miércoles, 5 de octubre de 2016

Pirotecnia

No creo que llegue la sangre al río Llobregat. El nacionalismo utiliza grandes dosis de pirotecnia, pero los principales dirigentes son cobardes. No quieren una revolución -quizá la quieran los cupaires-, sino una rendición pacífica del "Estado español" y una desconexión de España con alfombra y aire acondicionado, que les lleve en paseo triunfal hasta la república independiente (¿o será un estado asociado a la monarquía?). 
Hasta ahora toda la fuerza se les va por la boca, en altisonante palabrería, en amagos de desafíos y en un referéndum de cartón, del que reniegan, a pesar de haberlo anunciado, promocionado, financiado y ordenado, para echar la culpa a los voluntarios. A día de hoy, y por fortuna, nadie quiere ser Companys y acabar en la cárcel. Creen participar en una gesta, pero, por ahora, es un sainete, viejo y conocido.

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