martes, 17 de enero de 2017

Levando anclas

Good morning, Spain, que es different

El título de este comentario me lo ha sugerido la ponencia de Íñigo Errejón al próximo congreso de Podemos, llamada de manera muy sugestiva: Desplegar las velas. Un Podemos para gobernar.
Errejón y su tripulación parecen dispuestos a salir del dique seco y, tras una operación de calafateado, hacerse a la mar con ese simbólico navío que es Podemos, que por la velocidad con que apareció en el horizonte parece un clipper, como el famoso Cutty Sark (que no es sólo una marca de whisky), que hacía la ruta entre Shanghai y Londres cargado de té, para que los gentlemen y las ladies pudieran saborearlo a las five o'clock.
Errejón habla de corregir el rumbo, en el doble sentido de corregir la derrota, o desviación del rumbo correcto a causa de vientos adversos, corrientes o errores humanos, y de remontar la derrota electoral sufrida en junio, en cuyo caso conviene delimitar bien las causas y saber si se debió a profundas corrientes sociales no previstas, a inesperados vientos en contra de la opinión pública o a errores del capitán y del piloto en el gobierno de la nave, al interpretar mal las cartas (no las castas) de navegación, o a negligencias del contramaestre, que ha mandado mal a la marinería.
En cualquier caso, helos ahí, dispuestos a zarpar con las voces de rigor, oídas en tantas películas de piratas y corsarios: “¡Levad anclas!”, “¡Soltad el trapo, rufianes!” “¡Largad el foque, haraganes!” “¡Adelante, a toda vela!”
Aparte de lo publicado en la prensa, desconozco el contenido de la ponencia de Errejón, pero el título sugiere un viaje político lleno de aventuras, enfrentado a los galeones del PP, que navegan con las bodegas repletas de doblones de la caja B, y esperando divisar por la amura de babor el bergantín del PSOE, como posible aliado para intentar el asalto, no al cielo, sino a los matacanes de la Moncloa, -como, una vez desembarcado, asalta el capitán Wyatt (Gary Cooper), la fortaleza de San Marcos en “Tambores lejanos” (Raoul Walsh, 1951)-. Pero que, de modo inopinado, la aventura se convierte en un “proyecto de normalidad alternativa” (con lo que quiera decir eso) para tomar la iniciativa en las instituciones y efectuar, sin más dilaciones, un desembarco en las playas del Congreso.
Ahí se acaba la aventura y se desvanecen los recuerdos de “Viento en las velas”, la película de McKendrick (1965), de “El mundo en sus manos” (en las de Gregory Peck, el capitán Jonathan Clark), de Raoul Walsh (1952), de “El hidalgo de los mares” (de nuevo Gregory Peck, como capitán Horacio Hornblower), y de nuevo Raoul Walsh (1951), de “Los bucaneros” (con Yul Brinner como capitán Lafitte) (Anthony Quinn, 1958) y aparecen en escena el risueño capitán Ballow (Burt Lancaster), de “El temible burlón” (Robert Siodmak, 1952) y el no menos burlesco Jack Sparrow (Johnny Depp) de “Piratas del Caribe”.
En cambio, Iglesias, tras el burocrático título de su ponencia, Plan 2020. Ganar al Partido Popular y gobernar España, que parece elaborado por un grupo de expertos o por un gabinete de (in)comunicación política (y recuerda demasiado al Programa 2000 del PSOE), propone más calle y menos instituciones. Es decir, más aventura, más riesgo, pues riesgo entraña desafiar la ley mordaza del pío ministro Fernández Díaz, que permite imponer unas multas que pueden echar a pique las naves de quienes tengan la osadía de perturbar el (des)orden establecido.
El capitán Iglesias afirma que el parlamento ahoga, y debido al pesado reglamento del Congreso y del Senado, no le falta razón, pero entre quienes le han votado, también los habrá que lo han hecho para que luche contra el dogal y trabaje en las cámaras. 
De momento, en Podemos, una soterrada tensión permite discutir con calma las dos (o más) ponencias, pero en el congreso de febrero puede haber tormenta, quizá galerna, e incluso motín a bordo, pues parece tripulado por una marinería levantisca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario