MANIFIESTO (Órgano político de la Unión de Marxistas Leninistas)
Editorial del nº 38, junio 1978.
LUCHEMOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN BURGUESA
1.El significado político de la Constitución
Dentro de la transición de la dictadura
terrorista a la democracia burguesa, la elaboración y aprobación en las nuevas
Cortes de la Constitución y el posterior referéndum para buscar la
legitimización democrática, ocupan un lugar destacado en los planes de las
fuerzas políticas burguesas y en los del reformismo burgués y el revisionismo.
Esta importancia política se deriva del
carácter intrínseco que tiene la Constitución. Es decir, de lo que representa
la Constitución dentro del régimen democrático burgués.
En primer lugar expresa la correlación de
fuerzas presentes en la formación social española. Esta correlación de fuerzas
se manifiesta tanto a nivel de las clases sociales, donde es claro el
predominio de la burguesía, en la medida que explícitamente la Constitución
reconoce el orden político, económico e ideológico capitalista, aunque este
reconocimiento se encubre con los términos ideológicos clásicos de 'economía
social de mercado', 'libertades individuales', etc y también se manifiesta la
correlación de fuerzas dentro de las fuerzas políticas burguesas y los aparatos
estatales.
La Constitución está saliendo a la medida de
UCD fundamentalmente y defiende para el Rey, las Fuerzas Armadas y la Iglesia
católica, como ejemplos de aparatos estatales de importancia, la
institucionalización de su poder real dentro de la actual formación social. El
mismo planteamiento de 'consenso' con que se está abordando su discusión en la
Comisión Constitucional es una prueba de la posición favorable de la burguesía
dentro de la correlación de fuerzas y de cómo el reformismo burgués del PSOE y
el revisionismo del PCE están en una posición de fieles colaboradores de los
planes burgueses.
En segundo lugar, la Constitución reglamenta,
aunque sea de forma general, la lucha política dentro de los cauces de la
democracia burguesa y es un marco jurídico importante para todas las fuerzas
burguesas que así cuentan con criterios claros de referencia para su actuación
política. Pero, al mismo tiempo que introduce y consolida la legitimización del
orden democrático-burgués, es una muralla levantada contra la democracia obrera,
es un instrumento represivo contra la lucha revolucionaria que no se sitúe
dentro de la aceptación de ese orden burgués. Esto hace que la aceptación por
parte del PSOE y del PCE de la Constitución supone una nueva toma de postura
contra la vía revolucionaria.
En tercer lugar, la Constitución es un
instrumento ideológico en manos de la burguesía, que plantea falsas libertades
que no existen en la sociedad capitalista, porque las diferencias del poder
económico y político entre las clases sociales anulan cualquier planteamiento
igualitario. Por poner un ejemplo, la libertad de expresión que se reconoce
formalmente, como si la utilización de la televisión, la radio, la prensa y
tantos otros medios de expresión, fueran actos neutrales y abiertos a las posibilidades
de todas las clases sociales por igual. O los derechos que se reconocen
cínicamente, como el derecho a la vivienda o al trabajo. O el planteamiento
sobre la independencia de la justicia, o el papel neutral de las Fuerzas
Armadas. En este sentido la Constitución es un amplio resumen de posiciones
ideológicas de la burguesía sobre el carácter neutral y fuera de la lucha de
clases de lo que justamente son sus aparatos de dominación sobre el
proletariado. El Rey, las Fuerzas Armadas, la Justicia, la Patria, la economía,
el Parlamento, el Gobierno, etc, se teorizan dentro del pensamiento burgués,
dentro de sus ideas falsas de instituciones y conceptos ajenos a los intereses
clasistas y al servicio de los 'intereses nacionales' y esto con la
colaboración y aprobación explícita del revisionismo.
2. Las tareas de los comunistas ante la Constitución
burguesa
Dada la actual correlación de fuerzas y
dentro de ella el actual nivel de conciencia de las masas, los comunistas nos
encontramos en una situación donde la iniciativa política la tiene la
burguesía. Este es un hecho que es objetivo y que nos guste o no debemos
aceptar. De él hay que partir como uno de los aspectos que definen la actual
situación política.
Ante las diferentes políticas, o mejor
maniobras políticas, que la burguesía lanza para debilitar al proletariado y
encerrarlo dentro de los planteamientos políticos de la democracia burguesa, es
un deber inexcusable de los comunistas actuar “contra corriente” haciendo
frente a esas maniobras para fortalecernos políticamente, para aumentar nuestro
grado de vinculación política con los sectores avanzados de las masas y, por
último, para neutralizar o debilitar, aunque esto de forma muy variable, la
política burguesa dentro de las amplias masas. En este sentido, tanto la Unión
de Marxistas-Leninistas como los Comités Obreros, en la medida que nos
definimos como organizaciones políticas de vanguardia, debemos tomar una
postura de combate ante esta nueva maniobra que el bloque burgués lanza contra
el proletariado.
Como ha ocurrido en otras ocasiones, como en
las elecciones del 15 de junio, nuestra política debe de ser oponernos casi en
solitario a la política burguesa ya que el no hacerlo significa o defender las posiciones democrático-burguesas
o caer en el sindicalismo que no comprende la necesidad de unir la lucha
económica y la lucha política y que no asume las tareas de vanguardia política.
Por ello lanzamos una campaña que debe
combinar los diferentes aspectos de la actividad revolucionaria: estudio,
agitación, propaganda, organización y movilización por un lado, y por otro debe
combinar la campaña general con el trabajo local.
Estudio. Para combatir adecuadamente
la Constitución burguesa debemos conocerla, seguir de cerca los debates
constitucionales criticando e interpretando las diferentes posiciones que se
están manifestando en las discusiones.
Agitación. Es necesario planificar
campañas de agitación (oral y escrita) que denuncien entre las masas los
diferentes aspectos de la Constitución, señalando el engaño al que se quiere
llevar a la clase obrera dando su voto a una ley que defiende los intereses de
la burguesía. En cuanto a los temas generales sobre los cuales debemos agitar,
destacan:
- El Rey y la Monarquía. La Constitución, que
apela en sus artículos iniciales a la soberanía popular, defiende la figura del
Rey provisto de poderes excepcionales y fuera de todo control, declarándolo
inviolable. Nosotros no pedimos que el Rey sea controlado por los tribunales
burgueses, sino que denunciamos la farsa de la existencia de un poder político
que se quiere presentar a las masas fuera de los intereses de clase.
Nuestra agitación en este punto debe ir
dirigida a mostrar que el Rey es el representante político de los intereses
capitalistas, su posición no es neutral y su papel es asegurar una reserva
permanente al poder burgués, colocándolo por encima de las crisis coyunturales
que se produzcan en los gobiernos burgueses.
- Debemos denunciar el conjunto de falsas
libertades, derechos y falsos conceptos burgueses como son: libertad, justicia
e igualdad; soberanía popular; derecho a la educación; derecho al trabajo;
derecho a la vivienda; derecho a contribuir a las cargas presupuestarias;
libertad de expresión, reunión; patria, etc, etc.
- Debemos explicar cómo la Constitución es
una defensa del orden capitalista en su vertiente económica con la defensa de
la propiedad privada, la economía 'social de mercado', etc.
- También son temas de agitación los
planteamientos que introduce la Constitución de Estado de excepción, las
funciones del presupuesto estatal y la supuesta independencia de la justicia.
Todo lo anterior constituyen orientaciones
generales que en la práctica se irán concretando y combinando con las
condiciones concretas de cada frente de lucha.
Organización. Aunque la señalemos como
actividad separada, está ligada íntimamente a las otras. Así en las tareas de
estudio, agitación, propaganda y movilización existe una componente
organizativa que exige prestar atención para utilizar todas las fuerzas al
máximo, para actuar como una fuerza organizada y no como individuos o núcleos
aislados, y par aumentar los efectivos en los diversos niveles organizativos.
No debemos olvidar que tanto para influir sobre las masas como para
fortalecernos políticamente es imprescindible una posición correcta en el
terreno organizativo.
Movilización. Las tareas de movilización
se aplican en cada nivel organizativo y se concretan, por tanto, en formas
distintas de movilización, según nivel político y según la fase en que se
encuentre la campaña. De cara a las amplias masas el objetivo es conseguir la
abstención en el referéndum constitucional, pero esto como culminación de la
campaña y, por tanto, en el intermedio las formas de movilización se
concretarán en las diversas tareas que impulsemos (charlas, coloquios,
asambleas, etc).
¡ ORGANICEMOS LA LUCHA CONTRA LA CONSTITUCION
BURGUESA !
¡ BOICOT A LA
CONSTITUCION QUE DEFIENDE AL CAPITALISMO Y ENGAÑA AL PUEBLO !
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