lunes, 9 de abril de 2018

Tocqueville. Cómo investigar

Consejo a doctorandos y doctorandas, masterizandos, masterizandas y asimilados y asimiladas (no confundir con acemilados y acemiladas).
A la hora de hacer frente a un trabajo de investigación en el campo de las ciencias sociales (ignoro lo que sucede en el campo de las experimentales), lo importante es detectar un asunto que haya que aclarar, un proceso, un suceso que haya que esclarecer y que dé pie a plantear una hipótesis, una interrogación, una duda que debamos disipar o que poner a prueba, es decir, verificar si nuestra primera impresión sobre un hecho, un asunto, una materia, es cierta o es equivocada. Desde el punto de vista del trabajo, tanto da el haber acertado como el haber errado en el diagnóstico, si la investigación ha sido rigurosa, porque lo importante es haber disipado la duda, contestado la interrogación y desechado la sospecha que nos llevó a investigar.
Todo lo cual conlleva no poca dificultad a la hora de empezar a plantearlo, pero a veces, nos estrujamos el magín buscando como afrontarlo cuando tenemos claros ejemplos al alcance de la mano (toma nota Cifuentes). Por ejemplo el trabajo de investigación que se plantea un interesante conservador como Tocqueville, en la introducción a su libro "El Antiguo Régimen y la Revolución". Dice así:
"En 1789, los franceses llevaron a cabo el mayor esfuerzo que jamás haya realizado pueblo alguno con el fin de cortar en dos, por así decirlo, su propio destino, y de separar por medio de un abismo lo que habían sido hasta entonces de lo que querían ser en adelante. Con esa finalidad, adoptaron todo género de precauciones para no incorporar nada del pasado a lo que había de ser su nueva condición, y se impusieron toda clase de esfuerzos para moldearse de otra manera que sus padres; no descuidaron nada para hacerse totalmente irreconocibles.
Por mi parte, siempre había pensado que en esta singular empresa obtuvieron mucho menos éxito de lo que se ha creído en el exterior, y mucho menos, desde luego, de lo que ellos mismos creyeron. Estaba convencido de que, sin darse cuenta, heredaron del Antiguo Régimen la mayor parte de los sentimientos, de las costumbres e incluso de las ideas con ayuda de las cuales realizaron la Revolución que lo destruyó, y creía, asimismo que, involuntariamente, se sirvieron de las ruinas de dicho régimen para construir el edificio de la nueva sociedad; de modo que, para comprender bien tanto la Revolución como su obra, había que olvidar por un momento la Francia que tenemos ante nosotros y acudir a interrogar dentro de su tumba a la Francia que ya no existe. Esto es lo que he intentado hacer aquí, pero me ha costado más trabajo el conseguirlo de lo que nunca hubiera podido imaginar (…) He emprendido, pues, la tarea de penetrar hasta el meollo de este Antiguo Régimen, tan cerca de nosotros por el número de años transcurridos pero que permanece oculto por la Revolución".
Tocqueville: "El Antiguo Régimen y la Revolución", 1856.
Ahí está expuesto el problema, la cuestión que suscita la duda y el planteamiento de la sospecha, la hipótesis, que Tocqueville quiere confirmar estudiando a fondo la sociedad del Antiguo Régimen para comprobar lo que de ésta permanece tras la Revolución.
Ignoro si llegado el caso, Tocqueville, con esta investigación, superaría la prueba de someterse a un tribunal académico y obtendría el correspondiente título de doctor o el ansiado "máster" que se le escapa a Cifuentes, pero como libro es magnífico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario