo permanente por la artera ley electoral, que ha penalizado su representación parlamentaria, como ha puesto en evidencia el resultado de las últimas elecciones, en las que UP-IU ha necesitado reunir 460.000 votos para lograr cada escaño, mientras el PP y el PSOE han precisado sumar 58.000 y 61.000 votos, respectivamente, para obtener cada uno de los suyos.
Además de lo expuesto, la pérdida de importancia como fuerza de izquierda es resultado de su contradictorio ideario, en el que un añejo paleocomunismo coexiste con objetivos de los modernos movimientos sociales y con tácticas propias de la socialdemocracia, así como de su compleja estructura orgánica, federal y formada o, quizá mejor, deformada por la superposición de órganos del PCE, de IU y de corrientes internas, además de por la existencia de cuadros institucionales, políticos y sindicales, cuyas lealtades e intereses chocan dentro de los estrechos límites del aparato. La resultante de todo ello es la dificultad de llevar las ideas a la práctica debido a la resistencia de un férreo aparato burocrático reacio a las innovaciones y a una acusada tendencia autodestructiva, que fatalmente convierte conflictos internos casi continuos en escisiones, en una permanente sangría de cuadros y militantes.
Tiene pendiente, como intitulada izquierda transformadora, la obligada reflexión sobre las tendencias conservadoras que le han impedido no sólo impulsar cambios capaces de alterar la correlación de fuerzas, a la que ha acabado por acomodarse, sino detectar las mutaciones sociales que estaban en curso alentadas por la indignación popular, que finalmente han hallado en Podemos el vehículo adecuado para expresarse políticamente.
Le queda, pues, a Izquierda Unida, la inmediata tarea de digerir el revés en las urnas del 20 de diciembre sin nuevas rupturas y conservar el nicho electoral de casi un millón de fieles votantes, para unirse en el gran proyecto de izquierdas que el país necesita como necesario contrapeso a una derecha política poderosa y desleal. Dicha confluencia pasa por el concurso de Izquierda Unida, pero no por su hegemonía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario