domingo, 22 de abril de 2018

Doctor Montes. Eutanasia

El caso que aduces, Maravillas Cora, que la vida dependa de un criterio mercantil ajeno a la propia voluntad, puede deberse tanto a ahorrar dinero y esfuerzo humano por falta de fondos para acortarla, como a alargarla por el ingreso que produce, por ejemplo, si el enfermo está internado en una residencia o clínica privada, que lo considera "un cliente" y lo convierte en un rehén. Además de por lo que puede aportar su agonía en la investigación médica. 
En cualquier caso, creo que la opinión del enfermo sobre la duración de su vida debe prevalecer sobre la de cualquier otras persona o entidad. Y que esta voluntad debe respetarse aun cuando no pueda manifestarla en el momento oportuno. Para eso está el testamento vital o un documento similar, ante notario, recogiendo su última voluntad.

Yo tampoco tengo una posición categórica sobre este tema, pero intento abordarlo desde la perspectiva de la autonomía de ser humano para decidir sobre su propia vida. Esfuerzo que ha sido largo, y que no ha terminado, por librarse de tutelas bien o mal intencionadas para decidir por encima de él. Si no hemos podido decidir si estábamos de acuerdo en ser traídos a este mundo, que podamos, por lo menos, decidir el momento de abandonarlo, más aún cuando se trate de poner fin a una vida larga, y ya agotada, o a una existencia en condiciones penosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario