lunes, 26 de noviembre de 2018

6º día de lectura.


Sexto día de la cadena de lectura. Y sigo con “el procés”. 
Sé que me pongo “mu pesao”, pero es que el asunto me ataca los nervios, por lo que expresa, no sólo como objetivo difícil de alcanzar, sino por la información que aporta sobre quienes lo dirigen, que parecen obnubilados, viviendo una realidad paralela en una habitación y mal ventilada, atrapados por el aire viciado de un discurso circular y redundante sobre el mismo tema, pero con la mente cerrada a cal y canto a cualquier idea tangencial. Y ahí siguen, encerrados con un solo juguete, despreciando lo que aporta la realidad e inmunes al desaliento. Un tesón, que sería digno de alabanza si respondiera a mejor causa. 

“Durante los cinco años que van de 2012 a 2017, el proceso independentista discurrió entre dos sectores que daban apoyo al nuevo relato, pero que perseguían objetivos diferentes. Por un lado, quienes concluyeron, como Mas, que la única forma de conseguir que el Estado se aviniera a negociar un encaje diferente de Cataluña en España, en el que se blindara su singularidad cultural y lingüística y se atendieran sus reclamaciones económicas, era subir la apuesta, estirar la cuerda al máximo para sentarse a la mesa de negociación desde una posición de fuerza (…) Pero en el proceso también confluyeron de forma impetuosa quienes consideraron que esta era la oportunidad histórica para convertir Cataluña en un Estado independiente. Para ellos, se trataba de una ocasión única: ahora o nunca. Incluso algunos acuñaron el lema <tenim pressa> (tenemos prisa) y justificaron esa premura con el razonamiento de que, cuanto antes Cataluña lograra su independencia, antes gozaría de los recursos y herramientas necesarios para salir de la crisis. Con España en una situación de debilidad en Europa debido a sus maltrechas finanzas, y un movimiento popular en ebullición en Cataluña, creían llegado el momento de dar el salto decisivo”.

Lola García: El naufragio. La deconstrucción del sueño independentista, Barcelona, Península, 2018. 

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