sábado, 8 de septiembre de 2018

Lazos y banderas

Respuestas a Mikel Arteta

No hay que quitar los lazos amarillos; hay que poner lazos de otros colores. No es bueno aparecer como censores de las libertades de otros, sino defender esa libertad para poner otros símbolos.

No es lo mismo la escuela que la calle. Los lazos no son manifestaciones de personas, ergo, no precisan autorización administrativa para concentrarse, son expresiones individuales en el espacio público, como lo son los carteles o las pintadas, que pueden incumplir alguna regulación municipal. La escuela es una institución para transmitir conocimiento y está sometida a normas y jerarquía.

Tampoco es lo mismo una pintada política o artística (grafiti), que las que forman parte de una campaña, como ha ocurrido durante años en el País Vasco por una estrategia similar. La colocación de lazos no es una expresión espontánea de los ciudadanos, sino una campaña promovida desde el comando (digámoslo así) independentista, esté situado en Barcelona o en Bruselas, amparándose en la libertad de expresión.
Por eso mismo, quitarlos parece una censura a ese ejercicio de libertad. No digo que sea un delito, digo que es un error político, porque, en la primera impresión, aparece como el intento de los partidos "españoles" de oprimir expresiones públicas del pueblo catalán. Y en este caso, los promotores de la iniciativa han provocado una reacción que les permite aparecer como víctimas.
Colocar lazos de otros colores o banderas de otro signo reduciría el impacto visual de los lazos amarillos y las banderas esteladas y obligaría a la otra parte a quitarlos, apareciendo así como censores de expresiones no concordantes con las suyas, que es lo que sucede en realidad. Los indepes son astutos y como llevan la iniciativa desde hace años marcan el terreno en que deben reaccionar los demás. Y con esto de los lazos, los no nacionalistas han vuelto a caer en "el lazo" de los indepes

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