martes, 10 de enero de 2017

La carencia fundamental

Respuesta a una pregunta de Aína López, sobre un artículo de Yolanda Mármol en El periódico (7-1-2017), sobre las diez diferencias entre Iglesias y Errejón.

Ayuda a entender parte de la polémica, pero hay más asuntos que no salen de la bronca interna. El otro día, de manera sumaria, Torreblanca ("Invierno en Podemos, El País, 29-12-2016), apuntaba algunos de los problemas. Para mí, el fundamental es el proyecto estratégico, el tipo de sociedad (y de Estado) al que aspira Podemos, y el que, en teoría, debe guiar sus pasos (y los de sus seguidores). Y, en segundo lugar, los obstáculos que lo impiden, es decir, el análisis de la sociedad española, de sus clases, de su representación política y el carácter y la estructura del Estado (¿un análisis marxista, populista, híbrido o qué?), eso que llaman el "régimen del 78", que es lo que se debe transformar para llegar a esa sociedad ideal. 
Dependiendo de la claridad de todo esto, tiene sentido plantearse disputar la hegemonía a la derecha, que dependerá, claro, de los términos que se consideren esenciales en ese discurso -objetivos, valores, actitudes- y de cómo se difunden en la sociedad, pues eso implica disputar la hegemonía, que no sólo es platicar con los convencidos. Y ahí viene otro problema derivado del anterior: si se dirigen a los jóvenes urbanos de las clases altas y medias ilustradas, puede que les sirva ese lenguaje esotérico (aunque lo dudo), pero si, como pretende el sector de P. Iglesias, quieren influir en los trabajadores y clases populares, ya pueden ir abandonando esa jerga del "núcleo irradiador", de la "centralidad del tablero", de los "flujos deseantes", las "ventanas de oportunidad" y otras pedanterías semejantes.

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