viernes, 6 de octubre de 2017

Argumento circular

Con el paso de los años, los músculos de la cara pierden parte de su función y se descuelgan incapaces de contraerse para mostrar sorpresa o estupor. Por eso, ante las declaraciones en la SER, de Marta Pascal, coordinadora general del PDcat, no puedo mostrar sorpresa sino constatar un cinismo persistente al escuchar cómo una y otra vez repite el razonamiento circular de que están obligados a proclamar la independencia por un mandato emanado de los resultados del referéndum del 1 de octubre.
Veamos el desarrollo en el tiempo de este “razonamiento”: primero se decide declarar la independencia y se convocan unas elecciones plebiscitarias, que se pierden pero no importa, luego viene la promesa de hacerlo pronto, se acelera la presión social y se advierte al Gobierno de que no se va a respetar la ley, con lo cual la Generalitat se constituye en institución soberana (rebelde), después se preparan, en secreto, las leyes que deben dar apariencia legal a ese empeño; vulnerando las normas del propio Estatut se aprueban con prisa y sin garantías las leyes del referéndum y de Transitoriedad, embrión de la futura constitución, que son suspendidas por el Tribunal Constitucional, pero no importa. Después se intenta celebrar un referéndum sin ninguna garantía, que, además de ilegal,  resulta fallido, pero tampoco importa, y finalmente, se insiste en declarar la independencia según el mandato salido de este refrendo ficticio.
O sea, hacemos lo que queremos; hemos decidido declarar la independencia y lo vamos a hacer como sea, sin importar los medios; porque sí.      

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