viernes, 7 de octubre de 2016

No es una nación

A) Cataluña no es una nación.
B) En realidad, los nacionalistas tienen un proyecto de nación, hecha a su imagen y semejanza, pero la están construyendo, y lo hacen desde las instituciones del Estado que detestan y con fondos públicos que no son sólo catalanes ni de los partidos nacionalistas. Se cumple el aserto de Anthony Smith[1] de que primero es el nacionalismo y luego viene la nación.
C) El proyecto de construcción nacional está muy avanzado, no obstante se muestra incapaz de convencer a más de la mitad de los votantes. Pero los nacionalistas tienen prisa, porque el movimiento secesionista parece haber llegado a su techo.
D) Con una declaración unilateral de independencia, llevada a cabo por la vía que sea, los nacionalistas pretenden evitarse el trabajo de convencer al 50% no nacionalista de las ventajas de su proyecto y han decidido imponer un hecho consumado. Así, los no nacionalistas quedarían vencidos, pero no convencidos, por el referéndum, o lo que fuere.
E) Los nacionalistas afirman que obtener un resultado favorable a sus tesis que supere el 50% de los votos emitidos en un referéndum es suficiente para declarar la independencia.
F) Pero, en buena lógica matemática, que es la que aducen los nacionalistas, (pero que no siguen, véanse los resultados del referéndum de cartón y de las elecciones “plebiscitarias”), a ese parco resultado le correspondería declarar la independencia de la mitad de Cataluña (a elegir), por lo tanto, el elevado porcentaje de ciudadanos opuestos a la secesión quedaría como rehén de los nacionalistas en el nuevo país.
G) La mitad del país prisionera de la otra parte. Buen comienzo para la nueva república


[1] Anthony D. Smith: “Las teorías del nacionalismo” (Península, 1976); “Nacionalismo” (Alianza, 2004); “Nacionalismo y modernidad” (Istmo, 2000).

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