Sobre el tiempo, la historia…
¡Ojo!, Alejandro, yo no afirmo que la historia se
repita, sino que si se piensa que todo es igual, entonces la historia se
repite, y por tanto, de nada sirven los libros, ni el conocimiento ni la
investigación, ni la experiencia, porque la explicación es siempre la misma, y válida para
siempre: el mundo evoluciona en apariencia, en la forma, pero en el fondo
permanece igual a sí mismo. Nada nuevo bajo el sol, que decía aquel Parménides,
creo, frente al dialéctico Heráclito.
Y vuelvo a lo mismo, a la metafísica
implícita que hay en ese párrafo, que es una de las epidemias que sufre la
izquierda, y que se manifiesta en la analogía de situaciones históricas sin
ningún tipo de matiz ni explicación, como si respondieran a la misma lógica, al
mismo tiempo, a las mismas situaciones, personas, gobiernos y estadios de
pensamiento.
Yo no sé si la mayoría de la población
mundial vive como en el año 1200. Pero, ¿dónde? ¿En China? ¿En la India? ¿En
Méjico? ¿En Francia? ¿En Alemania? ¿En Europa?
De momento hay un dato que parece
incontestable y es el crecimiento de la población: parece que a escala mundial
los nacimientos superan a las muertes y no creo que se deba al azar. No sé si
hay más comida, menos ganas de morirse o más ganas de procrear. Pero aparte de
eso, está la interpretación de los hechos que tú haces y que no es la misma que
se pudiera hacer en el año 1200. ¿A qué se atribuía el hambre en Europa, no
digo ya en América o en Australia, en el año 1200? Aventuro que la explicación
es bastante distinta a la que damos hoy aquí.
¿Cómo se explicaba y justificaba el uso
de esclavos en la Roma imperial? Me imagino que la concepción de la esclavitud
que tenía Diocleciano era diferente de la que tuvo Lincoln, para el cual no
había justificación posible.
¿Tu explicación es la misma? ¿Es acaso
posible equiparar tu reacción ante la agresión a una mujer con la de un hombre
del año 1200?
Dices que la democracia, aún imperfecta,
sólo está instalada en unos cuantos países. ¿Y cuánta gente pensaba, en el año
1200, que la democracia, aún imperfecta, era lo deseable y se lamentaba por su ausencia?
Dices que “la lucha entre cristianos y
musulmanes era una lucha de tierras, de economía, de supervivencia; el combate
de Bush contra el eje del mal me parece a mí que tiene la misma base”. ¿Tú crees? Te olvidas de lo principal:
de la religión, pues estás hablando de cristianos y musulmanes. ¿Crees tú que
el Corán es un tratado de economía que intentaba transformar a las tribus nómadas
de Arabia en un pueblo sedentario al que le interesaba la propiedad de la
tierra? Tierra tenían de sobra, pero su vida estaba montada de otra manera.
¿Crees tú que la rápida expansión, que,
entre el año 661 y el 750, llevó a los mahometanos desde Medina hasta el sur de
Francia, por occidente, y hasta la India y Cachemira, por oriente, era una
cuestión de supervivencia, una simple apetencia de tierras, como la que impulsó a Hitler a invadir Rusia buscando ampliar el "espacio vital" de Alemania? ¿Era una expansión
económica o era la propagación del credo recién nacido? ¿Les movía la fe del
converso o el cálculo de inversor? Y estamos otra vez en lo mismo: pensar que
las tribus árabes del siglo séptimo se movían por los mismos impulsos, por la
misma lógica, que el mandatario del país más adelantado del mundo en el siglo
XXI, hijo además de una familia de magnates petroleros? ¿Ha cambiado algo bajo el sol o todo sigue idéntico a sí mismo? ¿No ha
cambiado la forma de pensar al compás de los cambios en la forma de vivir? ¿Ha
cambiado la forma de producir, de repartir, de consumir, pero seguimos pensando
de la misma manera, con las mismas categorías, con los mismos conceptos y los
mismos esquemas que hace dos o tres mil años?
En
tu polarizada exposición -el ying y el yang, que Dios confunda- evitas un
elemento fundamental, que eres tú mismo. Emites un discurso, más bien
apocalíptico, pero tú no apareces como cronista humano, sino como un ente sin
memoria que suelta los datos y construye las frases; omites el conocimiento
desde el que tú emites, que no es intemporal, sino que corresponde a este
tiempo, a este país, a esta etapa de la humanidad, que es lo que aparece al
fondo de tu posición, sin que lo adviertas, claro. Porque, Alejandro, toda tu
crítica está realizada desde una mentalidad contemporánea, que ha asumido
varias generaciones de derechos -civiles, humanos, sociales y ambientales-,
cuya formulación, lejos de haber brotado de forma espontánea o de haber
existido por los siglos de los siglos, ha sido un largo y trabajoso proceso,
lleno de obstrucciones y de sangre, y cuyo ejercicio está siendo aún más largo
y costoso. Y si todo eso, que forma también parte de la historia de la
humanidad, no entra en el análisis, entonces nada se entiende. La historia de
los hechos sin la historia de los cambios de mentalidad no es una historia más
objetiva, sino una historia coja; es media historia, por decir algo; una fábula
en el mejor de los casos.
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