lunes, 9 de enero de 2017

Morfemas flexivos

Mi hija pequeña está haciendo deberes de lengua y me ha preguntado por un "morfema flexivo". Me he quedado a cuadros. Resulta que hay morfemas flexivos y de otras clases y yo sin enterarme. 
Cuando hice el bachillerato había sílabas, luego descubrieron los fonemas y los sintagmas emboscados, y ahora me entero de que existen los morfemas. Deduzco que esta progresiva complicación de la lengua -de la misma lengua- es un resultado de las investigaciones, que en honor a Ferdinand de Saussure, los gramáticos estructuralistas endilgan a las nuevas generaciones creyendo que aprendiendo (pues tienen que examinarse) esa terminología abstrusa no sólo van a expresarse mejor sino incluso a amar su lengua. 
¿En qué sintagmas estaría pensando don Miguel, cuando cogió la pluma y empezó a escribir: En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...? ¿Qué fonemas le brindarían las musas a Jorge Manrique para empezar así: Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte...? ¿Qué morfemas sacarían a Lope del aprieto en que le puso la pérfida Violante para concluir un soneto? 
Tengo para mí, que mucha de la actual ortopedia no sólo no ayuda a conocer y amar la lengua, sino que aleja a las nuevas generaciones de ella, y que con mucha menos "carga pedagógica", pero leyendo, recitando y redactando mucho más, la lengua se conoce y se usa mejor. Y que el trabajo de los filólogos y los gramáticos es distinto del de los escritores y que no siempre son intercambiables. 
¿Y qué diría Nebrija de estas modernidades?

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