Un apunte extemporáneo
sobre el tema que plantea Luis Roca Jusmet. Alude al PSUC y a las consecuencias
de su evolución o degeneración, como se quiera interpretar, que tiene lugar a
partir del V Congreso (enero 1981), como máxima expresión de la crisis teórica
y política del comunismo en España, pues afecta también al PCE, seguida de lo
que se llamaría “crisis del marxismo” que afecta a todos los partidos de la
izquierda, teniendo como escenario internacional la gestación de la gran
“reacción conservadora”.
En el V
Congreso, el PSUC, que ha perdido la mitad de sus militantes, está dividido
entre tres facciones: eurocomunistas (A. Gutiérrez, López Raimundo),
prosoviéticos (Ardiaca) y leninistas (F. Frutos). Pero lo fundamental, desde el
punto de vista de lo que hoy sucede, es que, por encima de las definiciones, de
las apelaciones a la democracia interna, de las críticas a Carrillo, de quitar
o dejar en los Estatutos la definición “leninista”, de eurocomunismo sí o no,
de la justificación de la URSS en Afganistán, etc, etc, lo que el PSUC, como el
PCE, acusa es la rápida y contundente ofensiva burguesa que tiene lugar una vez
asentado el nuevo régimen. Es decir, la ruptura unilateral del consenso y el
agradecimiento al PCE-PSUC por el servicio prestado en la instauración del
régimen democrático y la restauración de la monarquía. Y que la salida
negociada a la dictadura (la ruptura pactada, según Carrillo), desechado el
gobierno de concentración propuesto por el PCE, el de Salvación Democrática
(propuesto por el PTE) y otros auxilios igual de imaginativos, ha colocado a la
UCD en la posición para llevar adelante la salida de la crisis desde los
intereses del capital (la transición ha pasado sigilosamente por el tema de la
propiedad económica). Lo cual supone una restricción de las luchas populares
(menos democracia para los trabajadores) y la imposición de duras medidas de
ajuste para salir de la crisis cargando, como ahora, el peso de la austeridad
sobre los asalariados, que se inicia con el Pacto de la Moncloa y sigue,
imparable, con el Estatuto de los Trabajadores, el Acuerdo Marco, la Ley Básica
de Empleo y la Ley Antiterrorista, que son el fondo del escenario sobre el que
actúan los planes económicos del gobierno de UCD y de las recién creadas
patronales (CEOE, CEPYME, etc). Es decir, amparado por el marco de la
Constitución recién aprobada, se abre la etapa constituyente de lo que serán
los instrumentos de la dominación de clase para el período que se inicia. Todo
lo cual entra en flagrante contradicción con el esfuerzo hecho por el PCE y el
PSUC por llevar a los trabajadores y a clases populares la idea moderar las
luchas para consolidar la democracia, de no provocar a la derecha (el “ruido de
sables”), de huir de la huelgomanía y del asambleísmo, de aceptar las medidas
de austeridad para salvar la economía nacional, de ser “realistas”...
Acompaño un artículo de Manuel Sacristán y de la redacción de “Mientras tanto” sobre el citado congreso.
Acompaño un artículo de Manuel Sacristán y de la redacción de “Mientras tanto” sobre el citado congreso.
Publicado en FB, el 2-7-2015.
http://elpais.com/diario/1981/01/22/espana/348966003_850215.html
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