sábado, 14 de enero de 2017

Niños mimados

Comentario a un artículo colocado por Jordi Cavallé

No educan sólo los padres, maestros y profesores, sino toda la sociedad, que ofrece los modelos de conducta que considera pertinentes para su conservación, señala las metas sociales y personales que estima legítimas (y también las ilegítimas) y los pasos para llegar a alcanzarlas (suponiendo que sean alcanzables por todas las personas sin distinción), por medio de las instituciones y procedimientos adecuados. 
Lo que hay que ver es si esos niños mimados y esos padres mimantes son un efecto buscado del modelo de sociedad que tenemos o sólo un efecto perverso, indeseado, de ella, como lo son otras tantas conductas, no de niños, sino de adultos, que sin percatarse de ello, "educan" con el (mal) ejemplo, y no me refiero sólo a los adultos del entorno de los niños.

Si el niño mimado es el que quiere que le den todos los caprichos que se le antojan y se enfada cuando no lo consigue, entonces estamos rodeados de personas adultas que se comportan como niños mimados: Cristiano Ronaldo tiene rabietas de niño mimado, igual que Piqué, o que Mourinho. 
En general, en el mundo de los famosos, de los ases del deporte, o de las "estrellas" del cine, de la canción o de la moda hay muchas niñas y niños mimados. También en el de la política. 
Artur Mas es un niño rico y mimado que está enfadado porque no le dejan tener un país para él solo; Trillo es un niño mimado y faltón, que echa la culpa a otros del estropicio de un avión, que no era suyo; Aznar es un niño mimado y siempre cabreado, de los que dan patadas en la espinilla; Rajoy es un silencioso niño mimado, que no da explicaciones, pero que se sale con la suya; la gestora del PSOE es un grupo de niños mimados que han hecho mobbing a un compañero de pupitre. También en Podemos hay una pelea entre niños mimados por ver quien se queda con el tren eléctrico. Demasiados mimos, demasiados mimosos y demasiados mimadores.

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