domingo, 25 de diciembre de 2016

El "encaje" catalán

Desde mi modesta opinión, el quid de la cuestión no está en conseguir, por la vía que sea (mejor dialogada), el "encaje" de Cataluña en España, para que los catalanes se sientan "cómodos", al menos tan "cómodos" como los vascos, sino en conseguir que los nacionalistas de cuño étnico-lingüístico se puedan "encajar" en un proyecto no de naciones federadas, y mucho menos confederadas, sino de ciudadanos iguales en derechos y oportunidades, que es el ideal (aún bastante lejano) al que debemos aspirar.
La solución no es unir mediante un pacto -federal o confederal, múltiple, único o bilateral- naciones culturalmente homogéneas para conservar su pretendida identidad, sino admitir que, al menos en occidente, no existen tales naciones al margen de la diversidad social impuesta, por un lado, por la globalización, y por otro lado por las tendencias igualitarias impuestas por el desarrollo capitalista y el mercado único, y por la semejanza de los Estados. Hay que admitir que las tendencias son entrópicas y frente a eso sirve de poco negarlas y tratar de formar sociedades basadas en representaciones ideales del pasado.
La asignatura pendiente de España como conjunto es conseguir que algunas regiones den el paso para aceptar los retos de la Modernidad renunciando a las presuntas ventajas proporcionadas por un arcaísmo tildado, abusivamente, de democrático, y lograr ser contemporáneos de este tiempo, asumiendo las dificultades que eso entraña. El reto está en hacer que la Cataluña interior se parezca a Barcelona, y no al revés. Y que el Goyerri se parezca a Bilbao.

No hay comentarios:

Publicar un comentario