Good morning, Spain, que es different
Debilidades de la izquierda (2). Izquierda Unida
Poco se puede decir de Izquierda Unida y de su pretendida coalición bautizada con el sonoro nombre de Unidad Popular, que, salvo recordar al Chile de Allende, poco aporta por sus dimensiones a la unidad de la izquierda y a la formación de un amplio frente social contrario a la derecha.
La
que era hasta ahora tercera fuerza nacional en número de votos, ha sido
castigada de modo permanente por la artera ley electoral, que ha penalizado su
representación parlamentaria, como ha puesto en evidencia el resultado de las
últimas elecciones, en las que UP-IU ha necesitado reunir 460.000 votos para
lograr cada escaño, mientras el PP y el PSOE han precisado sumar 58.000 y 61.000
votos, respectivamente, para obtener cada uno de los suyos.
Además
de lo expuesto, la pérdida de importancia como fuerza de izquierda es resultado
de su contradictorio ideario, en el que un añejo paleocomunismo coexiste con objetivos
de los modernos movimientos sociales y con tácticas propias de la
socialdemocracia, así como de su compleja estructura orgánica, federal y formada
o, quizá mejor, deformada por la superposición de órganos del PCE, de IU y de
corrientes internas, además de por la existencia de cuadros institucionales, políticos
y sindicales, cuyas lealtades e intereses chocan dentro de los estrechos límites
del aparato. La resultante de todo ello es la dificultad de llevar las ideas a
la práctica debido a la resistencia de un férreo aparato burocrático reacio a
las innovaciones y a una acusada tendencia autodestructiva, que fatalmente
convierte conflictos internos casi continuos en escisiones, en una permanente
sangría de cuadros y militantes.
Tiene
pendiente, como intitulada izquierda transformadora, la obligada reflexión sobre
las tendencias conservadoras que le han impedido no sólo impulsar cambios capaces
de alterar la correlación de fuerzas, a la que ha acabado por acomodarse, sino
detectar las mutaciones sociales que estaban en curso alentadas por la indignación
popular, que finalmente han hallado en Podemos el vehículo adecuado para
expresarse políticamente.
Le queda, pues, a Izquierda Unida,
la inmediata tarea de digerir el revés en las urnas del 20 de diciembre sin
nuevas rupturas y conservar el nicho electoral de casi un millón de fieles
votantes, para unirse en el gran proyecto de izquierdas que el país necesita
como necesario contrapeso a una derecha política poderosa y desleal. Dicha
confluencia pasa por el concurso de Izquierda Unida, pero no por su hegemonía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario