lunes, 10 de octubre de 2016

Kabuki

Claro que debe haber límites, acuerdos sustanciales, líneas intraspasables, pero en todo esto -la secesión de Cataluña, el refrendo, etc, etc- pasa un poco como en el teatro griego, que los actores se ponían las máscaras de los personajes que encarnaban, o lo que sucede en el teatro kabuki japonés, que los actores portan unas máscaras horribles para dar miedo. 
En Podemos ahora pasa eso: debaten sobre qué máscara usar: la de asustar o la de seducir, pero detrás de las máscaras hay un guión de la obra bastante débil.

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